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Franco seguirá en la nevera

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Todo empezó cuando Eugenio Merino encerró a Franco en una nevera. La escultura hiperrealista que el artista presentó en la edición de 2012 de Arco bajo el nombre de Always Franco desató la ira de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), dedicada a promover “la verdad” sobre el legado del que fuera Jefe de Estado durante cuatro décadas, que entendió que se había afrentado al dictador. Una persona que, como entonces señaló el vicepresidente de la FNFF, Jaime Alonso, “además, está muerta y no puede defenderse”.

Tras haber demandado a Merino en 2012 y haberse celebrado el juicio el pasado día 11 de julio, ya hay sentencia: no hay caso.

El juzgado de primera instancia nº 26 de Madrid ha desestimado hoy miércoles la demanda interpuesta contra Eugenio Merino. La juez Rocío Nieto Centeno considera, según recoge la sentencia, que “de la contemplación de la citada obra, podemos concluir que, aunque pueda disgustar a unos o gustar a otros, y aunque la actora (la FNFF) pueda considerarla desafortunada, no puede considerarse que dañe la reputación u honor de la fundación demandante. (…) Y, sin negar que pueda haber herido algún tipo de sensibilidad, no puede concluirse que la obra menoscabe el honor y dignidad de la fundación demandante, pues no excede los usos sociales propios de nuestra cultura actual”.

Sentencia absolutoria de Eugenio Merino (PDF)

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La FNFF, que solicitaba una indemnización de 18.000 euros al artista, ha anunciado a través de Alonso, y según señala el diario El País, que recurrirá la sentencia, con disposición de llegar incluso al Tribunal Supremo si la causa vuelve a ser desestimada por la audiencia provincial.

En una entrevista con infoLibre, Merino ya señaló que esperaba que el fallo se dictara a su favor. “Lo grave es todo lo que ha sucedido, el apoyo del exalcalde de Madrid (José María Álvarez del Manzano, actual presidente de la Junta Rectora de Ifema), la incompetencia de un director de feria (Carlos Urroz) y por supuesto la existencia de una fundación de una legalidad discutible”, denunciaba. “Pero más grave aún es que tengamos una estructura política que aún de cobertura al franquismo e impida la justicia, crítica, mención, o planteamiento sobre esto”.

En defensa y apoyo a Merino y por la libertad de expresión, una veintena de artistas, entre ellos Alejandro Jodorowski, el colectivo Democracia o Tania Bruguera, organizaron hace unos días en Madrid una exposición monotemática en torno a la figura de Franco. En ella se presentó una nueva pieza de Eugenio Merino, un punching ball con la cabeza de Franco punching ball que, advierte Jaime Alonso, la FNFF utilizará como prueba para el recurso de la sentencia, cuya sombra se podría extender al resto de artistas participantes en la muestra colectiva.

Todo empezó cuando Eugenio Merino encerró a Franco en una nevera. La escultura hiperrealista que el artista presentó en la edición de 2012 de Arco bajo el nombre de Always Franco desató la ira de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), dedicada a promover “la verdad” sobre el legado del que fuera Jefe de Estado durante cuatro décadas, que entendió que se había afrentado al dictador. Una persona que, como entonces señaló el vicepresidente de la FNFF, Jaime Alonso, “además, está muerta y no puede defenderse”.

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