Se puede mentir como ha hecho este jueves el Partido Popular y el Gobierno con respecto a las cifras de la EPA, pero las mentiras tienen las patitas cortas y más allá del que escucha las declaraciones de estos políticos como si fuera un mantra, no pueden engañar a nadie.
El paro no ha bajado en el primer trimestre del año. Es rotundamente falso. Ha bajado en comparación el mismo periodo del año 2014 pero este trimestre ha subido.
Ha subido la tasa de paro, baja el número de trabajadores en activo (si así se pueden llamar a los que tienen la desgracia de trabajar cuatro horas a la semana) y el aumento de trabajadores no compensa esa pérdida, así que el porcentaje empeora.
Aumenta el número de parados de larga duración, personas que cada día que pasa se encuentran más hundidos y desesperados, a la par que impotentes y que en muchos casos han interioirizado que no encontrarán un trabajo decente en su vida. Ya son más de 2.700.000 personas las que sufren esta situación.
Casi 1.800.000 de familias tienen todos sus miembros en paro, a la par que desciende el número de familias que tienen un trabajo todos sus miembros.
143.000 empleos se han destruido en el sector privado y si las demoladoras cifras del desempleo no son aun peores es debido al santo del año (San Elecciones), que ha hecho aumentar el empleo público, ya que las admnistraciones entienden que repartiendo unas migajas en año electoral nos hará olvidar todo el sufrimiento y les volveremos a votar.
El paro sólo "desciende" entre los hombres un pírrico 0,8% mientras que aumenta en el resto de grupos analizados, mujeres, jóvenes, inmigrantes (un 33% de los inmigrantes están en paro y al no contar cn apoyo familiar en muchos casos, sus situaciones sueles ser más desesperadas).
Si hablamos de la comunidad en la que habito, la situación es aún peor. Aquí ni siquiera pueden mentir para engañarnos, los datos no admiten discusión. Estamos a la cabeza de España en destrucción de empleo y por ejemplo, sólo en el sector servicios se han destruido 13.400 empleos en tres meses. Simplemente desastroso.
Entonces, ¿de qué presumen en el Gobierno?
Realmente vienen a ser patético como manipulan y retuercen los datos estadísticos hasta que escupen algo parecido a su discurso y si ni así lo consiguen, pues queda el recurso del argumentario que repiten como un mantra para que salga reproducido en los medios de comunicación afines.
Disminuye el número de trabajadores, aumenta el exilio de españoles hacia el extranjero y cada vez es más difícil que las pensiones se paguen, de hecho aunque dicen que aumenta el número de afiliados a la seguridad social, en cambio la recaudación casi no aumentan.
Pero miremos un poco más adelante, no hay que ser cortoplacistas.
Pues realmente las perspectivas son terribles:
Con una deuda nacional de un 100%, estamos simple y llanamente hipotecados de por vida, y de por vida de nuestros hijos y quizás nietos.
Un exiguo porcentaje de la población que tenga la suerte de tener un trabajo lograrán cotizar los años suficientes para obtener el 100% de la misma y si encima los salarios siguen a la baja, estamos hablando de que las pensiones de dentro de unas décadas serán casi de miseria.
Practicamente todos los empleos que se crean en España son en la construcción y en el sector servicios, precisamente los sectores donde los empleos son más precarios y con los salarios más bajos. (El miércoles, por ejemplo, veía estupefacto como en un programa de máxima audiencia, concretamente Pesadilla en la cocina, se hablaba de trabajadores de la hostelería que trabajaban diez horas al día sin descanso y con contrato de media jornada).
Pues estos son los verdaderos datos que no nos hacen ser precisamente optimistas. El optimismo es para el Gobierno que para eso tienen su vida solucionada.
José Mera López es socio de infoLibre
Se puede mentir como ha hecho este jueves el Partido Popular y el Gobierno con respecto a las cifras de la EPA, pero las mentiras tienen las patitas cortas y más allá del que escucha las declaraciones de estos políticos como si fuera un mantra, no pueden engañar a nadie.