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Begoña Gómez cambia de estrategia en un caso con mil frentes abiertos que se van desinflando

Las páginas que he visitado

Un año se acaba, los libros viven, se abren unos, otros duermen en las estanterías tras ser leídos o reposan en pilas, pequeños rascacielos, esperando su momento. Vendrá la relectura de algunos, el cambio de orden en los pendientes, moverlos de lugar o apilar a su lado otro rascacielos, bien en una mesa o directamente en el suelo (esta última modalidad cada vez la alejo más de mí, por aquello de las lumbares). Con este trajín es difícil llegar a todos, porque los que quedaron pendientes del año pasado tienen derecho a una oportunidad. Además, cuando empiezan a ser publicadas por estas fechas las listas de los libros más importantes, me entra complejo de no haber sabido escoger, o de no haber leído casi ninguno de los considerados imprescindibles.

Dicho esto, voy a los libros que he visitado, donde han reposado mi vida y mis sentimientos, por los autores que me he dejado conducir, me han hecho reflexionar, me han llevado a otros libros, en una cadena sin fin. Y, como dijo Fernando Fernán Gómez en el discurso de ingreso a la Academia de la Lengua: de antemano pido perdón a todos los libros que no voy a poder leer.

Ha sido un año marcado por diversos acontecimientos literarios: el cincuenta aniversario de la muerte de Max Aub, uno de mis escritores favoritos y el veinticinco aniversario de la Fundación que lleva su nombre, ubicada en Segorbe, Castellón. Diversos actos y publicaciones han acompañado esta onomástica, que ha culminado con la entrega de la medalla al Mérito de las Bellas Artes hace unos días. Además, su libro Luis Buñuel, novela ha sido traducido y publicado en Francia este año, con una magnífica portada de Pascal Comelade. A lo largo del año hemos asistido a los múltiples homenajes a Almudena Grandes, bibliotecas que llevan su nombre, hija predilecta de la ciudad de Madrid y una estación, la de Atocha, que ahora es también Almudena Grandes. Se ha publicado también su novela póstuma, Todo va a mejorar, novela distópica que no sigue la saga de los Episodios de una guerra interminable. La muerte de Javier Marías también ha conmocionado el mundo literario.

Ha sido también tiempo de Diarios. Los dos libros de Los Diarios de Rafael Chirbes, publicados en Anagrama, que a mí me han conmovido de manera especial, por el ejercicio de sinceridad y amor a la literatura que ambos libros profesan, así como por unos recuerdos imborrables y muy bien escritos de lo que fue su infancia, la infancia de un niño huérfano de posguerra, cuyas raíces nunca abandonó. También han aparecido Los Diarios del escritor Manuel Rico, que nos acercan de manera especial a la situación política de la transición en este país.

El premio Nobel Wole Soyinka publicó en Alfaguara, Aké, un libro de memorias sobre su infancia colonial, de una belleza perturbadora y de una sencillez lingüística que no había encontrado en anteriores libros suyos. Fue mi reseña del mes de febrero para Los Diablos Azules.

El Premio Internacional Ribera del Duero a libro de cuentos inédito recayó en la escritora Liliana Colanzi, con el título Ustedes brillan en lo oscuro y publicado por la editorial Páginas de Espuma. (ver entrevista) De esta misma editorial he leído el libro de José Ovejero, Mientras estamos muertos, que va por la segunda edición, el libro de Isabel González, Nos queda lo mejor, que también reseñé,(ver aquí) y el de la joven escritora mexicana Laura Baeza, Una grieta en la noche. Páginas de Espuma es una editorial independiente que sigue apostando con tesón por revitalizar el cuento y vivir de él.

De la editorial De Conatus, que publica libros muy interesantes, me voy a detener en dos: Yolanda González publicó en el mes de marzo Oceánica, una novela rigurosa y muy bien escrita que pone en el eje de la narración la crisis climática en el Antropoceno y todo lo que se mueve alrededor de ella. También he leído Los Netanyahu de Josua Cohen, premio Pulitzer por esta novela, una sátira descarnada, lúcida y divertida sobre la saga de estos políticos israelíes y sus nefastas consecuencias. Háganse con ella y pasen un buen rato.

