El teatro, si viene, vendrá después
Velocidad mínima
Paco Bezerra
La Uña Rota (2022)
El dramaturgo Paco Bezerra (Almería, 1978) publica el volumen Velocidad mínima. El teatro viene después, una recopilación de 11 obras escritas por el autor andaluz. Desde su primera pieza importante, Ventaquemada (2003), hasta la más reciente, Muero porque no muero. La vida doble de Teresa (2022), que se ha visto envuelta en una gran polémica tras haber sido retirada de la programación de los Teatros del Canal para este año. Entre medias: Dentro de la tierra (2007), Grooming (2009), La escuela de la desobediencia (2011), Ahora empiezan las vacaciones (2012), El señor Ye ama los dragones (2013), El pequeño poni (2016), Lulú (2017), El corazón de Fedra (2018) y Edipo a través de las llamas (2021). Bezerra es Premio Calderón de la Barca (2007), Nacional de Literatura Dramática (2009) o SGAE de Teatro (2021) y sus obras han sido representadas en casi una veintena de países.
Lo primero que llama la atención del libro es el jugoso prólogo, que muestra a Bezerra como un autor literario de hondo calado e indudable talento. Decía el crítico Anton Pujol que se trata de un dramaturgo que "centraliza márgenes en sus textos teatrales". Ya en su primera obra, la sorprendente Ventaquemada, la ausencia de acotaciones y su carácter híbrido evidenciaban a un autor que se sitúa fuera de lo común. Lo cierto es que sus obras (sobre todo las primeras) son elípticas y generan incertidumbre, siendo el lector quien debe resolverlas. Lejos de ser un problema de ambigüedad o indefinición, me parece todo un acierto poético y narrativo. No es casual que en su segunda obra, la galardonada Dentro de la tierra hubiera una cita de David Lynch. El propio Bezerra justifica su propuesta: "Cada hueco no es una barrera, es una pregunta, y cada pregunta no es un inconveniente, es una invitación al descubrimiento, la posibilidad de un hallazgo". Él mismo reconoce su intención de no dejarlo todo mascado, de que el director de escena que quiera llevar a cabo su obra debería leer entre líneas.
Por otra parte, el prólogo sirve también como consejos a jóvenes escritores, casi a modo de un taller de escritura. Hay confesiones que reflejan a un autor que suele escribir al límite: "Cuando escribo, soy como esos peces que se sumergen en lo más profundo del mar y se quedan a vivir bajo el fango; necesito sentir el peso del lodazal sobre mí, aplastándome". También merecen atención sus testimonios sobre el proceso de escritura, así como las dificultades para obtener reconocimiento y que sus textos puedan ser representados. Hay algunas anécdotas que resultan impagables y que demuestran el tantas veces endogámico panorama cultural español, aquí centrado en el mundo del teatro. Su capacidad crítica le lleva a lanzar dardos envenenados hacia las instituciones o a ciertos comportamientos abusivos en el mundo cultural, corroborando lo que decía Luis Cernuda, en boca de la Santa Teresa bezerriana: "Escribir en España no es llorar, escribir en España es morir".
Muero porque no muero. La vida doble de Teresa es un monólogo que ficcionaliza la resurrección en la actualidad de Teresa de Ávila, también conocida como Santa Teresa de Jesús. El texto supone una lectura crítica de la sociedad, y se perciben ecos de la irreverente y divertida Entre tinieblas, dirigida por Pedro Almodóvar en 1983. Resulta irónica leerla ahora, después de haber sido retirada de la programación de los Teatros del Canal y que siga sin ser representada. Teresa de Jesús se las tuvo con la Inquisición, y ahora le ocurre algo similar a Bezerra con esta ficción sobre la santa.
