Las ciudades
Andrés María García Cuevas
Rialp (Madrid, 2022)
Accésit Premio Adonáis 2021
Las ciudades obtuvo un Accésit del Premio Adonáis 2021, premio que cumple su setenta y cinco aniversario y que a lo largo de estos años ha marcado sin duda el que sería después el rumbo de la poesía española en cada generación, teniendo entre sus premiados a autores como Vicente Gaos, José Hierro, Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Ángel González, Antonio Colinas o Luis García Montero; y entre los más recientes a María Elena Higueruelo, Rodrigo Olay o la última ganadora, Nuria Ortega Ribas, y el otro accésit de 2021, Félix Moyano.
Aunque anteriormente había publicado en Gijón la plaquette Más allá del principio en la Colección Heracles y nosotros, Las ciudades es el primer libro de Andrés María García Cuevas, con lo que ello supone de riesgo, de aventura y al mismo tiempo de aldabonazo, de pistoletazo de salida de un poeta muy joven de quien el lector no sería capaz de adivinar su edad al leer los poemas del libro, porque desde el principio hasta el final, Andrés demuestra con su escritura una madurez difícil de encontrar en la poesía más joven, lo cual no significa que el autor, y por tanto su poesía, no sean parte del tiempo que le pertenece por edad. Sorprende, sin embargo, que cite con total naturalidad a Marco Aurelio o a Dante y que cuente entre sus autores de cabecera con Julio Martínez Mesanza o Jorge Luis Borges, a los que trata de tú en las entrevistas como alguien que los ha leído a conciencia y los ha hecho suyos.
Tanto el jurado del premio como los distintos críticos literarios que han hablado sobre el poemario de Andrés M. García Cuevas han destacado la naturalidad, la transparencia y la aparente sencillez de sus poemas. Y es en esa aparente sencillez donde reside el mayor mérito del libro: al poeta no le gusta utilizar términos que no use de manera habitual en su día a día, pero con ese lenguaje, el suyo y el nuestro, construye brillantes endecasílabos que hablan de los temas universales de los que siempre ha hablado la poesía: el tiempo, el amor y la muerte.
Estos tres pilares fundamentales para cualquier lector, tienen en el libro escenarios concretos desde los cuales el poeta observa esa ciudad "encendida" en la primera parte y "arrasada" en la segunda; y lo hace desde una azotea, una playa, un faro y muchos otros lugares concretos, definidos y tal vez definitorios de la experiencia acaecida en cada uno de ellos, aunque en algún momento se pregunte si de verdad estuvo allí o sucedió lo narrado, como en el poema "De lo fugaz":
Ni estamos donde estábamos entonces –¿estuvimos?–, quién sabe si un año atrás, si aquí, si aquella noche.
En muchos de los poemas García Cuevas utiliza la reiteración de la imagen y del lenguaje como herramienta para fijar en el lector lo que el poeta quiere sugerir o afirmar, y lo hace sin que dichas reiteraciones o paralelismos resten un ápice de fuerza al poema, sino al contrario, lo llevan hacia finales concluyentes que se clavan en la memoria de quien lee.
Después de un poema "puente" entre ambas partes del libro, Ninfea, que evoca París, llegamos a esa ciudad arrasada en la que el dolor se hará presente, un dolor sin lamento, una oscuridad con esperanza, un bello desamparo, una herida de la que surgen, si alguien como García Cuevas la contempla, poemas de una madurez intelectual sorprendente, convirtiendo lo personal en universal –que es lo que separa un buen poema de otro que no lo es– , haciendo que cada uno de nosotros sintamos su alegría o su dolor como propios, porque también lo hemos vivido pero necesitamos de su palabra para poderlo expresar, para guardarlo en nuestra memoria a través de la de él.
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En esta segunda parte destaca el poema en tres partes Diagnóstico: Ausente dedicado a su padre, que García Cuevas completó, fuera del libro, publicando un breve y bellísimo poema de adiós, in memoriam, que seguro será el germen de un libro futuro:
POR UN SEGUNDO Cambiaría cualquiera de mis días e incluso todos ellos, con sus noches, por un segundo más de despedida.
Todos lo haríamos.
Javier Bozalongo es poeta y editor. Su último libro publicado es Nombrar la herida (Sonámbulos Ediciones, 2022).