La eterna recuperación de María Zambrano

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"Con el retorno a España de la escritora María Zambrano finaliza el exilio español de 1939". Así titulaba el diario El País la noticia del regreso de la filósofa a Madrid, en 1984, después de 45 años de ausencia. Si la literatura española escrita por mujeres ha estado sometida al olvido, la de la autora nacida en Vélez-Málaga en 1904 es una luminosa excepción en la negrura. Su vuelta se leyó como un triunfo nacional y 20 periodistas esperaban, aquel resignificado 20 de noviembre, a que su avión tocara tierra en Barajas. Había recibido ya el Premio Príncipe de Asturias tres años antes, cuando residía aún cerca de Ginebra, y no tardaría en recibir el Cervantes, en 1988. Fue la primera mujer en hacerlo, una de las cinco únicas autoras en colgarse la medalla, una de las dos españolas que han recibido este homenaje, junto a Ana María Matute. El mundo cultural español lleva cerca de cuatro décadas recuperando su obra, su pensamiento y su figura. Y aún no ha terminado. 

 

Aunque su correspondencia se ha estudiado desde poco después de su muerte en 1991, no es hasta ahora que han salido a la luz todas las cartas intercambiadas con el pintor Ramón Gaya entre 1949 y 1990, en un volumen compilado por Isabel Verdejo y Pedro Chacón en el sello valenciano Pre-Textos. Solo en 2018 se ha publicado su poesía completa de manera independiente al resto de su producción: es el Poemas editado por el sello sevillano La isla de Siltolá, a cargo de Javier Sánchez Menéndez. Esta colección, que recoge todos los versos escritos por la filósofa entre 1928 y 1990 sale, a su vez, del volumen VI de sus Obras completas, aparecido en 2014. Y esta serie, que se propone, de mano del poeta y filósofo Jesús Moreno Sanz, recopilar todos los textos de Zambrano en una edición crítica, todavía está en marcha.

Estas Obras completas, editadas por Galaxia Gutenberg, acaban de alcanzar, de hecho, su primera cumbre, siete años después de su pistoletazo de salida. El pasado abril salía se publicaba el volumen IV, en dos tomos, que recogía los últimos seis libros lanzados por la autora. Esto supone que, por primera vez, están disponibles para el lector los 23 libros escritos por la malagueña. Pero es que todavía quedan otros tres volúmenes, que contendrán sus artículos y textos inéditos. Y si la obra de Zambrano no parece agotarse es porque es inmensa. La fundación que lleva su nombre, creada en 1987, custodia más de 3.000 cartas, más de 560 manuscritos, cerca de 600 artículos en prensa... Moreno Sanz tiene trabajo por delante. 

 

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Pero no es, ni de lejos, el único que estudia la obra de la filósofa, uno de los nombres clave de la filosofía española, al mismo nivel que su maestro Ortega y Gasset. Este año se ha estrenado y publicado una obra teatral a partir de su figura, La tumba de María Zambrano: pieza poética en un sueño, coproducida por el Centro Dramático Nacional. Se han editado ensayos que tratan desde su pensamiento teológico a su teoría política. La Universidad de Zaragoza editó un estudio sobre lo femenino en su literatura, mientras el Fondo de Cultura Económica rescataba su Filosofía y poesía. Y antes aún se habían editado comparativas entre su obra y la de San Juan de la Cruz, con la de su maestro Xavier Zubiri, con la de Rosalía de Castro, con la literatura cervantina... La base de datos del ISBN registra hasta 300 títulos a su nombre. Los últimos dos títulos publicados este año son solo una fase más de su recuperación colectiva, que todavía no ha visto el horizonte. 

*Clara Morales es periodista de Clara MoralesinfoLibre

"Con el retorno a España de la escritora María Zambrano finaliza el exilio español de 1939". Así titulaba el diario El País la noticia del regreso de la filósofa a Madrid, en 1984, después de 45 años de ausencia. Si la literatura española escrita por mujeres ha estado sometida al olvido, la de la autora nacida en Vélez-Málaga en 1904 es una luminosa excepción en la negrura. Su vuelta se leyó como un triunfo nacional y 20 periodistas esperaban, aquel resignificado 20 de noviembre, a que su avión tocara tierra en Barajas. Había recibido ya el Premio Príncipe de Asturias tres años antes, cuando residía aún cerca de Ginebra, y no tardaría en recibir el Cervantes, en 1988. Fue la primera mujer en hacerlo, una de las cinco únicas autoras en colgarse la medalla, una de las dos españolas que han recibido este homenaje, junto a Ana María Matute. El mundo cultural español lleva cerca de cuatro décadas recuperando su obra, su pensamiento y su figura. Y aún no ha terminado. 

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