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La cultura en 2014: grandes éxitos y mayores fracasos

Como cada fin de año, toca echar la vista atrás y hacer balance de lo vivido. También reflexionar sobre los propósitos para el nuevo que entra. En cultura, este ciclo que cierra lo hace con la consolidación de la fusión de arte y política, una tendencia al alza desde que comenzara esta crisis que, a pesar de las afirmaciones de nuestro presidente de que “ya es historia”, continúa azotando con tanta o más saña que hace un lustro. Promesas hechas en vano, igual que la que enarbolaba para la cultura el Partido Popular a su llegada al Gobierno a finales de 2011, que en este 2014 se ha revelado hueca: la no Ley de Mecenazgo, el primero de los hechos destacados de este recopilatorio con algunos de los grandes éxitos y mayores fracasos de 2014.

1. Adiós a la Ley de Mecenazgo

“España debe establecer un modelo cultural que facilite una sociedad creativa. Queremos unas instituciones culturales de excelencia. Desarrollaremos un marco de coordinación competencial para las políticas culturales fomentando entornos de red e intercambio cultural. Impulsaremos decididamente el mecenazgo como soporte activo de los emprendedores culturales y de la innovación creativa, restituyendo a la sociedad su protagonismo y sustituyendo la trasnochada estrategia de la subvención. Facilitaremos un entorno legal que mejore la protección de nuestro patrimonio cultural. Promoveremos una protección de los derechos de propiedad intelectual que permita la innovación y el desarrollo de nuevos modelos de negocio. Es fundamental incorporar definitivamente nuestras industrias culturales al nuevo entorno digital”.

Así vendía el PP sus proyectos en materia cultural en su programa electoral de 2011, detallado en un documento bajo el cuando menos condescendiente título de Lo que España necesita. Como en una película, pasamos en la siguiente escena al 29 de septiembre de 2014: “En la reforma fiscal va la Ley de Mecenazgo. El mecenazgo implica un soporte de incentivos fiscales, de deducciones sobre el impuesto sobre la renta y en el impuesto de sociedades. Eso es una Ley de Mecenazgo”.

Las palabras las pronuncia José María Lasalle, secretario de Estado de Cultura, el mismo que, en los tres años que no vemos en pantalla, se pasó mes sí mes también alabando las bondades del mecenazgo privado como impulsor de las inversiones en cultura. Esos incentivos fiscales de los que habla comprenden principalmente exenciones a los pequeños mecenas: así,una inversión de 150 euros supondrá una desgravación del 75%, a la que se podrá sumar hasta el 40% menos en el impuesto de sociedades. Se consolida, pues, el modelo del crowdfunding. crowdfunding.

Aunque nos quedamos con una reforma fiscal en vez de con una Ley de Mecenazgo, seguramente conviene también mencionar el debate que ya se ha abierto en Francia con respecto a la creciente privatización de la cultura. Publicado en el sitio Mediapart, socio de infoLibre, cerca de una cuarentena de artistas, críticos, comisarios o historiadores -desde Georges Didi-Huberman a Suzanne Lafont- suscribieron este octubre el texto ¿El arte no es más que un producto de lujo?

Espoleado por la apertura de la Fundación Louis Vuitton, un centro de arte contemporáneo impulsado por el magnate Bernard Arnault, el documento pone en duda la legitimidad de la presencia de especuladores en el terreno de la creatividad. "No nos asentamos en modelos de virtud. ¿Quién, en este medio, no ha participado en alguna ocasión en alguna manifestación de una fundación?", afirma el escrito. "Pero cuando las mayores fortunas de Francia rivalizan para intervenir masivamente en la producción artística, los argumentos clásicos a favor de este tipo de financiación nos parecen débiles e hipócritas". 

2. Se aprueba la Ley de Propiedad Intelectual

Y por fin, se aprobó. El partido del Gobierno, el PP, volvía a tirar de su mayoría absoluta para sacar adelante en solitario un texto que ha sido contestado por la oposición, las entidades de gestión de derechos de autor, las asociaciones de Internautas, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia e incluso el Tribunal Supremo.

