"Ya hemos sido cabezas de cartel en algún festival, que eso es importante, y poco a poco yo creo que eso va a ir cambiando. Va a haber más mujeres cabezas de cartel en grandes festivales, el cambio está aquí". Ginebras lo tenían bastante claro cuando planteaban esto en conversación con infoLibre, poco antes de tocar por primera vez en el WiZink Center de Madrid y demostrar que una banda femenina de voz, guitarra, bajo y batería también puede no ya encabezar un festival, sino congregar a miles de personas en un gran recinto.
Esta fue, de hecho, la primera vez que un grupo íntegramente formado por mujeres tocaba en el antiguo Palacio de los Deportes. ¡En octubre de 2023! Una anomalía histórica corregida por Magüi, Sandra, Raquel y Juls hace tan poco que resulta tan asombroso como bochornoso. Más aún atendiendo a la rica y prolija escena de conjuntos musicales formados en su totalidad o mayoritariamente por chicas, en los que las ellas mandan y llevan la voz cantante. Obviamente, estas bandas no son un género en sí mismo, pero sí que siguen (a estas alturas, en pleno siglo XXI) llamando la atención por tener este rasgo distintivo.
Establecer esta diferenciación y hablar específicamente de 'grupos de mujeres' en contraposición con los de hombres es en sí misma una deformidad sistémica a reparar, pero lamentablemente sigue siendo necesaria para poner en valor un talento sistemáticamente relegado y silenciado. No hay más que fijarse un poquito de nada en los carteles de esos festivales que pueblan este nuestro país para constatar la infrarrepresentación femenina. "Si el público de los festivales es igualitario, ¿cómo no lo van a reflejar los carteles? ¿Cómo puede haber solo una mujer?", se preguntaban desde la Asociación de Mujeres de la Industria de la Música hablando del estado de la cuestión con infoLibre.
Pues bien, para echar un cable a esos promotores que parece que no contratan a bandas de chicas (o con chicas, casi mejor dicho) porque debe ser que no hay -"a ver, ¿dónde están, que yo las vea", dirán más de uno y más de dos-, vamos a darle al play para constatar que hay toda una mayoría silenciosa que lleva años peleando su lugar, que cada vez tiene más tirón popular y que no es que tenga mucho que decir, es que ya lo está diciendo desde hace un montón de tiempo.
Las hermanas Marina (voz y guitarra) y Teresa Iñesta (batería), por ejemplo, comandan Repion. Son dos hermanas cántabras tardo veinteañeras con algo más de una década de carrera musical, pasión por las melodías pop y una contagiosa energía rock con cierto poso grunge que oscila entre Dover y Amaral. Más allá de etiquetas, son un pequeño secreto a voces en claro crecimiento gracias al salto que han dado con su tercer álbum, de título homónimo. Tan inquietas creativamente son que, además, Marina forma parte de la banda de Mikel Erentxun y Teresa es voz y guitarra de otra formación de energía punk a tener en cuenta: Aiko el grupo.
"Oh boi, ¿qué es lo que he hecho mal? Otra vez, ¿dónde te duele? Toma algo para bajar la fiebre y una teta donde puedas llorar. Oh boi, lo siento de verdad. Pero si tanto te duele, que tu puta madre te consuele. A mí porfa, déjame en paz", cantan Shego en su tema más escuchado, que solo en Spotify supera con creces los tres millones de escuchas. No se andan por las ramas, como vemos, Maite, Raquel y Charlotte, trío de rock afincado en Madrid actualmente preparando su segundo disco.
Las Dianas fueron escogidas personalmente por Miguel Ríos para participar junto a Anni B Sweet en el concierto Hijas del rock n' roll, que tuvo lugar el pasado junio en Granada como parte de las celebraciones por el 80 cumpleaños del eterno rockero. Este quinteto granadino de punk pop lo conforman Isa, Paulina, María, Laura y Ana, y acaban de lanzar su segundo álbum con pelotazos tan contagiosos como este Me jode.
Tiburona es una banda madrileña formada por Laura del Amo (guitarra y voz), Rita Dolores (bajo y voz) y Super Carmen Merino (batería y voz). Tres sirenas del Manzanares que con su energía desatada y sus sonidos salvajes nos proponen una apuesta que nada entre aromas sesenteros, surfeando sobre olas vintage con la contundencia del punk latinoamericano y la urgencia del garage. Ganaron el primer premio en el Certamen Rock Villa de Madrid 2023 y actualmente están presentando su segundo LP por todo el país.
Desde Aluche en lucha contra el mundo llegan Brava, banda de rock cañí (no está mal la etiqueta) con influencias de Leño o Los Chichos comandada por la enérgica Nerea, perfectamente acompañada por Jorge (guitarra), Mario (batería) y Jaime (bajo). Asfalto, orgullo de barrio, Burning, Las Grecas o Pata Negra. Su disco de debut lleva por título Fina estampa y les está poniendo en el mapa como un referente de todo lo que pasa (que es muchísimo) fuera de la gentrificada M-30.
El camino (2023) es el debut en largo de Adiós Amores, dúo resultante de la suma de talentos de las andaluzas Iman Amar y Ana Valladares, quienes citan entre sus referentes a figuras femeninas tan dispares como Jeanette, France Gall o Françoise Hardy. Entre ambas construyen un universo propio, enamoradizo y misterioso, en el cual caben pasajes suntuosos, folclóricos, cinematográficos y desérticos que pueden estar tanto en Almería como en la frontera entre México y Estados Unidos. Pop elegante y aventurero desbordante de sentimientos.
