"Todos fingimos ser quienes no somos", Gracia Querejeta lleva al cine 'La buena suerte', de Rosa Montero

Hugo Silva, Megan Montaner, Gracia Querejeta y Rosa Montero en la presentación de 'La buena suerte'

Un tren se detiene en mitad de ninguna parte, a las afueras de un pueblo cualquiera. Un hombre de mediana edad mira por la ventana, ve un piso en venta en un edificio destartalado y decide comprarlo en ese mismo momento. Pablo emprende así, de súbito, una nueva vida como si no fuera el reconocido arquitecto que, de hecho, es. ¿O ya no? Para cuando el convoy se aleja traqueteando sobre las vías ya no hay vuelta atrás

Este es el desconcertante arranque de La buena suerte, la nueva película de Gracia Querejeta, basada en la novela homónima de Rosa Montero, que llega a los cines este próximo viernes 6 de junio con Hugo Silva y Megan Montaner como protagonistas de un elenco que cuenta también con Miguel Rellán, Eva Ugarte, Ismael Martínez y Álvaro Rico. Una historia que trata "sobre la capacidad que tenemos los seres humanos para volver a inventarnos una vida cuando has perdido la anterior", tal y como resume Montero a infoLibre. "Y esto pasa todo el rato", puntualiza la escritora.

En el pueblo, todo parece estancado menos Raluca, una mujer optimista abierta a las sorpresas que pueden cambiarte la vida para bien. Ella decidió confiar en su suerte, aunque la vida no siempre le presente su mejor cara (fue abandonada siendo un bebé por sus padres, una pareja de jóvenes rumanos dedicada al circo). Es así como en esta cinta, al igual que la novela, confluyen el mal y la bondad, el miedo y la esperanza, el amor y el más profundo odio. La vida misma y sus dichosos contrastes. Todo el rato.

La buena suerte, escrita por Gracia Querejeta y María Ruiz, se convierte así en un canto a la necesidad de obligarnos a vivir el presente aunque no todo esté en su sitio e incluso aunque nuestra vida esté patas arriba. "Es una reflexión sobre cómo abordar tus problemas", apunta Montaner. "Creo que da igual lo que huyas, si no afrontas tus problemas, te van a seguir persiguiendo y no va a haber pueblo donde te puedas meter", tercia Silva. "No es forma de vida esconderse y meter la cabeza en un agujero como una avestruz. El efecto Raluca es afrontar lo que hay aunque sea espantoso", continúa Querejeta. 

"Él se siente un cobarde emocional, porque además es un tipo que ha sufrido mucho y no sabe enfrentarse a ese sufrimiento que le ha destruido. Raluca le ofrece un ejemplo de valentía emocional", apostilla Montero, para quien la buena suerte "te la trabajas y consiste en intentar contarte la vida de otro modo", para verte a ti mismo desde otra perspectiva que antes no existía: "Tú no controlas nada de lo que te sucede en la vida, somos objetos, unos pobres peleles ante el azar, pero sí controlas cómo respondes a lo que te sucede en la vida. A lo mejor el abanico de elección es pequeñísimo, pero siempre hay un abanico de elección, y ahí te estás jugando tu destino y la buena suerte". "En cierto sentido se busca la buena suerte. Lo que sí existe es la mala pata", agrega Querejeta.

Uno de los mensajes de este film, según Montaner, es que "debemos atrevernos, sobre todo cuando estamos bloqueados, a tomar las riendas" de nuestras vidas. "Todos los días por la mañana vuelve a salir el sol y en el fondo siempre hay una oportunidad, y otra y otra y otra", prosigue Silva, de cuyo personaje vamos sabiendo progresivamente más y más a medida que se complica la trama y él se empeña constantemente en fingir ser quien no es como escudo contra un mundo hecho añicos. "Todos fingimos ser quienes no somos continuamente. Y lo peor es que lo hacemos de una forma cada vez más integrada y natural, en esta inercia que hay ahora mismo de consumo e imagen, consumo e imagen", argumenta, antes de rematar: "Normal que todo el mundo sueñe con irse a un pueblo".

