De un tiempo de cerezasLuis Pastor De un tiempo de cerezas
BartlebyMadrid2016
Tras veinte discos en el mercado, algunos de ellos en formato disco libro, bien con poemas suyos, bien con poemas de Saramago musicados por él, como el que está a punto de salir en España y titulado El viaje del elefante, que le llevó a recorrer con un espectáculo de calle los pueblos portugueses durante dos años; tras más de 40 años recorriendo carreteras, escenarios, locales y bares; tras haber dado a conocer por las redes un largo poema titulado "¿Qué fue de los cantautores?".
Luis Pastor (Berzocana, Cáceres,1952) ha publicado hace unos meses su primer libro de poesía en Bartleby Editores, con selección y prólogo de José Manuel Díez dentro de la colección que dirige el escritor Manuel Rico. Estamos, como dice José Manuel Díez, ante la primera obra íntegramente poética de este cantautor. Siguiendo la estela de la bellísima canción de la Comuna de París, "Les temps de cerises", pero también haciendo referencia a los valles de cerezos de su tierra, intenta plasmar en este libro un compendio de infancia, sentimientos y vida.
El libro está dividido en cuatro partes y un poema introductorio dedicado a sus padres titulado "Yo vengo de un tiempo de cerezas". La primera parte, "Por el río de mi infancia", desgrana los recuerdos de su niñez, de su infancia en el pueblo, de la pobreza de un tiempo alegre y campesino, de un paisaje que entraría en él para no abandonarlo nunca: "Pájaros de encina / anidan en mi salón / y cantan en mi cocina…".
Poemas todos ellos que recorren y viven Extremadura, que nos acercan a su pasado que en parte también fue nuestro o de nuestros padres, que nos acercan a una España rural que desaparece a marchas forzadas y que sólo quienes la han vivido saben hasta qué punto se está perdiendo. Este cantautor se considera portuñol, mitad portugués, mitad español, porque Extremadura está cerca de Portugal, porque el folclore se parece, porque los adufes cuadrados se tocan en ambos sitios, porque su “padre musical” fue José Afonso, porque José Saramago fue musicado como nadie lo había hecho hasta entonces por este cantante.
La segunda parte se titula "Sólo sé que el amor" y en ella canta en poemas muy breves, a veces casi como estribillos de canción, diferentes sentimientos donde evoca ternura, llanto o destellos de vida. La tercera parte,"Compromiso y esperanza",nos acerca al Luis Pastor quizá más conocido, el más combativo, el que reivindica "que el sol no se ponga de noche, que encuentre trabajo el que busca, comida el parado, cariño el amor", como dice el poema que inicia este capítulo, titulado "Que se abran las calles del alma". También se encuentran los poemas titulados "Viaje a Tinduf" o "Primero de Mayo", que dan una idea solo con el título de su contenido.
La última parte del libro se llama "Músicas del corazón": poemas dedicados a diferentes artistas, conocidos o amigos o de gran referencia, como Camarón de la Isla, Pablo Guerrero, María del Mar Bonet, Hilario Camacho, María Pagés, Enrique Morente, Imanol… así como semblanzas y homenajes a amigos personales como Eulogio Paz y Pilar Manjón, vallecanos que perdieron a su hizo en los atentados del 11M, o Rufo, su amigo del alma durante muchos años.
Ver másEl 'ole 'indie' de Soleá Morente
La canción de autor y la poesía siempre han ido de la mano. Y este es un libro para seguidores del cantautor que quieran tener una visión certera y complementaria a su faceta musical. Un libro también para jóvenes que quieran acercarse a él y conocer un trozo de lo que fue en su momento la llamada canción protesta en nuestro país, esa que levantó su voz contra la dictadura, que llenó con ella reuniones, mítines, misas y espacios multitudinarios. Esa que sirvió de acompañamiento a la ilusión de cambiar un país hacia una vida mejor, que cayó en desuso durante la transición y que ahora parece ser que se revitaliza o adquiere de nuevo el lugar que nunca debió perder.
*Carmen Peire es escritora. Su último libro es Carmen PeireEn el año de Electra (Evohé, 2014).
De un tiempo de cerezasLuis Pastor De un tiempo de cerezas