Anouck the Band es el grupo que Anouck creó en 2020. Después de diversas formaciones, la cantante dejó atrás su sonido acústico para explorar nuevos horizontes con sintetizadores y guitarras eléctricas junto a Andoni en la batería y percusión, Diego en el bajo y Nathan en la guitarra. Todos juntos han logrado consolidar un estilo propio que se caracteriza por influencias actuales como las de Alice Phoebe Lou y Alexandra Savior, con un sonido que fusiona el soul y el R&B contemporáneo con el pop. En el último Deleste Festival de Valencia compartieron cartel con James, Editors y Los Planetas.
Cariño publicarán en otoño su ya tercer álbum, que después presentarán en salas tan relevantes de nuestro país como La Riviera (Madrid), Razzmatazz (Barcelona) y Kafe Antzokia (Bilbao). Así de afianzadas están ya Paola, Alicia y María, en ruta desde 2017 con su enérgico indie pop deudor de grupos pioneros como Los Fresones Rebeldes. Un logro en absoluto baladí en su currículo: tocaron en 2022 en el desierto de California en el festival con más instagramers por centímetro cuadrado, el Coachella, en el que iban a estar antes, en 2020, pero no hace falta recordar todo lo que pasó aquel funesto año de confinamiento pandémico.
Igual que empezábamos hablando de Ginebras, no podemos dejar de hablar de Hinds, un grupo con más reconocimiento en Estados Unidos que en esta nuestra querida España. Su posición de punta de lanza les ha hecho a estas alturas inmunes a las críticas machistas que recurrente y muy poco originalmente van siempre en la misma dirección de atacar su pericia instrumental. Carlotta, Ana, Ade y Amber también han tocado en Coachella e incluso en el histórico show televisivo de Stephen Colbert en la televisión yankee. Van a por su cuarto álbum (con nueva alineación sin Ade y Amber) después de haber recorrido medio mundo con sus descarados y divertidos directos. Y lo que les queda.
Cerca de una década llevan en marcha Melenas, cuarteto de Pamplona citado por Wilco como lo mejorcito del planeta hace un par de temporadas. Oihana (guitarra y voz), Leire (bajo), María (teclas) y Laura (batería) han hecho giras por Europa que las ha situado como referencia en una escena independiente en la que cada año de supervivencia es un triunfo. Han publicado dos discos de rock garagero y más recientemente un tercero, titulado Ahora, que vira hacia el synth pop más clásico. Un cambio de dirección que no demuestra otra cosa que la vigencia de su propuesta.
Ver másFestivales 100% femeninos: el 8M se sube a los escenarios para luchar contra el 0%
Solo algo más jóvenes son Mallo, una banda de colegas de Toledo que, según sus propias palabras, hace rock alternativo y suda en los escenarios. No es una mala definición. El espíritu noventero está bastante presente en todas estas formaciones que en pleno 2024 son prácticamente contracultura y por lo que sea vuelven a las raíces del local de ensayo. El diluvio es el recientísimo segundo álbum de Leire (batería), Elena (teclados), Gabriela (bajista), Gonzalo (guitarrista) y Javi (voz). Canta él, sí, pero ellas son mayoría y en redes sociales tienen un discurso feminista potentísimo.
Lisasinson son energía, melodías pop inmediatas, distorsión, espíritu punk y letras generacionales como las de Barakaldo: "El otro día te vi con el imbécil que me cae tan mal. Yo no lo puedo evitar, no quiero tener que escucharle hablar. Quiero irme a Barakaldo, olvidar tu planta y tu alzado y por fin volverme a enamorar de otra persona vulgar. Y pasar otra vez por todo el percal, conocer a gente del norte peninsular, flipar con la escena musical y una noche de mugre total. Volverte a recordar con dignidad, desde lejos y con claridad. Dejar de hablar de la policía y sanidad, volverme gilipollas integral". Roser, María, Mar y Miriam tienen dos discos y van a por el tercero.
El espíritu riot grrrl señala la vereda que siguen Las Odio, actualmente presentando en gira su tercer disco, Presente perfecto, propulsado por el ánimo punk do it yourself y los guitarrazos garajeros de volumen desaforado. Paula JJ, Sonsoles Rodríguez, Amanda Palma y Ágata Ahora tienen una pasmosa facilidad para facturar himnos que nos retratan como sociedad doblegada al capital y adicta, efectivamente, a la Autoexplotación: "Dos trabajos y una banda no parecen suficientes. Es necesidad o angustia. Estoy pensando en lo siguiente. Montemos un colectivo, un fanzine introspectivo y si el tiempo me alcanza yo te ayudo en la mudanza. Más, mi cuerpo pide más". Ya nos vale.
"Ya hemos sido cabezas de cartel en algún festival, que eso es importante, y poco a poco yo creo que eso va a ir cambiando. Va a haber más mujeres cabezas de cartel en grandes festivales, el cambio está aquí". Ginebras lo tenían bastante claro cuando planteaban esto en conversación con infoLibre, poco antes de tocar por primera vez en el WiZink Center de Madrid y demostrar que una banda femenina de voz, guitarra, bajo y batería también puede no ya encabezar un festival, sino congregar a miles de personas en un gran recinto.