Su teatro es de rabiosa actualidad y como viene siendo habitual en sus piezas dramáticas, requiere una lectura cuidadosa y crítica. Lo importante aquí no es tanto lo que haya de verídico o no en Teresa de Ávila, sino la dimensión que el autor quiere darle para proponer una problemática relacionada con la decadencia de nuestra sociedad, así como la manipulación histórica y hacernos reaccionar o al menos cuestionar la realidad (algo que es coherente con su trayectoria y que ya hizo con obras como Escuela de la desobediencia, o sus versiones de Fedra o Edipo). En este caso, el monólogo tiene varias lecturas, y una de ellas se convierte en una reivindicación feminista de la tradición española literaria. En uno de los pasajes más brillantes, Teresa se pregunta cuánto ha evolucionado la calidad de vida de las escritoras españolas en los últimos cinco siglos y la respuesta es desoladora: "un uno por ciento por cada siglo". Alentada por la rabia y la necesidad de justicia poética, se encarama en uno de los leones que custodian el Congreso de los Diputados y exclama a los cuatro vientos un listado de autoras "olvidadas" de este país, desde Cristobalina Fernández de Alarcón hasta María Victoria Atencia. Este gesto viene a sumarse a la visibilización y recepción de las "sinsombrero", así como distintas autoras de la Generación del 27 que en los últimos años vienen publicándose, gracias a las imprescindibles antologías poéticas editadas por Pepa Merlo o el reciente documental A las mujeres de España. Maria Lejárraga, dirigido por Laura Hojman.
A pesar de las obras tan dispares que recoge el volumen, hay algunos elementos en común a lo largo de ellas: presencia femenina, mezcla de sueños y realidad, relaciones de poder, muerte, violencia, sexo, humor. Muchas de sus obras tienen pocos personajes; incluso, en Grooming o Escuela de la desobediencia, nos encontramos en muchas ocasiones con tan solo dos personajes manteniendo la escena, gracias a la cualidad del autor de crear diálogos vivos y naturales, a la vez que llenos de poesía. Además, es capaz de abordar distintos registros, desde la tragedia griega, hasta el drama y la comedia irreverente
Si en Grooming se habla del ciberacoso y el abuso sexual, en El pequeño Poni, se tematiza el acoso escolar, y en Escuela de la desobediencia se trata la libertad sexual de la mujer. Otras, como El corazón de Fedra pone sobre el papel problemáticas tan universales como el amor, la frustración, pero también el control sobre la mujer. Bezerra reescribe la tradición y la hace suya, sin perder coherencia con su referente griego. Algo que también lleva a cabo con Edipo a través de las llamas. Porque el autor andaluz extrapola las referencias mitológicas y las adapta a la actualidad, aportando su punto de vista genuino, instándonos a preguntarnos sobre el sentido de los códigos sociales, las relaciones humanas o las jerarquías de poder. Su teatro es poético y político; nada se queda en la superficie. Su propuesta requiere sumergirse hasta el fondo y eso conlleva cierta incomodidad, pero también iluminación y desvelo.
Entre sus distintas piezas, sobresale la galardonada Dentro de la tierra. Es un ejemplo de obra híbrida, con elementos propios de la narrativa más elíptica (William Faulkner, Virginia Woolf, Juan Carlos Onetti) por cuanto se omite y a la vez se sugiere, junto a otros más poéticos de herencia lorquiana. En esta obra, se transponen realidades, hay continuidad entre los sueños, los recuerdos, la escritura y la realidad más cotidiana, de manera que ante una temática social, se une una capa metaliteraria que contiene grandes dosis de poesía. Por ello, se trata de un texto complejo, que requiere una segunda lectura para fijarse en matices que pueden pasar desapercibidos.
Paco Bezerra (su nombre original es Francisco Becerra) es uno de esos autores que no abundan en el panorama cultural, y que, por su fuerte personalidad, remueven tanto los mimbres de lo literario, como de lo políticamente correcto, generando afinidad, pero también rechazo. Su literatura va más allá de lo evidente y nos revela situaciones que se normalizan pero no por ello dejan de ser abusivas o injustas.
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Gracias a la editorial La Uña Rota, podemos leer textos dramáticos actuales y valorarlos tal y como se merecen. Desde autores de la talla de Angélica Liddell, Juan Mayorga o Pascal Rambert, hasta el mismo Paco Bezerra. Tener recogidas en un solo volumen —tan bien editado— todas estas obras es una oportunidad inestimable para leer a uno de los escritores más estimulantes de los últimos años. Sus textos remueven, fascinan, emocionan. El teatro, "si viene, vendrá después".
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Carlos Huerga es autor de los libros de poesía 'Un hombre en el umbral', 'Road Movie' y'Habitar el agujero'. Como crítico literario colabora con distintos medios y trabaja como profesor de Lengua y Literatura.