El Twanguero es un viajero incansable y un guitarrista único. Como en los libros de elige tu propia aventura, este valenciano instalado en Los Ángeles hace su camino siguiendo su instinto y alejándose de los convencionalismos. Ese espíritu inquieto le llevó hace un lustro a cambiar Madrid por California y le lleva ahora a la jungla.
Este es el nuevo capítulo de su proyecto de guitarras del mundo Carreteras secundarias, que empezó con un periplo por Norteamérica en busca del blues, el country o el ragtime, y que prosigue ahora con un segundo volumen grabado literalmente en la jungla de Costa Rica y que verá la luz el 1 de abril. Sigue así su increíble viaje con la guitarra española siempre al hombro.
“Para este segundo volumen quería ir hacia el sur del continente americano. Por cuestiones de la pandemia, el único lugar donde se podía viajar desde Estados Unidos era Costa Rica y dije 'me voy a la jungla a hacer un disco'", explica Diego García (su verdadero nombre), músico ganador del Latin Grammy por su trabajo con Diego El Cigala y que ha tocado con Bunbury, Calamaro, Rafael, Camilo Sesto, Fito Páez, Juanes o Santiago Auserón.
La inspiración para este Carreteras secundarias Vol. 2 llegó en una sesión de ayahuasca a la que acudió para tocar movido por su curiosidad habitual. "Una experiencia fuerte, como experimentar una muerte y un renacimiento durante unos días. Pero tiene momentos lindos en los que puedes tocar la guitarra y eso es lo que yo saqué de esa experiencia. Fue el disparador de este disco. La guitarra es mi pasión y si una experiencia así me puede inspirar para hacer un disco entonces lo pruebo. Aunque sea una vez", explica a infoLibre.
Después llegó la pandemia, en la que El Twanguero se aferró como nunca a la guitarra en busca de salvación frente al agobio generalizado. En esos meses empezó un repertorio que terminó ya en Costa Rica y que abarca sonidos y ritmos latinoamericanos (con cuerdas de nylon, nada eléctrico), ecos de milonga, samba y zambas. "Aunque por supuesto arrastra las influencias del blues y el ragtime, que provienen del Volumen 1, el cual era un viaje por Norteamérica. Este Volumen 2 viaja hacia el Sur pero se trae cosas del Norte", apostilla.
Toda esta experiencia es la que se podrá escuchar en el próximo disco de El Twanguero, y la que puede ya conocerse a través del documental que estrenamos este jueves en exclusiva en infoLibre. Todo un viaje sensorial que mezcla los sonidos de la guitarra española y la jungla salvaje.
"Te pones muy fuerte en la jungla y además no hay distracciones. Es ideal para estudiar guitarra española, porque es una piedra", prosigue el músico, para explicar después que "por una combinación de los monos aulladores y los cantos de los pájaros", la guitarra en plena jungla "empezaba a sonar bien en Re, porque requiere una afinación más oscura, algo así como los discos de Nick Drake o de los bluesman antiguos".
¿Y cómo es tocar la guitarra española en plena jungla de Costa Rica? "Las chicharras se callaban cuando llevaba un rato tocando. Obviamente no tengo ninguna base científica para esto, pero son simplemente sensaciones que uno va construyendo y de ahí sale algo que puede ser musicalmente interesante", responde, agregando que su intención era de alguna manera componer canciones de trance: "Ciertas formas armónicas y rítmicas que nos pueden llevar a abstraernos por un momento de lo que nos rodea".
Disciplinado hasta la extenuación, cuenta Diego que hacía largas sesiones de estudio todas las mañanas en un claro que había cerca de una cabaña que alquiló. "Por supuesto a veces era incómodo, pero valía la pena practicar en un entorno tan salvaje, sin distracciones. Las primeras horas del día siempre había mucho jaleo de monos y pájaros, y a veces parecía que me escuchaban y quisieran interactuar", relata divertido.
La jungla es, por ahora, la última parada del viaje de El Twanguero, quien en el pasado publicó ya proyectos sobre el tango en Buenos Aires, el flamenco en Madrid, y pasó también una temporada en Nueva York. Ni él mismo sabe qué será lo siguiente y esa es la gracia pero, al mismo tiempo, nos cuenta que antes de la pandemia le invitaron a tocar en un retiro espiritual en la India.
"Un mes en un templo, tocando a las 5AM para unas meditaciones colectivas con un grupo de L.A. que se llama Kosmik Band. Yo reconozco que no estoy muy metido en ese mundo, pero era un buen "gig" y además me daba la oportunidad de tocar con monjes que cantaban unas movidas que te dejaban loco. Eso me abrió otra ventana quizá para explorar en un futuro. Otro de mis lugares favoritos es el desierto de Joshua Tree, un lugar al que voy a menudo a componer. Tengo amigos allá y hacemos sesiones de Dj & Twang a veces", concluye.
El Twanguero es un viajero incansable y un guitarrista único. Como en los libros de elige tu propia aventura, este valenciano instalado en Los Ángeles hace su camino siguiendo su instinto y alejándose de los convencionalismos. Ese espíritu inquieto le llevó hace un lustro a cambiar Madrid por California y le lleva ahora a la jungla.