Este 1 de enero de 2015 entra en vigor la Ley de Propiedad Intelectual (LPI), que ya se ha dejado sentir sus efectos a lo largo de este mes de diciembre. Primero fue el cierre de Series Pepito y Películas Pepito, dos webs de enlaces cuyos administradores fueron detenidos el pasado día 3. Desde ese punto de inflexión, se han ido sucediendo las clausuras: inmediatamente después, Magnovideo y Series.ly anunciaban que retiraban todos sus enlaces no acordes con la norma.Y el día 16, Google News, el agregador de noticias, concedía a España el dudoso honor de convertirse en el primer país del que retiraban sus servicios: la ley prevé que, sí o sí, tienen que pagar un canon a los editores de medios de comunicación por mostrar enlaces a sus artículos. Y ellos no han querido pasar por el aro.

Interesados por la cuestión, desde infoLibre contactamos a diferentes expertos, que resumieron así el ámbito de la nueva LPI, rebautizada Ley Lassalle, por el secretario de Estado de Cultura: “Censura, control y censura”. “Esta ley hay que enmarcarla en los recortes de derechos que se vienen llevando a cabo desde 2010”, advertía el abogado especialista Carlos Sánchez Almeida. “A la ley mordaza yo la llamo el monstruo jurídico de tres cabezas, que son la Ley de Seguridad Ciudadana, la reforma del Código Penal y la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual“. 

3. El IVA no se va

Poco queda por decir que no sepan: desde el 1 de septiembre de 2012, y a excepción de los libros en papel (al 4%), todos los productos culturales están gravados al 21%, el tipo más alto de Europa, que antes de la subida era del 8%. En enero de este año se rebajó el IVA a las transacciones de arte al 10%, pero la cosa lleva trampa: la medida solo beneficia a los artistas, no así a marchantes y galeristas. 

En estos doce meses, los agentes culturales han convocado protestas y manifestaciones que por el momento han caído en saco roto, y en estas últimas semanas ha nacido la plataforma Menos IVA más Cultura, que apoyan 7.000 empresas culturales. Una de sus primeras medidas ha consistido en atosigar al presidente del Gobierno enviándole -literalmente- miles de cartas solicitando la bajada del impuesto. De momento, solo hay la callada por respuesta. 

 

4. A vueltas con El Bosco

La polémica más novelesca de este 2014 la han protagonizado Patrimonio Nacional y el Museo del Prado. De acuerdo con la primera institución, cuatro de las joyas que se despliegan en la pintacoteca –El jardín de las delicias y La mesa de los siete pecados capitales, de El Bosco; El descendimiento de la cruz, de Van der Weyden; y El lavatorio, de TintorettoEl jardín de las deliciasLa mesa de los siete pecados capitalesEl descendimiento de la cruzEl lavatorio- son en realidad propiedad suya. De ahí que reclamaran en julio su devolución, ante cuya negativa tuvo que intervenir el Gobierno, que resolvió en septiembre que las piezas se quedaban en el Prado.

En 2015, Patrimonio Nacional tiene previsto abrir en Madrid su Museo de las Colecciones Reales, de ahí ese interés por recuperar los cuadros, auténticas obras maestras que llevan exhibiéndose en el Prado desde 1936. Aquel año, la Junta Delegada de Incautación, Protección y Conservación del Tesoro Artístico Nacional del Gobierno de la República las trasladó al museo para impedir su destrucción durante la Guerra Civil. Más adelante, en 1943, se firmó un decreto que establecía el depósito temporal, y en 1998 se renovaron los depósitos y se ordenó la cesión mediante acta de regularización.

