Ginebras es uno de los grupos del momento en la escena independiente española y hace un año aseguraban en conversación con infoLibre: "Ya hemos sido cabezas de cartel en algún festival, que eso es importante, y poco a poco yo creo que eso va a ir cambiando. Va a haber más mujeres cabezas de cartel en grandes festivales, el cambio está aquí". Sin embargo, esta misma semana otro grupo de gran tirón popular, Niña Polaca, ha devuelto el debate a la primera plana con un comunicado que describe una situación bien diferente tras su actuación en el Beat Festival de Toledo.
"Me encanta ver tantas tías entre el público, compensando las pocas que hay en el cartel", dijo desde el escenario la teclista y vocalista Claudia Zuazo, que horas después publicaba en las cuentas de la banda un extenso texto en el que denunciaba las persistentes "situaciones injustas para con las mujeres" y lamentaba haber sido borrada de todas las imágenes de Niña Polaca publicadas por el festival en sus redes sociales -"salen todos los miembros menos yo", destaca-. "En lugar de rectificar en sus redes sociales y pedir disculpas por estas 'lapsus', la única reacción del festival ha sido ponerse en contacto con nuestra oficina para quejarse de mi comentario, tildándolo de populista y afirmando que sobraba y estaba fuera de lugar", comenta Zuazo.
Y aún prosigue en su comunicado: "Quizás los directores del festival no saben esto, pero consideré que el comentario era necesario porque es demasiado importante que las mujeres nos veamos en los escenarios con la misma asiduidad con la que vemos a los hombres. Sabemos de sobra que no escasean las mujeres en la música, así que no hay excusa. Ver el número de mujeres del cartel del Beat Festival, que ni por asomo se cercaba al número de hombres, fue algo que a mucha gente nos llamó la atención. Quiero pensar que no fue un acto deliberado por parte de sus responsables, aunque la publicación del vídeo-resumen del festival en sus redes pueda llevar a pensar lo contrario".
Carlos Galán es CEO y fundador de Subterfuge Records, la oficina que lleva a Niña Polaca. Es también una de las figuras más importantes de las últimas tres décadas de música independiente en nuestro país, y desde su dilatada experiencia asegura a infoLibre que "es de justicia plantear una paridad antes de programar un festival, no por una moda, sino por hacer justicia a una situación de muchos años en los que esto ha brillado por su ausencia de manera explícita".
Para un promotor o una promotora es una obligación decir 'voy a hacer un festival y lo voy a equilibrar porque durante mucho tiempo esto no se ha tenido en cuenta'
"No quiero pensar que no meter mujeres sea algo premeditado", continúa, hablando de "desprecio explícito a las mujeres" y una "asignatura pendiente" que poco a poco tiene que ir regularizándose. "Para un promotor o una promotora es una obligación decir 'voy a hacer un festival y lo voy a equilibrar porque durante mucho tiempo esto no se ha tenido en cuenta'", insiste, aún apostillando: "En Subterfuge nosotros lo notamos no solamente ya a nivel artístico, sino en que nuestro departamento de contrataciones lo llevan tres chicas, lo cual a veces propicia otro tipo de negociaciones, llegando a dar la impresión de que solo les falta decir que quieren hablar con el hombre de la casa. En toda la industria de la música y del entretenimiento en general hay que ir normalizando la igualdad más rápido de lo que está ocurriendo porque, además, yo soy también profesor en másters y el setenta por ciento son chicas interesadas en trabajar en la industria, a nivel también ya ejecutivo. Por eso, todavía sorprenden este tipo de actitudes".
Ejemplo práctico: en el caso del Beaf Festival de Toledo los grandes reclamos eran Vetusta Morla, Love of Lesbian, Viva Suecia o Shinova. El caso de Claudia como integrante de Niña Polaca es prácticamente único, salvando el caso de Mallo, grupo emergente integrado por cuatro chicas y un chico, y un par de djs femeninas: Bita y Karmi. Una presencia masculina evidentemente mayor y desproporcionada que se repite como un patrón invisible, a pesar de las denuncias insistentes por parte de artistas y una parte minoritaria del público.
Otro caso. Este fin de semana se celebra en Sevilla el festival Interestelar con, esto sí, Amaral como cabeza de cartel. Junto al dúo integrado por Eva y Juan, encontramos a Delaporte, otro dúo con Sandra como vocalista junto a su compañero Juan. También Ginebras, Jimena Amarillo, Dorian (con Belly Hernández a las teclas) y Fuel Fandango, otro dúo formado por Nita a la voz y Ale Acosta a los instrumentos variados. Son seis nombres en los que hay mujeres, lo cual no parece del todo mal, sino fuera porque en la programación hay un total de 21 artistas.
