De viva voz
Ciudad
Ciudad
La luz de mi ciudad tiene un tamiz
de sombras,
como lavada en los naufragios
que la alzaron sobre el cerro.
Los nogales convertidos en cruces
y las gavias en ministerios,
un resplandor de oro
en las vitrinas del tiempo.
La lluvia vuelve a juntar
estragos en un agua
de murmullos y cenizas
moviendo arenas.
Cae la humedad como si entrara
un potro frío a los cinemas.
Y se oyen voces en las calles rotas
y voces que les responden
en las plazas desocupadas.
La niebla se vislumbra en el café.
Tiene algo de ballena
cuando brama contra los cerros.
De un galeón fantasma
que partirá sobre las cumbres
cuando suba la marea.
Abajo la ciudad, arrojada con todas
sus luces en un cruce de huesos
y de estrellas. Tenía razón el que decía,
“no pierda el tiempo descubriendo
su ciudad, hay que inventarla primero”.
*Santiago Espinosa es poeta y ensayista. Su último libro, la antología Santiago EspinosaLuz distinta (Valparaíso México, 2017).