Ocho fotoperiodistas encienden la luz en la Cañada Real

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La Cañada Real no está ni a 15 kilómetros de la Puerta del Sol. Podría, de alguna manera, ser el nuevo kilómetro cero a partir del cual todos empezáramos a medir las distancias que nos excluyen a unos respecto de los otros. De alguna forma, de hecho, ya lo es.

Así lo muestra y demuestra Encender la dignidad, la exposición fotográfica que desde la Casa de Asociaciones de Rivas Vaciamadrid pretende visibilizar la rutina diaria de los 4.000 vecinos y vecinas que acumulan ya más de 500 días de supervivencia sin suministro eléctrico

El objetivo último es ayudar a superar el "estigma" que subyuga la vida cotidiana de los habitantes de la Cañada, muchos de ellos niños, y denunciar el "tabú político" que se pasa la patata caliente para no entrar a solucionar el meollo del asunto.

"No reclaman ningún privilegio, solo luz y agua", destaca a infoLibre el fotoperiodista Bruno Thevenin. Uno de los ocho que firman esta exposición, todos ellos con experiencia en importantes medios de comunicación: Olmo Calvo, Samuel Aranda, Luis de Vega, Susana Girón, Inma Flores, David Expósito y Jaime Alekos.

Todos ellos afirman que la situación de la Cañada Real vulnera los derechos fundamentales de unos ciudadanos desamparados por las administraciones. Además, recuerdan que el relator especial de la ONU para la Extrema Pobreza, Oliver De Schutter, calificó la situación de “catástrofe humanitaria y derrota de los derechos sociales”.

Al mismo tiempo, Thevenin argumenta: "Los periodistas tenemos que resaltar siempre los temas importantes para que la gente se haga preguntas. Habrá quien sepa sobre la Cañada y quien no. Nuestra intención es que la gente vea la foto de una madre por la noche en un frío salón iluminado por una vela y sienta esa empatía". 

La intención es, en definitiva, que tengamos que claro que la Cañada Real puede estar a 15 kilómetros del epicentro de España, que ya es poco, pero es que está apenas a un par del rutilante ensanche de Vallecas. Tan nuevo, tan aspiracional, con sus urbanizaciones cerradas con piscina.

"A nada de su casa hay urbanizaciones", corrobora Thevenin, quien añade que, por si fuera poco, la sensación térmica en la Cañada es "más baja que en las zonas cercanas". Tan cerca, pero tan lejos. En otro mundo que está en Madrid pero que está en realidad deslocalizado como consecuencia del olvido administrativo.

Con todo tipo de penurias, especialmente en los sectores 5 y 6, donde las viviendas son "más precarias", según Thevenin: "Estas familias tuvieron que soportar Filomena sin luz, los niños van al colegio con la ropa húmeda oliendo mal y no pueden estudiar en casa porque no tienen luz".

Y prosigue: "Después de que les cortaran la luz en octubre de 2020 se dieron muchos casos de intoxicaciones por gas. La gente no puede almacenar medicinas, ni calentar agua, ni mantener alimentos. Y hay mucho bullying de la sociedad madrileña hablando de droga cuando la realidad es otra. Las familias te dicen que si hay droga es un foco muy localizado que no convive con el resto, porque es gente que viene de fuera, se coge una parcelita para explotarla y luego se va. Uno no siembra el caos donde vive".

El de la Cañada Real es un tema que ha sido noticia a nivel nacional e internacional, pero que no cuenta con la atención necesaria de las autoridades locales, que se han ido pasando el problema hasta llegar a punto "insostenible" actual. "Esta gente es superviviente. Ahora lo que hace Naturgy es arrancar el tendido eléctrico, así que si les quisieran poner luz, ya no hay posibilidad. Cuando eso es todo lo que reclaman, poder pagar su luz con un contador y tener agua", resalta el fotoperiodista.

El deseo de la visibilidad lo están consiguiendo poco a poco, aunque ahora falta el reto de la concienciación. Para ello, este grupos de fotoperiodistas ha contado ya con el apoyo de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, quien ya se ha pasado por la exposición.

"Un trabajo fotográfico colectivo que visibiliza la situación de las 4.000 personas de la Cañada Real que viven sin suministro eléctrico. Una mirada que nos habla de la necesaria defensa de los derechos humanos", escribe Díaz en su cuenta de Twitter sobre esta iniciativa que también ha visitado ya el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo.

Encender la dignidad puede verse hasta el 10 de marzo en la Plaza de Pablo Neruda de Rivas Vaciamadrid, pero después ya hay planes para llevarla a otros lugares o tener presencia online. Ha sido realizada gracias a la colaboración desinteresada de los autores y del Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid, de la Fundación Fomento Hispania, de la Coordinadora de Barrios, de la Asociación Tabadol, de la Asociación AMAL Cañada y de Sancho Somalo.

La Cañada Real no está ni a 15 kilómetros de la Puerta del Sol. Podría, de alguna manera, ser el nuevo kilómetro cero a partir del cual todos empezáramos a medir las distancias que nos excluyen a unos respecto de los otros. De alguna forma, de hecho, ya lo es.

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