El último episodio de este desacuerdo tuvo lugar el día 16 de diciembre en el Congreso de los Diputados, donde IU aprovechó para pedir explicaciones al Gobierno por esta “vergonzosa disputa”, que se reavivó el día 3 de diciembre, cuando Patrimonio Nacional reiteró su intención de recuperar las obras, además de otras dos tablas flamencas anónimas.

Al desaguisado se suma la coyuntura de que el Prado también tiene obras depositadas en Patrimonio Nacional. "Pero aquí bailan las cifras. Según Patrimonio, son una docena; según el Prado, una treintena”, apuntó el diputado Gaspar Llamazares. "Se advierte de que con la salida del Prado de estas piezas se iniciaría un proceso de desguace del museo, que haría peligrar el consenso político del 95. Se califica de irresponsabilidad y de escándalo llegar a perder estas obras. Sería desvestir a un santo para vestir otro”.

5. Cultura y política ratifican su unión

En estos últimos años, la cultura se ha ido armando de política para hacer frente a los estragos de la crisis. En teatro, cine o literatura, las historias han virado hacia la exposición de los hechos, la denuncia y la queja.

¿Títulos? Innumerables. Valgan de ejemplo funciones teatrales como Eurozone, de la compañía Chévere, ganadora del premio Nacional de Teatro; películas como Murieron por encima de sus posibilidades, Hermosa juventud o Los fenómenos o libros como La trabajadora, de Elvira Navarro.

Los últimos, acaso, en montarse al carro de la protesta en este 2014 han sido los músicos. Les ha costado, pero finalmente lo han hecho: grupos y cantantes hasta ahora apolíticos como Amaral, Nacho Vegas, Miguel Bosé o Vetusta Morla, entre otros cuantos, han presentado este año trabajos en los que no han podido ni querido dejar de lado la realidad política y social.

6. Cultura y Gobierno ratifican su divorcio

Los artistas están haciendo más política que nunca, también por negación: muy sonados han sido los rechazos de los premios nacionales por parte de Jordi Savall, que ganó el de Música, y de Colita, que obtuvo el de Fotografía. Ambos galardones están dotados con 30.000 euros.

No era la primera vez que esto ocurría –sin ir más lejos, Javier Marías rechazó en 2012 el de Narrativa por no querer verse metido en un jardín político-, pero dos desplantes en dos semanas dieron esta vez mucho de qué hablar.

Mientras que el violagambista acusó al Gobierno de profesar un "dramático desinterés y grave incompetencia en la defensa y la promoción del arte y de sus creadores", la fotógrafa dirigió una misiva al ministro de Cultura que rezaba: "Manifestarle, sr. Wert, que proviniendo dicho premio Nacional de Fotografía del Ministerio de Cultura, Educación y Deportes, me veo en la obligación de rechazarlo. Ignoro dónde reside este ministerio, e incluso si existe como tal. En cualquier caso, yo no lo conozco".

7. El mejor año para el cine, el peor año para el cine

"Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación". 

Las inmortales palabras de Charles Dickens bien valen para describir la montaña rusa en la que anda montado el cine español, que en este 2014 ha rubricado la mejor taquilla de su historia en términos absolutos, con 123 millones de euros recaudados sin terminar el año, según datos de la Confederación de Productores Audiovisuales Españoles. Además a 7 de diciembre, según datos de Rentrak, había alcanzado el 25,5% de la taquilla en España, lo que supone el mejor número de los últimos 37 años.

Esta noticia positiva se enmarca, ya lo saben, en un clima de tensión y desencuentro entre cine y Gobierno, materializado en la dimisión de la directora del Instituto de las Ciencias y las Artes Audiovisuales, Susana de la Sierra, sustituida por la funcionaria del Estado Lorena González Olivares. Para 2015, y tras varios años de recortes, la partida de los Presupuestos Generales del Estado para el séptimo arte se ha visto aumentada en un 5,14% hasta los 50,69 millones. No obstante, el tijeretazo acumulado deja esa cifra muy por debajo de la del año del inicio de la crisis, 2008, cuando alcanzaba los 85 millones de euros.  

