‘Calleja en el espacio’, la aventura del astronauta aficionado

El explorador y divulgador Jesús Calleja va a convertirse en breve, cuando las condiciones necesarias lo permitan, en astronauta. Será la tercera persona española en viajar al espacio. La primera aficionada.
Su viaje se deberá a una iniciativa privada, de la empresa Blue origin, propiedad de Jeff Bezos, dueño también de Amazon, y de Prime vídeo, la plataforma en la que se emite el programa en el que se cuenta esta aventura.
La contagiosa ilusión por el universo
Para calentar el acontecimiento, Zanskar, la productora de Calleja y su socia, María Ruiz Calzado, ya ha puesto en emisión los dos primeros episodios, previos al viaje. En ellos, Calleja revive y contagia su ilusión infantil de ser astronauta.
El explorador leonés recuerda su pasión por los viajes espaciales, y lo irreal que parecía de pequeño aquel sueño. Sale en busca de cicerones que le orienten tanto por el estado actual de la exploración astronáutica como sobre lo que va a experimentar cuando lo haga él mismo.
Una pasión compartida por todos los intervinientes
Así habla con Pedro Duque y con Miguel López-Alegría, los dos únicos españoles que han viajado al espacio hasta hoy, que comparten con él el amor y la curiosidad tempranas por la exploración del universo. Una pasión a la que es imposible resistirse porque está presente en casi todos los protagonistas de los dos episodios disponibles.
En casi todos, porque la madre de Jesús Calleja, la carismática María Jesús, no está conforme con el riesgo que toma su hijo como no lo ha estado en sus aventuras más peligrosas. Tanto ella como Kike, hermano del explorador, charlan sobre lo que supone esta misión en su intimidad.
Amor por la exploración inculcado en casa
También está presente en forma de breve recordatorio el padre ya fallecido de los hermanos Calleja que, desde los pueblos leoneses en los que criaron a sus hijos, estimulaba su imaginación contándoles las aventuras de Edmund Hilary, Ernest Shackleton o Roald Amundsen.
Calleja en el espacio sirve al mismo efecto. Es un programa perfecto para interesarse por la ciencia, por el universo, por la exploración. Con el estilo desenfadado ya conocido por los espectadores, pero con una buena base científica.
Nueva era de exploración espacial
Ingenieras e ingenieros, otros viajeros espaciales o el jefe de Houston (tenemos un problema) conversan con el futuro astronauta compartiendo el escalofrío de excitación ante los hitos de esta nueva era de exploración espacial, como el amartizaje de la sonda Curiosity, aún operativa, en 2012.
La cámara nos introduce en varios de los templos de la exploración del universo, desde el Observatorio del Roque de los Muchachos en La Palma y varias iniciativas españolas espaciales hasta otras tantas instalaciones de la Nasa y de la compañía que le patrocina, Blue Origin.
A menudo cuenta con guías españoles también, lo que hace que niñas y niños sientan que pueden aspirar de mayores a participar en esta conquista del espacio. Es un gran programa para ver en familia con la audiencia más joven.
Un caso único, una posibilidad de futuro
Por un lado, solo Calleja es Calleja, puesto que lleva toda la vida preparándose para este viaje. Desde sus sueños infantiles hasta una carrera como explorador, una gran preparación física y mental o una pasión por volar y pilotar cualquier tipo de artilugio.
Por otro lado, todos somos Calleja, porque nos lo cuenta, nos permite acompañarle y participa como invitado abriendo una puerta, aunque sea ilusoria, a participar en un mundo absolutamente vedado hasta ahora para la gente común como son las expediciones espaciales.
El salto cuántico de mirar por una ventanilla
El viaje de Calleja será breve. Poco más que un potente descorche de botella, con una cápsula espacial que baja tras subir. Pero su chupinazo le llevará por encima de la línea de Kármán, la que se considera que sobrepasa la atmósfera para convertirse en espacio exterior.
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Se encuentra a unos cien kilómetros sobre el nivel del mar y superarla proporciona una imagen inolvidable según afirman quienes han mirado por la ventanilla. Nuestro planeta se ve cubierto por una capa atmosférica que parece muy fina a esa altura.
Pedro Duque evoca la constatación de que una delicada franja protege nuestra existencia en la Tierra y la visión de un mundo único sin fronteras. Destaca también que la exploración espacial es un ejemplo perfecto de cooperación internacional.
Varios astronautas afirman que se vuelve siendo una persona diferente después de ver nuestro planeta desde fuera. Ojalá la nueva fase de la carrera espacial lleve a extraer las lecciones correctas.