Y uno más. En junio se celebra el festival Bulanico en Maracena (Granada) con, atención, La Casa Azul, Sidonie, Rayden, Antílopez, Eskorzo, El Jose, El Niño de la Hipoteca, La Guardia, Los Rebeldes, La Frontera, Rayden, Veintiuno, Radio Palmer, Don Flúor y, al fin, una única chica: Innmir. Situación bien parecida se producirá en el Polifonik Sound de Barbastro (Huesca), donde los grandes nombres los copan los chicos y las pocas chicas que aparecen, como Elem, Candela Gómez o Mafalda Cardenal, lo hacen en papel de secundarias.
"Cuando vemos este tipo de carteles volvemos a la situación de 2017 y 2018, que es cuando la asociación empezó a tener más peso", señala infoLibre Mar Rojo, vicepresidenta de Mujeres de la Industria de la Música (MIM), quien explica a infoLibre que después de la pandemia se ha retrocedido en demasiadas cosas. Y añade: "La cultura debe representar la sensibilidad del país que la está creando. No es que se dé más o menos en la música, pero queremos que sea precisamente por eso escaparate de igualdad. Si el público de los festivales es igualitario, ¿cómo no lo van a reflejar los carteles? ¿Cómo puede haber solo una mujer? No es una cuestión ya de cuotas, es que si te falta la mitad de la población en tu cartel igual tienes que empezar a mirar hacia los lados".
"La desigualdad es aplastante y escandalosa, y no dejamos de verla en carteles de festivales donde la presencia femenina es muy inferior", afirma a infoLibre Amparo Sánchez, líder de Amparanoia desde mitad de los noventa y que desde hace unos años organiza (primero en Cataluña, ahora en Granada) el Festival 100% Mujer, en el que no solo las artistas, sino también todo el equipo técnico es femenino. "Seguimos ganando menos que nuestros compañeros, nos cuesta muchísimo más y se nos cuestiona muchísimo más como intérpretes, y productoras", denuncia, para aún agregar acto seguido: "No hay que callarse, hay que denunciarlo, y yo lo he dicho en bastantes festivales también cuando he sido la única mujer en todo el cartel. Me encantaría que mi festival desapareciera porque hubiéramos alcanzado esas cuotas de paridad, ya no solo en la parte artística, sino también en la parte técnica, en la cual no te encuentras apenas chicas. Ahora, en mi faceta de directora, veo que todas nos dan las gracias por darles voz y visibilidad, porque les cuesta muchísimo en comparación a sus compañeros".
Los avances, aún siendo limitados, se han producido a base de insistencia y picar piedra. Sin embargo, estos pueden convertirse en retrocesos en cualquier momento, por lo que desde la cuenta de Twitter Indie en Femenino se recalca a infoLibre que en realidad "hemos avanzado muy poco y algunos festivales nada". "Posiblemente se haya incrementado ligeramente el porcentaje de mujeres sobre el escenario en los últimos años, pero ya sabemos que no todos los escenarios son iguales, ni los horarios, ni los días", lamenta, poniendo en contexto con un caso práctico: "No me vale que haya más mujeres y actúen un jueves a las seis de la tarde, sin luces y con peor sonido en el escenario 3. Para que realmente haya igualdad, tiene que ser en todo. Que haya variedad de artistas, buenos horarios, en días y escenarios principales, es la única manera de tener la visibilidad que se merecen".
No me vale que haya más mujeres y actúen un jueves a las seis de la tarde, sin luces y con peor sonido en el escenario 3. Para que realmente haya igualdad, tiene que ser en todo. Que haya variedad de artistas, buenos horarios, en días y escenarios principales, es la única manera de tener la visibilidad que se merecen
Para revertir este tipo de situaciones habría que comenzar por esos festivales en los que los carteles son esencialmente de artistas españoles. Otra muestra es el MontgoFest de Xàbia (Alicante), donde el primer fin de semana de mayo Chambao y Marlena fueron las únicas participantes femeninas compartiendo escenario con Coque Malla, Sidecars, Tarque, Los Zigarros, Ciudad Jara, Pignoise, La Habitación Roja, Pol 3.14, Besmaya, Santero y Los Muchachos, Malmö 040 y Badlands. No hace falta sacar el porcentaje numérico para constatar un desajuste que ese mismo fin de semana se repetía en el Viña Rock de Villarrobledo, donde hay alguna mujer más (pocas) sencillamente porque el cartel es mucho más amplio.