De la editorial Firmamento resaltaré dos libros: La brecha, de la chilena Mercedes Valdivieso, una escritora del siglo pasado que, pese a haber tenido una gran acogida en su momento y estar considerada como una obra inaugural de la literatura feminista latinoamericana, había sido olvidada. El otro libro es el de los Cuentos escogidos de Virginia Woolf, una delicia adentrarse de nuevo en su universo, esta vez de la mano de la narrativa breve.

El escritor Juan Gómez Bárcena ha publicado en Seix Barral una novela muy interesante en cuanto a temática y estructura: Lo demás es aire. En ella, partiendo de un pequeño pueblo cántabro nos cuenta su historia y los personajes que lo habitaron y habitan, con una mezcla histórica a saltos para darnos la composición de un universo.

La escritora, psicoanalista y feminista Lola López Mondéjar, con una trayectoria en la novela, el cuento y el ensayo, ha publicado en la Editorial Anagrama Invulnerables e Invertebrados, donde analiza lo que podríamos considerar mutaciones antropológicas actuales, y cómo reaccionamos ante lo que ella llama “fantasía de la invulnerabilidad”, que produce seres enormemente invertebrados. De ahí el título. Un libro que te hace pensar sobre cómo opera el capitalismo en los individuos, algo de lo que estamos muy necesitados ante lo que se nos viene encima.

La editorial Random House ha publicado la Obra imprescindible de la escritora y ensayista norteamericana Susan Sontag, un buen momento para acercarse a todos estos ensayos o discursos pronunciados, así como algunos capítulos o cuentos sueltos que se han recogido en esta antología, en especial El Tercer Mundo de las mujeres, no publicado hasta el presente en ningún libro, en torno al presente y futuro del feminismo. Nos encontramos también, en este volumen, fragmentos de sus diarios en los que habla de Bosnia,del 11S y de Irak. No lo he terminado, son más de 700 páginas, voy leyendo poco a poco, intercalando con otros libros. Me lo regaló un buen amigo.

Aunque fue publicada en el 2021, ha sido en este año cuando he leído la novela Hamnet de Maggie O’ Farrell. Desconocía a esta autora y ha sido todo un descubrimiento por mi parte.

La editorial Cátedra ha publicado la novela de Julio Llamazares Escenas de cine mudo, novela que fue publicada por Seix Barral por primera vez en 1994. Ha tenido posteriormente varias publicaciones. La novedad reside en ser una edición crítica, realizada por la profesora de Literatura Carmen Valcárcel, autora del prólogo y de las notas de texto.

La Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras convocó, junto a la editorial Adeshoras y la familia de Soledad Verdú, su primer premio a libro de cuentos con ilustraciones, que ganaron la escritora Pepa Maldonado con sus microrrelatos y la ilustradora Mar Alonso, dos jóvenes creadoras prácticamente desconocidas, con el título del libro En los huesos. El premio lleva el nombre de la periodista Soledad Verdú, pionera en el mundo del periodismo de investigación, responsable de cultura en la agencia EFE, que vio su trayectoria truncada antes de tiempo por el cáncer. La familia ha querido con este premio intentar mantener viva su memoria. La Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras tiene como objetivo visibilizar el papel de la mujer en la literatura, no solo la parte de las creadoras, también lectoras, editoras, bibliotecarias, libreras, agentes literarias…

Este ha sido también el año en que una mujer, la francesa Annie Ernaux, ha ganado el premio Nobel de Literatura, con una obra centrada en el yo,  y con  novelas cortas, de lenguaje depurado, entre las que destacaría dos, por mi puro placer: Una mujer, en la que la autora relata la relación con su madre enferma de alzheimer, y Mira las luces, amor mío, quizá la menos autobiográfica, la de un yo que observa cómo puede evolucionar el sistema de mercado y el capitalismo a través de un centro comercial a lo largo de los años en la periferia de París: el asentamiento de los inmigrantes, la ampliación de estanterías para otros productos que no son genuinamente franceses y sí para la venta de un sector de la población que ha ido adquiriendo nivel adquisitivo. Ambos libros fueron recomendados por un buen amigo mío.

