Las Dianas: "Muchas veces piensas que te contratan porque es obligatorio tener un porcentaje de mujeres"

El grupo musical granadino Las Dianas.

Han empezado Las Dianas recorriendo España de ciudad en ciudad para presentar las canciones de su segundo disco, Ya decidiré mañana (Casa Maracas, 2024). Todo un chute de power pop guitarrero con cierta tendencia al punkarreo. Con poco más de cinco años de andadura musical y veinte de vida natural, Laura Torres (cantante y bajista), Ana Torres (batería y coros) y María Arias lanzan desde su Granada natal un mensaje para todo el universo a favor de la libertad individual, la liberación de los estigmas sociales y contra cualquier forma de discriminación. "A día de hoy, los jóvenes no tenemos ningún futuro asegurado, no tenemos ningún camino a seguir", denuncia Laura, convertida en portavoz del joven trío en una conversación con infoLibre en la que caben otros asuntos diversos, además de no pocas canciones.

¿Empezar el año tocando tanto como Las Dianas es una manera genial de empezar?

Claro que sí. Además, Girando por Salas (GPS) nos ha ayudado muchísimo para poder movernos y presentar el disco. Sin esta ayuda no podríamos tener una gira como esta. Siendo de Madrid, a lo mejor sí te puedes mover más fácilmente, pero siendo del sur, si por ejemplo quieres, como hicimos nosotras el pasado fin de semana, ir a Barcelona o a Zaragoza vas a perder dinero al cien por cien. Porque al ser artista emergente tampoco llenas las salas, aunque sean pequeñas, por lo que es ir por amor al arte y a perder dinero. Por eso estamos muy agradecidas a GPS, porque nos ayuda a movernos, a crear público en otras ciudades y a ser una banda de rock (risas).

Es que la vida del músico es mucho más dura de lo que el público imagina.

La vida del músico es muy complicada, y es importante que la gente lo sepa. También creo que es muy importante que las entradas de los conciertos no se compren a última hora el mismo día del concierto, porque a nosotras nos ha pasado de estar yendo a la ciudad con diez entradas vendidas. Con eso es con lo que como, pago la gasolina y todo lo demás, de manera que si no las has comprado antes yo no tengo ninguna seguridad de nada. Yo misma he sido siempre de hacerlo así porque soy de no planear las cosas, pero ahora sabiendo lo que hay detrás, hay que decirle a la gente que se planifique (risas).

Para ser artista es muy importante perder el tiempo

¿Compramos las entradas con meses de antelación para los grandes conciertos y festivales, pero los más pequeños se quedan para el último momento?

Así es. Menos mal que hay gente como el dueño de la Lata de Bombillas de Zaragoza, donde estuvimos hace una semana, no dentro de GPS, que apuesta muchísimo por el talento emergente y se deja el dinero. Muchas veces pierde dinero. Eso es increíble, nos apoyamos los unos a los otros.

Esto que hablamos de las entradas me lleva al título de vuestro disco, Ya decidiré mañana. Un álbum de power pop guitarrero con tintes punk en sonido y en actitud, en la manera de tocar y de decir las cosas. ¿Lo podemos resumir así?

Yo creo que sí. Nosotras al final somos gente humilde que tiene muy claras las cosas, y en este disco básicamente denunciamos la situación de la gente joven, en la que nos encontramos nosotras, porque es muy complicada muchas veces tener un pie en la edad adulta y otro todavía en la adolescencia. Ese cambio es complicado y lo sufrimos todos.

¿El vuestro es un mensaje descarado, como procede con veinte años, pero al mismo tiempo con cierta inseguridad por no saber qué va a pasar cuando tengáis treinta?

Totalmente. Es que a día de hoy los jóvenes no tenemos ningún futuro asegurado, no tenemos ningún camino a seguir, y no se nos apoya nada. Vemos el futuro como muy oscuro. El futuro cercano. 

Hablemos de varias canciones de este disco. Perder el tiempo viene muy bien en estos tiempos que corren en los que, efectivamente, parece que tenemos que correr sin parar y estar siempre haciendo algo. ¿Procrastinar es un placer que este mundo loco no nos permite?

Sí, sí (risas). Queríamos denunciar eso. Todo el rato tenemos la presión constante de tener que ser productivos. A nosotras nos pasa, porque seguimos estudiando o con otros trabajos al mismo tiempo que tenemos que seguir adelante con el grupo. Eso no te deja tiempo para sentarte un momento a tocarte los huevos, vaya (risas), así te lo digo. Yo veo también a mis amigas todo el rato locas perdidas queriendo hacer cosas y diciendo que no tienen tiempo para sentarse en el sofá, ver una peli o lo que cada cual quiera. Además, creo que para ser artista es muy importante perder el tiempo, no tener nada en qué pensar y no tener cosas que hacer, porque ese es el momento en el que te vienen las ideas. Si no tienes ese espacio y ese tiempo no puedes seguir cultivándote artísticamente, es imposible.

