El abogado del novio de Ayuso choca con su cliente y dice que le dio luz verde para pactar con la Fiscalía

Carlos Neira, el abogado que buscó una conformidad con la Fiscalía en nombre del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha comparecido este martes como testigo en la causa que se sigue en el Tribunal Supremo contra el fiscal general del Estado y la fiscal jefa provincial de Madrid. Durante su declaración, el letrado ha asegurado que su cliente, si bien no conoció el contenido íntegro del mail que se mandó al Ministerio Público –el que centra la investigación–, sí que le dio luz verde para que buscase una conformidad. El pasado viernes, el empresario Alberto González Amador se desvinculó en todo momento de esa estrategia jurídica, asegurando que fue el abogado quien por su cuenta y sin su permiso confesó que "ciertamente" se habían cometido dos delitos fiscales.
La comparecencia de Neira fue acordada el pasado viernes, justo antes de la testifical de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, por el instructor de la causa en el Tribunal Supremo, el magistrado Ángel Hurtado, a petición del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Con ella, el jefe del Ministerio Público buscaba contrastar si hubo periodistas que se pusieron en contacto con el letrado antes de la filtración del correo para intentar confirmar que se estaba buscando un pacto, si el mail publicado por los medios se envió a una dirección genérica de la Fiscalía y a la Abogacía del Estado o si dichas comunicaciones relativas al caso estuvieron en poder de más personas.
Pero las declaraciones en sede judicial de González Amador aumentaron el interés por la testifical de su letrado. El empresario llegó a asegurar ante el instructor que su abogado había enviado "por su cuenta" y sin que él lo supiera el correo electrónico en el que se aceptaban ocho meses de prisión y una multa de medio millón a cambio de reconocer el fraude fiscal. Y eso que en aquel mail, remitido el 2 de febrero de 2024 a una dirección genérica de la Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid, el abogado hacía el ofrecimiento "de común acuerdo" con su cliente. Unas declaraciones que sorprendieron, incluso, al instructor, que llegó a preguntar a González Amador si aún mantenía la confianza en el letrado.
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Neira, sin embargo, ha asegurado que tenía el beneplácito de la pareja de Ayuso para buscar el acuerdo con el Ministerio Público. Así, según fuentes jurídicas presentes en la declaración, ha explicado que a finales de enero se reunió con el empresario y le explicó que tenía dos alternativas: o pelear el caso en los tribunales o buscar una conformidad. Y le aconsejó que si lo que quería era, como sostuvo, una solución rápida y discreta, lo mejor era un pacto. González Amador dijo entonces que entendía lo que eso implicaba y que "adelante", dejando todo en manos de su abogado. Con ese "mandato", Neira envió el correo a la dirección genérica, que era a la que le dijeron que escribiese cuando no hubiera "fiscal asignado" a un caso.
Cuando mandó aquel mail, puso en copia a la fiscal decana, Virna Alonso. Y luego lo reenvió a un abogado del Estado. El objetivo, ha explicado, era "agilizar" todo lo posible la tramitación. Neira, no obstante, sí que ha dejado claro que González Amador no tuvo conocimiento del correo enviado a su nombre. Y que cuando el mismo fue publicado por algunos medios, el empresario se puso en contacto con él y le afeó el contenido de la comunicación. Ambos mantuvieron entonces una reunión en la que el abogado le recordó en lo que habían quedado y le explicó que una conformidad suponía el reconocimiento de los hechos. Él, según ha expresado Neira, quedó "conforme" con las explicaciones.
Durante la hora que ha durado la declaración, el abogado ha explicado que en su despacho solo él tuvo acceso a esa comunicación y que nadie se la hizo llegar a El Mundo. Del mismo modo, ha reconocido que un día y medio antes de que se filtrara el correo, un periodista del diario El País le escribió para intentar confirmar si el empresario iba a pagar, como les había llegado, lo que le reclamaba Hacienda, lo que implicaba el reconocimiento del delito. Ahora bien, ha señalado que solo se le preguntaba por ese supuesto abono, no por el correo, ni por conformidades, ni por el reconocimiento de hechos.