Casos esperanzadores también hay, como el de SonRías Baixas en Bueu (Galicia), pues su propuesta para el próximo agosto es prácticamente paritaria: entre su veintena de artistas están Rozalén, Fillas de Cassandra, La Oreja de Van Gogh, Sabela, Tanxugueiras, Ginebras, Travis Birds, La La Love You (con Lydia Carré como bajista), Cool Nenas o incluso Inés Hernand. Por otro lado, macrofestivales de primerísimo nivel mundial como Primavera Sound, Mad Cool o BBK Bilbao Live, con mucho más presupuesto y rutilantes estrellas internacionales, sí que lo tienen presente y cuentan con mujeres como cabezas de cartel (aunque la presencia de españolas sigue siendo comparativamente escasa).
En Madrid, el ciclo Noches del Botánico lleva a su escenario durante junio y julio también un buen puñado de mujeres (muchas igualmente internacionales, aunque también españolas). "Probablemente es el año que más mujeres hay. Llegar a la paridad cuesta lo suyo, pero aún así creo que tenemos muchos programas con mujeres y, además, son los que más apoyo de público necesitan", declaraba esta semana e Europa Press su director artístico, Julio Martí, quien apuesta por "abrir la puerta siempre que se pueda, con buenas propuestas de todo tipo, no ya solo por buscar la aritmética, sino porque son interesantes".
A tenor de estos festivales que sí muestran una mirada femenina, habla Rojo de "falta de sensibilidad" en quienes no la tienen, por lo que no es válido "buscar excusas". "A veces lo que pasa es que ni se han planteado estos temas", lamenta, al tiempo que recuerda que MIM ha conseguido avances como firmar acuerdos con la Asociación de Promotores Musicales (APM) para tener "códigos de buenas prácticas o campañas de sensibilización contra el acoso tanto entre el público como entre los organizadores".
Entendemos que los festivales son empresas privadas, pero en muchas ocasiones reciben subvenciones públicas. Ahí habría que fiscalizar mucho más las ayudas para que una empresa que no está cumpliendo con la Ley de Igualdad no pueda recibir subvención pública
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Destaca, asimismo, que es importante la presencia de chicas tanto en los carteles como en la parte de la industria, pues "en cuanto hay más diversidad en los equipos se nota inmediatamente en lo que se produce y se programa, algo que pasa en la música en todos los ámbitos" "Si en las direcciones de los equipos de una discográfica hay más diversidad, todo eso al final transpira", asegura, para terminar poniendo el foco en un asunto en absoluto baladí: "Entendemos que los festivales son empresas privadas, pero en muchas ocasiones reciben subvenciones públicas. Ahí habría que fiscalizar mucho más las ayudas para que una empresa que no está cumpliendo con la Ley de Igualdad no pueda recibir subvención pública. Esto es así más allá de una cuota. Es que si tu empresa no cumple con la Ley de Igualdad, ¿por qué debería recibir una subvención o una exención, como sucede muchas veces?"
Amparo Sánchez recuerda que no solo es cosa de promotores, pues "también son promotoras las que hacen este tipo de selecciones", por lo que asegura que "este es un problema mucho más profundo". Eso sí, anima a organizadores y programadores de festivales y conciertos a "probar a ponerse las gafas de la sensibilidad y la visibilidad, porque si no se da oportunidad a las mujeres siempre vamos a estar ganando menos, más cuestionadas y en un lugar inferior y de discriminación". "Hay que promover muchísimos temas y uno de ellos por supuesto es la igualdad y tener esa sensibilidad de impulsar propuestas de mujeres, Ahí ya va la decisión personal y a la vez colectiva de ser más sensibles", argumenta.
Sin embargo, para terminar, Indie en Femenino lamenta no ver una solución sencilla por las propias estructuras del sector musical y, por extensión de toda la sociedad: "Por mi experiencia, la industria musical está mayoritariamente dirigida por hombres, y eso desencadena un 'compadreo' en el que difícilmente entran las mujeres. Por otro lado, los fans que siguen a estos grupos de hombres son en gran mayoría mujeres, y con ese caldo de cultivo se genera una situación en la que para la industria y los festivales es mucho más 'cómodo' y rentable promocionar grupos de chicos que de chicas. Es machismo en el sentido de que al final las mujeres tienen menos oportunidades y menos proyección que los hombres, no hay más que ver las cabezas de los carteles de casi todos los festivales".
Ginebras es uno de los grupos del momento en la escena independiente española y hace un año aseguraban en conversación con infoLibre: "Ya hemos sido cabezas de cartel en algún festival, que eso es importante, y poco a poco yo creo que eso va a ir cambiando. Va a haber más mujeres cabezas de cartel en grandes festivales, el cambio está aquí". Sin embargo, esta misma semana otro grupo de gran tirón popular, Niña Polaca, ha devuelto el debate a la primera plana con un comunicado que describe una situación bien diferente tras su actuación en el Beat Festival de Toledo.