"Los hombres no nos leen": las mujeres del mundo literario dan la batalla cultural por la igualdad

Las mujeres publican muchos menos libros en España que los hombres. Así lo constatan los datos: en 2024, de los 62.800 registros ISBN que se corresponden con un solo autor, el 39,7% eran mujeres y el 60,1% hombres. Apenas media décima respecto al año anterior de acercamiento hacia un equilibrio que parece poner todas las resistencias habidas y por haber. De nuevo, las cifras: 39,2% de títulos ellas y 60,7% ellos en 2023, 37,8% frente 62% en 2022, 37,9% ante 61,8% en 2021, 38,5% ellas y 61,1% ellos en 2020 y 37,3% frente a 62,2% en 2019.
Esto a pesar de que según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España en 2024, sigue creciendo el porcentaje de mujeres que lee en su tiempo libre hasta el 71,7%, superando a los hombres en todos los tramos de edad e incrementando la distancia entre ambos sexos en el estudio anterior: 12,7 puntos porcentuales frente a 9,3 puntos en 2023. Y un detalle numérico más: el 61,7% de los títulos de Literatura Infantil y Juvenil los escribieron mujeres (en este campo sí son mayoría), mientras los hombres copan la creación de pensamiento con un 67,5% de los ensayos y volúmenes relativos a Ciencias Sociales y Humanidades.
"Las mujeres somos legión en el mundo de la literatura, pero no se ve", afirma a infoLibre la presidenta de la Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras (AMEIS), Carmen Peire, poniendo el foco en la gran cantidad libreras, profesoras de literatura, bibliotecarias, traductoras, editoras, ilustradoras, comunicadoras, agentes literarias y otras tantas profesiones del sector: "En el mundo editorial la mayoría de las trabajadoras son mujeres, aunque luego las direcciones sean masculinas. Este es un universo que se puede escribir casi en femenino y, sin embargo, no está lo suficientemente visibilizado. Sin olvidar que ellas son las que compran más libros, fomentan el hábito lector en las familias y acuden mayoritariamente a los clubes de lectura".
Hacemos el mismo trabajo, tenemos los mismos derechos y tenemos que tener los mismos reconocimientos
"El objetivo del encuentro es reivindicar el papel de las mujeres creadoras en el mundo del libro", señala a infoLibre la presidenta de ACE Traductores, Marta Sánchez-Nieves, quien aprovecha para recordar que la traducción de libros es una "profesión mayoritariamente femenina". "Se conoce más a los traductores porque se les suele dar los grandes libros, o esos clásicos que están tan bien vistos", denuncia, al tiempo que aporta otro dato que enriquece el dibujo del contexto: "Las traductoras han empezado a ganar premios nacionales a partir del año 2005, que fue cuando se hicieron los jurados paritarios. Antes de eso, casi nada. En contraposición, lo del Premio Nacional de Ensayo es vergonzoso, no me creo que no haya más ensayos escritos por mujeres que no hayan merecido el galardón".
"Nos pongamos como nos pongamos, todavía no estamos en una sociedad igualitaria, ni muchísimo menos", subraya la escritora Marta Sanz, quien habla de una "brecha muy importante", algo que "resulta especialmente doloroso y paradójico en un marco en el que las mujeres parece que precisamente están muchísimo más presentes en todos los ámbitos literarios, sobre todo como lectoras". "Yo me paso la vida asistiendo a clubes de lectura, a encuentros en bibliotecas, y lo que me encuentro son lectoras que entienden el acto de la lectura con esa doble dimensión de enriquecimiento personal pero también de lugar para una conversación pública. Llama mucho la atención esa especie de gran distancia que separa la realidad de las cifras oficiales, los porcentajes de publicación y todas las estadísticas", apostilla a infoLibre.
El síndrome de la impostora siempre es más fuerte en las mujeres
Durante el Encuentro se plantean cuatro mesas que aborden las particularidades de la literatura escrita por mujeres desde todos los ángulos y de manera transversal: de la creación -y las barreras específicas que afectan más a autoras e ilustradoras-, a la edición, difusión y percepción general que se tiene de los libros publicados por mujeres en España y en el exterior. Asimismo, AMEIS pone el foco en problemas de base como la conciliación, el edadismo o la falta de referentes, recordando en este último punto que según el estudio realizado en 2014 por Ana López Navajas solo aparecían un 12,4% de autoras en más de un centenar de libros de Lengua Castellana y Literatura de la ESO. "Queremos hacer un diagnóstico de situación, ver retos y marcar líneas de actuación. Es más bien un punto de partida al que dar una continuidad, para luego seguir viéndonos y no estar tan dispersas, que es otra de las cosas en las que influye la desigualdad", explica Peire.