También ha sido el año en que el prestigioso British Film Institute, a través de su revista Sight & Sound ha escogido como mejor película de la historia, Jeanne Dielman 23, quai de Commerce, 1080 Bruxelles, (más conocida como Jeann Dielman), de la cineasta Chantal Akerman. Película difícil de encontrar y de ver, no comercializada. Pero en cambio, sí se puede encontrar en la editorial Tránsito una nouvelle escrita por ella que es una auténtica delicia, creo que la recomendé cuando salió, titulada Una familia en Bruselas. Ya estáis corriendo a buscarla y hacerle los honores.

La escritora Eva Losada Casanova ha publicado recientemente, en la editorial Huso, un libro de cuentos titulado El último cuento triste, dieciséis historias breves o cuentos tristes, como ella misma los titula, que podrían ser más bien nostálgicos, historias de perdedores, en las que la vida se nos muestra tal y como es en realidad, sin apenas finales felices.

Pasaré ahora a la poesía: aunque no es mi fuerte, sí me gustaría hablar de tres libros: el primero se titula Resurrección, de la escritora donostiarra Julia Otxoa, poemario que fue escribiendo en paralelo a su precioso libro Tos de perro, publicado el año pasado. También basado en su historia familiar, con un sentido universal, la necesidad de la memoria, de redignificar las vidas de los que perdieron la guerra y devolverles al lugar que les corresponde.

En la Editorial El sastre de Apollinaire he encontrado un libro de poemas de Emily Dickinson titulado No soy nadie. ¿Quién eres tú?, en una edición bilingüe de Jesús García Rodríguez, licenciado en Filología alemana. Escoge sesenta poemas para comentar el contexto en el que fueron escritos y acercarnos más así a la enigmática figura de la autora. Por lo que he podido averiguar, la traducción es muy buena y merece la pena acercarse de nuevo a esta autora desde el contexto que nos propone el traductor y editor. Un trabajo muy exhaustivo.

Por último, volveré a citar el poemario de Luis García Montero, Un año y tres meses, escrito a lo largo de la enfermedad de Almudena Grandes. Volvería a resaltar, aparte de la belleza de los poemas, la importancia del cuidador a lo largo de la enfermedad hacia el ser amado.

No sé si me olvido de alguna lectura importante que haya realizado a lo largo del año. Si es así pido mis disculpas, pero esto de tener que resumir un año de este modo tiene su aquél. En todo caso lo he realizado huyendo de la lista de libros más destacados, o los imprescindibles, o los que suponen un antes y un después. Nada más lejos de mis objetivos y conocimiento. Por último, y como no todo va a ser leer a mis coetáneos, he invertido mucho tiempo en volver a Galdós y sus Episodios Nacionales y también en releer a Balzac: Eugenia Grandet, El tío Goriot, Un asunto tenebroso. Me picó el gusanillo leyendo los Diarios de Chirbes, que ilustran con argumentaciones y puntos de vista ante los que una, sorprendida, se dedicó a pensar: anda, yo no pillé nada de eso. Y por tanto, no me ha quedado más remedio que volver a él. Lo de Galdós ya me venía de antes, de siempre, de la biblioteca familiar. A través de la lectura sigo viviendo múltiples vidas, me escapo cuando quiero de los problemas que me agobian y noto, sobre todo con ciertos libros, cómo mi mente se ensancha, me hace más libre y comprensiva. Y eso me ayuda a entender el mundo que me rodea.

El gusto por los pequeños objetos, por la belleza, por el fluir de la vida

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Aún tengo una enorme lista de libros pendientes. Pero de ellos hablaré al año que viene. O no.

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Carmen Peire es escritora. Su último libro es 'Cuestión de Tiempo' (Menoscuarto).

Un año se acaba, los libros viven, se abren unos, otros duermen en las estanterías tras ser leídos o reposan en pilas, pequeños rascacielos, esperando su momento. Vendrá la relectura de algunos, el cambio de orden en los pendientes, moverlos de lugar o apilar a su lado otro rascacielos, bien en una mesa o directamente en el suelo (esta última modalidad cada vez la alejo más de mí, por aquello de las lumbares). Con este trajín es difícil llegar a todos, porque los que quedaron pendientes del año pasado tienen derecho a una oportunidad. Además, cuando empiezan a ser publicadas por estas fechas las listas de los libros más importantes, me entra complejo de no haber sabido escoger, o de no haber leído casi ninguno de los considerados imprescindibles.

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