Un vez un 'grupo de chicos' nos dijo: 'Tú es que no sabes cantar, ¿no? Es como que no afinas nada. ¿Cómo tienes el valor de subirte al escenario si no sabes cantar?

Pero, aún así, vosotras lo hacéis, igual que otros muchos artistas. 

Hay que luchar a fuego, y más en esta industria de la música en la que sacas un disco y a los dos meses ya se ha pasado de moda.

Otra canción: Me jode. Una queja, pero divertida. ¿Nos quejamos poco?

Nos encanta tocar esta canción en directo porque es súper liberadora porque decimos todas las cosas que no nos parecen bien en el ámbito personal, el laboral y donde sea. A nosotras nos gusta mucho quejarnos (risas). Quejarse es curativo.

Ya decidiré mañana es la canción que da título al disco. "Ya decidiré mañana si sigo siendo lesbiana", cantáis, incluso. ¿Esa es la libertad total que reivindican Las Dianas?

Nosotras queremos transmitir eso y tampoco somos chicas de demasiadas metáforas, por lo que el mensaje llega directamente. Eso sí, al final cada uno lo interpreta como quiere. En nuestro caso reivindicamos la libertad, poder decidir las cosas cuando quieras, porque tenemos muchísimas presiones de muy diferentes tipos. También decidir si soy lesbiana o no, o no, o no querer decidirlo nunca. En definitiva, que tengas tiempo para ti, que pienses las cosas y tengas una buena vida pasando de todo el mundo.

En infoLibre llevamos mucho tiempo ya incidiendo en la etiqueta de 'grupos de chicas', en la que siempre estáis vosotras. 'Grupos de chicas' siempre entre comillas, porque ni es un género musical, ni es una etiqueta válida, pero de alguna manera nos vale para hablar del asunto. ¿Qué os parece esta denominación?

Es importante porque hay que dar visibilidad, ya que somos al final un colectivo oprimido. Eso no se puede olvidar.

De toda la vida de dios no ha habido nunca una perspectiva femenina de la música

Además, en un momento en el que cada vez hay más y más mujeres en la música y la reivindicación de su infrarrepresentación suena bien alto.

Muchas veces estamos cansadas de que nos pregunten cómo es ser mujer en la industria de la música y cosas así, pero yo personalmente pienso que es súper importante porque de toda la vida de dios no ha habido nunca una perspectiva femenina de la música. No ha habido. Por eso, muchas mujeres no se han sentido culturalmente identificadas con absolutamente nada relacionado con la música. Muchas veces molesta que te encasillen en 'música de mujeres', eso jode muchísimo, porque cada una hacemos nuestra movida diferente. Pero, al mismo tiempo, es una perspectiva femenina de la vida, de la sociedad y de todo que es muy importante que esté ahí, tanto en la música como en el cine o la ciencia, por ejemplo. Ahora, gracias a dios, estamos en un momento en el que hay 'bandas de chicas' por todos los lados, le pegas una patada a una piedra y salen. Y menos mal y qué bien. Y en España, porque vete a otro país y no las encuentras. Da mucho coraje que te encasillen en 'música de mujeres', yo lo odio personalmente, pero es muy importante hablar de ello.

Es, al menos, como bien dices, una manera de hablar de algo de lo que hasta hace nada no se hablaba. También lo denunciáis en otra canción llamada Síndrome del impostor, que dice cosas como: "Otro promotor dice que somos del montón", "será porque soy guapa, porque conozco al jefe", o "no me hagas sentir inferior porque no sé componer una canción, porque nunca di solfeo ni audición".

Así es. Y, relacionado con esto, muchísimas veces piensas que te contratan porque es obligatorio tener un porcentaje de mujeres, pero no por tu música o tu talento. Eso da mucha inseguridad porque te dices 'vale, me están contratando simplemente porque soy una tía joven, no porque lo que yo esté haciendo tenga repercusión o le mole a alguien'. Pero claro, sin esas cuotas, todavía habría festivales, como los hay, en los que en el cartel aparecen solamente hombres, cuando no es verdad que no haya oferta de 'grupos de chicas', porque somos un montón a día de hoy.

¿Qué sentís cuándo veis esos carteles en los que todos son hombres?

