La herramienta que lo cambió todo: ¿es el autotune el instrumento del siglo XXI?
En 1997 un ingeniero geofísico transformó la industria de la música para siempre. Andy Hildebrand había inventado un sistema que, a través de ondas sonoras, permitía detectar la presencia de petróleo bajo tierra. Su creación, inicialmente concebida para la industria petroquímica, encontró una nueva vida y aplicación en el mundo de la música. Así nació el autotune.
El éxito fue rotundo y, aunque por aquel entonces ya existían sistemas que permitían editar y ajustar el tono del audio, la creación de Hildebrand introdujo una tecnología más avanzada y precisa que permitía hacer estos cambios en tiempo real. Su éxito no se consagraría definitivamente hasta los años 2000, pero artistas como Cher –la primera cantante pop en utilizar el sonido característico del autotune de manera intencional en su canción Believe–supieron ver su potencial años antes.
Actualmente, esta tecnología ha evolucionado hasta convertirse en una herramienta tan omnipresente como polémica en la producción musical contemporánea. En palabras de Rakky Ripper, una de las principales voces del hyperpop en España, se trata del "instrumento del siglo XXI".
Pero, ¿a que se debe esta popularidad? Para el productor Pablo Rodríguez de Llano, más conocido como D3llano, el autotune "puede ayudar a cualquier artista con buenas ideas, pero no con demasiada habilidad vocal, a plasmar lo que tiene en su cabeza". Además, explica que "es una herramienta asequible al alcance de cualquiera que disponga de un ordenador y un micrófono".
Este era el caso de Raúl Rodríguez, conocido artísticamente como stivijoes, quien confiesa que "no hubiera empezado a hacer música si no fuera por el autotune". Para él esta tecnología ha supuesto una "puerta entrada a este mundo y lo que realmente me ha potenciado en todos los sentidos como artista".
Esta no es la única razón detrás de el éxito del autotune. Rakky apunta también a la velocidad con la que actualmente se produce y se consume la música. Las largas sesiones de grabación se han visto muy reducidas desde que se inventara este software, ya no hace falta hacer tantas tomas, la afinación puede corregirse en tiempo real. "Es algo que el autotune facilita a muchos artistas", señala. "Al no tener que clavar las notas todo el tiempo, grabaciones que antes duraban días, ahora duran horas".
No todo son alabanzas
"Para mí, el autotune es como la reverb, el delay, el pitch o cualquier otro efecto vocal", asegura Luna Ki, artista que precisamente protagonizó titulares por el uso de esta herramienta, cuando hace apenas dos años se encontraba entre los participantes del Benidorm Fest 2022 con su canción Voy a morir. Finalmente, su candidatura no llegó a pisar el escenario del festival después de que se retirara tras confirmarse la noticia de que Eurovisión no permitiría el uso de esta tecnología. Una decisión difícil que tomó, sin embargo, para defender "la manera de hacer su arte".
"La gente y la industria te meten en la cabeza desde que eres pequeño que si no sabes cantar o no sabes entonar ya no puedes ser artista", apunta stivijoes. "Me parece más artista alguien que no tiene el talento de cantar pero tiene el talento de crear. Si no creas, eres más un intérprete".
Es un recurso que muchos artistas y productores utilizan para conseguir un efecto y un sonido concreto, el llamado "efecto autotune" y que se ha convertido en un habitual de las listas de éxitos no solo en España, sino a nivel global. Porque "si lo utilizas de forma inteligente, puede potenciar tu esencia y tu estilo", dice. Un uso excesivo del autotune también es parte de la identidad y la autenticidad de algunos nuevos géneros y artistas", añade D3llano.
"A mi me ha ayudado a ser mucho más creativa y fluir y experimentar más con los sonidos, al no tener que estar pensando en dar tomas perfectas he podido centrarme más en los sonidos y las melodías como tal", explica Rakky. "Para mí no es una necesidad, si no un recurso estético que puedo utilizar o no según lo que me pida cada momento y cada canción", señala Luna.
Pero, a pesar de estas ventajas y de su amplia adopción en la industria musical contemporánea, el uso de esta tecnología no ha estado exento de críticas y controversias y no toda la industria parece estar de acuerdo.
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“Personalmente me gusta escuchar voces que transmitan el sentimiento real del cantante, escuchar los matices de su garganta y que esto sea un bien expresivo”, explica Guille Mostaza, productor y dueño de los estudios Alamo Shock. El problema es que, usando autotune, “corres el riesgo de parecerte a millones de personas que lo usan exactamente igual y uno intenta que lo que produce no se parezca demasiado a nada”.
Es una cuestión de matices, porque incluso quién no hace de él su principal sonido lo puede utilizar como herramienta en el estudio. El productor Raúl de Lara lo utiliza, por ejemplo, "en el 99% de sus producciones". Sin embargo, se trata de un sonido invisible, destinado a corregir las imperfecciones de afinación. Es imposible negarlo, el autotune presenta "muchas posibilidades artísticas", explica; pero al final, esta música va necesariamente de la mano de la tecnología y "envejecerá de una manera fea”. Para él, la buena música es aquella que perdura en el tiempo, que la gente recuerda y que despierta sentimientos en aquel que la escucha y aunque esta sea "una herramienta fantastica" las dudas no desaparecen.
Al final, da igual el género, en esta "era de los filtros, de la perfección y de las apariencias, ya nadie lanza música sin afinar las notas aunque sea una a una a mano", concluye Rakky.