Lixeiro (Ligero)
Ismael Ramos
Xerais Edicións (La Bella Varsovia / Poesía)
Vigo, 2021 (Madrid, 2021)
El viernes 7 de octubre de 2022 se fallaba, en la Sala Velázquez del Ministerio de Cultura y Deporte, el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Poesía Joven Miguel Hernández, una convocatoria anual que distingue la obra poética escrita en cualquiera de las lenguas oficiales españolas de un autor o autora menor de treinta años. Y el Jurado eligió como libro ganador de esta convocatoria a Lixeiro / Ligero, aportación lírica de Ismael Ramos (Mazaricos, A Coruña, 1994).
La versión original Lixeiro transita en gallego y fue impulsada por Edicións Xerais de Vigo en mayo de 2021. También salió en el idioma autóctono del poeta la carta de amanecida Os fillos da fame (2016), ganadora del XVII Premio Johán Carballeira de Poesía y volcada al castellano con el título Fuegos en 2020. Por tanto, debe considerarse a Ismael Ramos como un reactivo de la renovación poética gallega y de su herencia cultural.
Como capturas en la retina, atentas a la sutil complejidad de lo cercano, y como afanosa búsqueda de ramificaciones en su significado; como indagación en la memoria surgen las composiciones de Lixeiro, obra con versión al castellano de su autor en octubre de 2021, dentro del sello La Bella Varsovia.
La perspectiva elegida por el sujeto poético es la fuerza comunicativa de la experiencia cotidiana y sus contingencias. Los personajes líricos se entrecruzan en los estratos conformadores del transitar existencial. Este enfoque sugiere un camino o punto de reunión de afanes vitales, marcado por una cadencia sucesiva de reflejos. Como reafirme el sugerente verso del narrador, ensayista y poeta Peter Handke: “Al final diré algo, un poco”.
El fluir emocional despereza la percepción subjetiva. El entorno cristaliza en sensaciones y caligrafía los estados de ánimo. Al cabo, cuando sucede lo de siempre, aquello que aparece vestido con ropa obvia, cuaja inadvertido lo distinto. El presente alumbra sendas abiertas a la posibilidad. Como vislumbramos en el poema El futuro, las palabras enlazan intervalos temporales, como si los pasos del destino se empeñaran en encontrar la dirección correcta en ese intervalo en el que se demora el porvenir y los latidos del reloj condensan conflictos, asimetrías e incertidumbres: “Podemos llamar futuro a la diferencia entre lo que intentamos ser y lo que somos, / entre lo que creemos ser y lo que verdaderamente somos. / Una fórmula próxima a la decepción”. La realidad aflora con contornos difusos, reclamando el umbral de algún sueño o los recodos de una dimensión imaginaria, que haga posible el desvelado caminar del pensamiento. Esta sensación de nomadismo y movimiento es fuente de evocación; crea itinerarios difusos que buscan un centro inadvertido.
Los poemas acrecientan la sensación de proximidad y cercanía intimista mediante protagonistas concretos que forman parte del entorno afectivo del hablante poético, como si confluyeran la realidad del entorno biográfico y los sujetos activos del poema. Nacen así presencias inventadas, que también duelen, que alzan una entidad tangible, que ayuda a comprender y sentir. Los pasos en el entorno moldean alucinaciones, trazan itinerarios, con historias que restituyen su peculiar épica vivencial.
Los escenarios cambian para que el pensamiento se transforme en el lugar necesario para las apariciones. De este modo, el marco de representación establece otros lugares de paso. Así se conforma un itinerario italiano que aglutina rincones de Roma, Perugia o inventa avances argumentales a partir de una fotografía, como sucede en el poema Joven sentado, inspirado en una imagen de Jesús Madriñán.
Ver másEl gallego Ismael Ramos, Premio Nacional de Poesía Joven
Los caminos de la sensibilidad de Ismael Ramos cobijan en sus poemas finales evocaciones y recuerdos. Desde ellos se comparte la soledad poblada de la casa del padre y sus figuras familiares, cuyas líneas precisas ordenan el tiempo y alientan reflexiones de ida y vuelta entre lo vivido y el ahora. En las composiciones adquiere una fuerte resonancia la tierra y el lugar, esa geografía interior donde se guardan las mínimas historias personales. Caligrafía frágil, metódica, esencial, que tal vez no sepa si sucedió algún día.
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José Luis Morante es poeta y crítico literario. Autor de 'Nadar en seco' (Isla Negra / Crátera, 2022)