8. Vuelve la censura

No es patrimonio exclusivo de España: a finales de septiembre ya les contábamos desde las páginas de este periódico cómo la última novela de Martin Amis, ambientada en un campo de concentración, había sido rechazada por sus editores francés y alemán. La censura, como decíamos entonces, vuelve como las golondrinas. Apenas un mes después, el silencio se imponía sobre el ensayo de Gregorio Morán El cura y los mandarines, un repaso de la historia reciente de las élites culturales españolas.

Aunque el acuerdo ya estaba más que cerrado para publicar el título en el sello Crítica, de la editorial Planeta, en el último minuto se rompió la baraja. La casa de José Manuel Lara exigió al autor retirar un capítulo de once páginas crítico con la figura del hoy director del Instituto Cervantes y antiguo cabeza de la RAE Víctor García de la Concha. El autor se negó, y tuvo que llevarse su libro a otra parte: la editorial Akal, que lo acaba de sacar a la venta. 

9. El retrato de nunca acabar

Veinte años median entre el encargo, a razón de 300.000 euros, y su entrega. Por fin, este diciembre se mostraba en público, como parte de la exposición El retrato en las Colecciones Reales, en el Palacio Real, el ya celebérrimo Retrato de la Familia de Juan Carlos I, en el que aparecen junto al antiguo rey el actual, Felipe VI, las infantas Elena y Cristina y la reina Sofía.

Una vez colgado el cuadro, firmado por el pintor manchego Antonio López, las críticas y las chanzas no tardaron en viralizarse. Que si Cristina está más separada del resto por su implicación en el caso Nóos, que si la reina lleva los zapatos del revés, que si falta en el grupo el Pequeño Nicolás... 

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10. Nuevos tiempos para las Academias

"Sí", respondía tajantemente el escritor Arturo Pérez-Reverte a la pregunta de si consideraba necesaria una renovación al frente de la RAE, institución en la que él ocupa el sillón T. Dicho y hecho, sus plegarias fueron atendidas: este 11 de diciembre Darío Villanueva relevaba en el cargo de director a José Manuel Blecua, tras una votación en la que todos los 46 académicos optaban al puesto. Entre los retos a los que se enfrentará el filólogo destaca, como él mismo se encargó de señalar, la necesidad de encontrar "una posición solvente desde el punto de vista económico". La papeleta se la podría resolver, al menos parcialmente, el diccionario online, para el que, aseguró, se encargará de buscar un patrocinador que lo haga rentable. 

No es Villanueva el único nuevo director de una academia. El arquitecto Fernando Terán fue elegido este mismo lunes para hacerse cargo de la de Bellas Artes de San Fernando, en sustitución de Antonio Bonet Correa; y Carmen Iglesias fue nombrada unos días antes directora de la de Historia, remplazando a Gonzalo Anes. La designación de Iglesias, que es también miembro de la Academia de la Lengua, fue celebrada como un éxito por ser la primera mujer en alcanzar la cima de la jerarquía de la institución. Quizá, debiera reevaluarse esa percepción para colocarla en el lote de los grandes fracasos de este año 2014 d.C, en el que continúa siendo reseñable, por poco habitual, que las mujeres accedan a puestos de poder. 

Como cada fin de año, toca echar la vista atrás y hacer balance de lo vivido. También reflexionar sobre los propósitos para el nuevo que entra. En cultura, este ciclo que cierra lo hace con la consolidación de la fusión de arte y política, una tendencia al alza desde que comenzara esta crisis que, a pesar de las afirmaciones de nuestro presidente de que “ya es historia”, continúa azotando con tanta o más saña que hace un lustro. Promesas hechas en vano, igual que la que enarbolaba para la cultura el Partido Popular a su llegada al Gobierno a finales de 2011, que en este 2014 se ha revelado hueca: la no Ley de Mecenazgo, el primero de los hechos destacados de este recopilatorio con algunos de los grandes éxitos y mayores fracasos de 2014.

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