Yo es que es lo primero en lo que me fijo. Nosotras empezamos muy jóvenes y teníamos muy pocas referentes. Menos mal que estaban ahí Hinds o Cariño, o Ariadna de Los Punsetes, porque luego ya casi fuimos nosotras detrás siendo muy pequeñas. Eso era algo que nos pesaba mucho: tres referentes contados que eran los que teníamos más cercanos. Da mucha inseguridad ver que tú vas para adelante y que te critica mucha gente. No sabes la cantidad de gente que nos ha criticado en Granada y nos ha dicho 'estáis aquí porque sois chicas jóvenes o porque conocéis a no sé quien'. Eso pasa. Granada es una ciudad que tiene muchísimas bandas, nos conocemos todos, somos todos primos, y corren mucho ese tipo de rumores. Fíjate, empezó a correr el rumor de que uno de nuestros padres era el que nos metía en los festivales, cuando ninguno de nuestros padres se dedica a la música, ni nada relacionado. 

Eva Amaral canta, pero también queremos ver a una tía tocando el bajo, otra la guitarra o la batería... Eso no se ve tanto. Natalia Lacunza es muy grande y todas sus músicas son mujeres

Eva Amaral nos decía el otro día que siente "angustia" al ver muchas veces su nombre como única mujer en la parte alta de los carteles de los festivales. También aparece Zahara en ocasiones, pero es verdad que luego poco o nada más.

Totalmente, aunque tampoco queremos poner una presión sobre ellas. Se trata de simplemente ayudarnos un poco entre nosotras. Y oye, Eva canta, pero también queremos ver a una tía tocando el bajo, otra la guitarra o la batería... Eso no se ve tanto. Se me ocurre ahora mismo Natalia Lacunza, que es muy grande, y todas sus músicas son mujeres. Eso es muy importante.

¿Te viene a la cabeza algún caso concreto de machismo que hayáis sufrido?

Yo cuento muchísimo uno que me hizo flipar en colores cuando estábamos empezando. Tocamos en un festival que se llama En Órbita, en Granada, cuando teníamos cuatro canciones, no más. Tocamos tranquilamente y cuando bajamos del escenario, el grupo que subía nos dijo a una de nosotras: 'Tú es que no sabes cantar, ¿no? Es como que no afinas nada. ¿Cómo tienes el valor de subirte al escenario si no sabes cantar?' Pero así, no tuvo ningún reparo en decírnoslo, con dos cojones. Es que es fuerte. Pues ahí está comiéndose los mocos ahora.

Muchas veces los chicos se ven con esa libertad de decirle esas cosas a las chicas, pero a los otros chicos no se lo dicen.

Claro, porque como los hombres son mejores músicos por genética o algo... Eso será, quien sabe.

Lo que está claro es que lleváis poco más de un lustro como banda y aquí estáis con un segundo disco y un montón de conciertos por delante. ¿Eso ya es para vosotras haber alcanzado el éxito? 

Esto se lo preguntaron hace poco a Diego de Carolina Durante y respondió que el considera éxito las pequeñas cosas que va consiguiendo respecto al año anterior. Por ejemplo, a mí me parece un éxito que nosotras tengamos ya dos discos. Hace un par de fines de semana tocamos precisamente con Carolina Durante y eso es también un exitazo. También es un éxito que sigamos juntas a pesar de todas las cosas que hacemos, las cosas que nos han pasado y las veces que hemos estado a punto de dejarlo. Seguir es un éxito. Es verdad que también nosotras nos rayamos con los números, que es algo que tienes presente todo el rato siendo artista, ese decir 'madre mía, qué pocos oyentes, esta canción lleva una semana y solo tiene estas reproducciones'. Y te comparas, sobre todo con tus compañeras, y eso es tóxico a más no poder.

En su momento, a mí personalmente me habló maravillas de vosotras Miguel Ríos, porque tocásteis en el concierto por su 80 cumpleaños en Granada. ¿Eso es también el éxito?

Brava: "Cuando no te están llamando gorda, viene un chico a explicarte cómo usar tu propio equipo"

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Bueno, claro, qué bien, granadinos al poder (risas). En aquel concierto también estaba Anni B. Sweet, que llevaba en la banda a los de Rufus T. Firefly, un grupo que siempre me ha encantado. ¡Yo estaba muerta allí! Eso son éxitos. Que te guste lo que haces es un éxito. No lo es estar haciendo un disco con una pistola en la cabeza o diciendo 'ahora me toca un concierto pero preferiría estar en la playa'.

Hay muchos músicos aburridos que siguen solo porque es su trabajo. Llegan a ese punto.

Claro, siguen porque es su trabajo. Entiendo que desgaste, porque cualquier curro desgasta, pero tiene que gustarte por lo menos en el fondo.

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