Necesitamos un campo cultural sin prejuicios en el que las mujeres inteligentes no den miedo ni sean acusadas de soberbia nada más abrir la boca
"Hacemos el mismo trabajo, tenemos los mismos derechos y tenemos que tener los mismos reconocimientos", recalca Sánchez-Nieves, quien además admite que reunirse para compartir experiencias y analizar la situación colectiva ayuda a quitarse de encima el "síndrome de la impostora, que siempre es más fuerte en las mujeres". Y se posiciona contra esa idea de que las mujeres hacen "la parte secundaria y menos importante de la literatura", al tiempo que argumenta que justo por eso "la traducción de literatura infantil y juvenil está un poco denostada, es cosa de mujeres para niños porque ellas son las que entienden a los niños y ese es su papel: cuidar". "Es eso de ellas trabajando en los huecos que les dejan los niños mientras los maridos tenían un despacho", agrega.
Y tercia Sanz: "Virginia Woolf dijo que las mujeres necesitábamos un cuarto propio y 500 libras al año para escribir. Pero, además de eso, necesitamos también un campo cultural sin prejuicios en el que las mujeres inteligentes no den miedo ni sean acusadas de soberbia nada más abrir la boca. Un campo que no te obligue permanentemente a ser humilde, que no te acuse de victimismo cada vez que constatas un hecho, un campo sin condescendencia, en el que el éxito de las escritoras no se ponga permanentemente bajo sospecha... Necesitamos todo eso, algo que tiene que ver con lo económico, pero también estamos librando una batalla cultural en la que las mujeres, por el hecho de ser mujeres, estamos juzgadas desde el principio en nuestras aptitudes artísticas y en nuestra manera de movernos en el mundo de la literatura".
El día que consigamos que se nos lea igual a los hombres y a las mujeres por parte de hombres y mujeres sin ningún prejuicio, habremos conseguido realmente la equidad
Algunas de las propuestas de la Asociación de Mujeres para este Encuentro es la creación de una genealogía femenina completa y unificada, así como la concesión de una ubicación física a la Biblioteca de Mujeres, creada por la bibliotecaria Marisa Mediavilla. "Ella tiene recopilados más de 30.000 volúmenes de literatura escrita por mujeres, de los que ahora una parte está guardada en Alcorcón y otra en cajas en el Museo del Traje, que es una metáfora total del lugar al que nos asignan. Queremos reivindicar que esta Biblioteca esté en el centro de Madrid, en un local para que se pueda acudir a ello, porque es fundamental recoger lo que se ha escrito para tener más visibilidad", explica Peire.
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Otro aspecto que se relaciona directamente con la creación de una genealogía femenina es la presencia de más mujeres en la crítica literaria, así como en puestos de responsabilidad, ya que según un estudio publicado en 2023 por la asociación de escritoras Clásicas y Modernas, las mujeres solo ocupan un exiguo 13% en los Consejos de Administración de las grandes editoriales. Igualmente importante es la representación paritaria en las ferias internacionales más importantes. También en los jurados de los premios institucionales, para equilibrar una desproporción que habla por sí sola en porcentajes: el Premio Cervantes tiene seis ganadoras en total, lo que supone un 12%, un resultado muy parecido al Premio Nacional de las Letras, que es de un 15% (en otros galardones privados la situación no mejora, pues ahí están el Planeta y el Nadal con un 27,4% y un 15% de ganadoras, respectivamente. Eso por no hablar, de la infrarrepresentación femenina en la Real Academia Española, con tan solo 16 mujeres.
A mí, en las ferias muchas veces se me han acercado hombres pidiéndome firmas para sus mujeres
"Otro de los grandes problemas, como decía Almudena Grandes, es que los hombres no nos leen. En las ferias ella tenía grandes colas para firmar, casi todas mujeres, y cuando se acercaba un hombre le decía que era para su novia", rememora Peire con ironía, dejando la palabra a Sanz: "A mí, en las ferias muchas veces se me han acercado hombres pidiéndome firmas para sus mujeres. En algunos casos esos responde a ese prejuicio de que las mujeres escriben solo para las mujeres, y en otros casos a un poco de vergüenza, de enmascaramiento, de no reconocer que quien estaba leyendo eras tú, lo cual es muy triste".
No es este un detalle menor para la escritora, pues pasa por "asumir" un poco la idea de que "lo universal no es lo masculino, que es lo que tenemos absolutamente normalizado". "Pues no, lo universal no es lo masculino. Debería ser una amalgama de diferentes miradas y vivencias, no única y exclusivamente el lugar de los dueños de las palabras o del discurso dominante durante tanto tiempo", plantea, devolviendo la palabra a Peire: "Eso es porque se sigue considerando todavía que lo que las mujeres escriben es como de serie-B. El día que consigamos que se nos lea igual a los hombres y a las mujeres por parte de hombres y mujeres sin ningún tipo de prejuicio es cuando habremos conseguido realmente la equidad".