Por otro lado, entre las diversas temáticas que trata, La buena suerte traslada a la gran pantalla una situación que se encuentra diariamente en los hogares españoles, pero no termina de saltar al debate público: la violencia intrafamiliar de los hijos a sus padres. "Creo que está poco presente en el cine y en la prensa también", afirma la cineasta, a pesar de que es algo que sin duda sucede y, más allá de enfrentamientos "normales entre padres e hijos", hay otros que "traspasan otras líneas y convierten las relaciones en demoledoras". "Este es el caso de esta película, por eso creo que va a haber gente que de una forma u otra va a sentirse identificada con lo que ocurre en la pantalla", apunta.

Para Montero, por su parte, "se habla muy poco de la violencia de los hijos hacia los padres, y todavía se habla menos de otra violencia que también está en la película, como es la que padecen los familiares de los asesinos, que son otras víctimas". Porque normalmente, asegura, cuando se dan esos "casos terribles de violencia social, siempre pensamos en las víctimas primeras, pero nadie piensa y nadie habla de esas otras víctimas que son los familiares de los criminales".

"La Guerra Civil se prolongó dentro de muchas familias": Celia Rico lleva al cine 'La buena letra' de Chirbes

"La Guerra Civil se prolongó dentro de muchas familias": Celia Rico lleva al cine 'La buena letra' de Chirbes

Estas situaciones extremas de violencia dentro del seno familiar es lo que lleva a Querejeta a recordar que "no hay amores incondicionales, sino que los amores se van haciendo, incluso los de los hijos a los padres y de los padres a los hijos". "Pienso que no quieres igual a tu hijo cuando nace que cuando tiene doce años, es totalmente imposible. No sucede de esa forma tan sencilla, es otra cosa", señala, insistiendo en que la relación entre un padre o una madre y su hijo o su hija "es responsabilidad de todas las partes" y cambia "según la vida va avanzando". "¿Qué se puede hacer cuando tienes un hijo que es un asesino? Ese es de alguna manera uno de los titulares de la película, no el único, pero sí uno de los esenciales", lanza, sin detallar más para evitar destripar el argumento.

"Es una novela sobre el bien y el mal, y es una película sobre el bien y el mal", resume Montero, quien si anticipa que el personaje interpretado por Hugo Silva está, como padre, "destruido por la culpabilidad" ante todos los actos terribles que perpetra su hijo. Pero es en este punto donde emerge el motor que el protagonista no puede apagar a pesar de los pesares, como explica el propio intérprete: "Puedes cortar con tu pareja, tus padres, con tu hermano, con tu hermana, con toda tu familia, pero no puedes cortar con tu hijo. Aunque consigas cortar con tu hijo psicópata adulto, siempre va a haber culpa, siempre va a haber un vínculo, algo muy difícil porque de padre a hijo es muy de tripas, y te sientes responsable de lo que haga, aunque ya sea un adulto, porque la naturaleza te manda así. Me parece un conflicto súper interesante en el que no se ha profundizado mucho".

Esta falta de profundización en este aspecto de las relaciones familiares se debe, en palabras de Montaner, a que siempre tendemos a ensalzar los buenos momentos, "lo bien que lo hace tu hijo, lo perfectas que son las familias", pero no se llegan a abordar realmente este otro tipo de situaciones más violentas y perturbadoras. "Está bien hacer una reflexión de cómo podemos aceptar un problema tan serio como que se haya roto por completo tu relación con tu hijo, a quien no le entiendes, ni le aceptas", plantea la actriz, al tiempo que su compañero remarca que "lo sano y lo importante es cuidar todas las relaciones". "Si te quieres cuidar, cuida a los tuyos", termina Silva.

Más sobre este tema
stats