Temporalidad, brecha salarial y techo de cristal son algunas de las realidades a las que tienen que hacer frente diariamente las mujeres que trabajan en la industria musical. Una situación anómala que se da detrás del escenario y que se traslada a su vez a los carteles de los festivales, donde la igualdad es un anhelo y la paridad una quimera.
Un desequilibrio que propicia, como sólida y combativa respuesta, la aparición de festivales 100% femeninos, con carteles integrados en su totalidad por mujeres. Una necesaria llamada de atención para que el público sea consciente de algo que por lo general pasa por alto, cegado por el brillo de los grandes nombres de los cabezas de cartel: la en ocasiones nula presencia de mujeres en este tipo de eventos.
"Las estadísticas nos dicen que la presencia femenina en los festivales suele estar entre el 2 y 6% desde hace mucho tiempo", remarca a infoLibre Amparo Sánchez, líder de Amparanoia, quien apostilla: "Y en demasiados casos el porcentaje es del 0%".
Sánchez es una de las principales promotoras del festival Granada 100% Mujer, que el sábado 12 de marzo propone toda una jornada de cultura femenina, tanto encima como detrás del escenario, con técnicas, cantantes, instrumentistas, compositoras, grafitteras, pintoras o poetas. Con un cartel musical encabezado por ella misma junto a Lamari de Chambao, Sara Curruchich o Carmencita Calavera.
La líder de Amparanoia, auténtica pionera que "muchísimas veces" ha sido "la única mujer del cartel" durante tantos años, comprende la posible crítica a este tipo de iniciativas por no contar con hombres, pero plantea que se trata de "llamar la atención sobre una desigualdad" y potenciar la visibilidad.
"El porcentaje de mujeres en eventos musicales es tan irrisorio, siendo del 0% en muchas ocasiones. Así que para llegar a un equilibrio vamos a tener que hacer muchos 100%. Entonces, llegará un momento en el que en los carteles de los festivales empezarán a ser un 10 o un 30 y cuando lleguemos al 50% desaparecerá el 100% mujer. Pero antes hay que llegar ahí", defiende.
En la misma línea va Mario Cornago, director del Ribera Sound que se celebrará el próximo mes de julio en Tudela (Navarra) con un cartel íntegramente femenino y nombres tan importantes como Rozalén, Amaia, Ana Tijoux, Natalia Lacunza o Chica Sobresalto. Este es, según sus propias palabras, "el primer festival de música de gran formato 100% femenino en España, con un aforo entre 10.000 y 15.000 personas".
"Hay otras iniciativas más minoritarias, pero a nuestro tamaño no había en España nada igual", remarca a infoLibre Cornago, quien explica que ha festivales que tienen apenas el 3 o el 4% de presencia femenina. "Hay que romper ese techo de cristal. Nuestro objetivo es por la igualdad, demostrar que se puede hacer un festival de calidad solo con mujeres", añade.
Y prosigue: "Queríamos responder a la brecha entre hombres y mujeres haciendo algo llamativo como un cartel 100% femenino para equilibrar y hacer labor de concienciación tanto en la industria como con el público. La crítica fácil es decir que la igualdad sería 50-50, pero no es eso lo que buscamos, sino una discriminación positiva en comparación a todos los años previos que no ha habido. Es una llamada de atención y un reconocimiento a su talento".
Por su parte, una de las cofundadoras de la Asociación de Mujeres de la Industria de la Música (MIM), Celia Carrillo, subraya que hay casos "escandalosos" que no tienen en cuenta en absoluto la paridad, al tiempo que señala al Primavera Sound como ejemplo de lo que sí se puede hacer, pues el festival barcelonés está en el entorno del 50%. "Ellos han tomado una actitud de activismo feminista", aplaude.
"Nos parece estupendo que haya festivales solo de mujeres como llamada de atención y acción de notoriedad hacia una situación de desigualdad", asegura Carrillo a infoLibre, para luego explicar que su apuesta es que todos los festivales deberían ser feministas, tomando por eso "que tengan activismo feminista en su contratación, producción, logística, número de baños... Que lleven al feminismo a la concepción y realización del festival, lo cual no significa que en el cartel haya solo mujeres".
Lanza entonces Carrillo un llamamiento al compromiso de todos para conseguir mayor presencia femenina en los festivales de música, a poder ser en los más grandes. "¿Qué pasaría si los artistas de un festival comprobaran y confirmaran que los eventos en los que participan van a tener un cartel igualitario? Sería fantástico. Que dijeran 'yo voy al festival pero me tenéis que asegurar que en el cartel hay suficientes mujeres representadas y en producción hay mujeres trabajando'", argumenta.
Nacho Vegas es un buen ejemplo para ilustrar lo que apunta Carrillo, pues es uno de los artistas masculinos siempre comprometido con el feminismo. Lo volvió a hacer recientemente a través de Twitter, con un mensaje alto y claro: "Encantado de actuar en la primera edición del Antorchas Fest. No tanto de hacerlo formando parte de un cartel en el que solo hay nombres masculinos o bandas lideradas por hombres. Esto hay que corregirlo; debería estar superado ya".
Debería, pero no está superado. Así lo ve también Maialen Gurbindo, conocida artísticamente como Chica Sobresalto y parte del cartel del próximo Ribera Sound. "Este tipo de festivales tienen una parte de que las mujeres también tenemos talento y vamos a demostrarlo, pero yo creo que no tenemos que demostrar nada ya. Eso debería, efectivamente, estar superado, aunque el problema es que las mujeres tenemos que demostrar más que los hombre para llegar al mismo lugar", señala a infoLibre.
Remarca entonces que estas iniciativas tratan de equilibrar y de ir "reconstruyendo tantos años en los que hemos sido silenciadas y menospreciadas". Eso explica el "porcentaje tan bajo" de mujeres en los festivales, algo que "no se arregla de un día para otros", por lo que defiende que se trata de "poner en evidencia" un problema evidente: "Ojalá las siguientes generaciones no tengan que preocuparse por esto porque ya no exista".
Alineadas con este tipo de acciones, las salas de conciertos de Madrid, englobadas en la asociación La Noche en Vivo, ponen en marcha este mes la tercera edición de Mujeres en Vivo, un ciclo de conciertos con más de 70 artistas femeninas en 27 salas de la ciudad, entre ellas Julieta Venegas o Georgina, que cuenta con apoyo de la Dirección General de Igualdad de la Comunidad de Madrid, y que incluso desarrolla una muestra de nuevos talentos que premia a las propuestas más destacadas.
"Hicimos un estudio antes de la pandemia y vimos que teníamos un 30% de programación con participación femenina en las salas. Ahora estamos ya por encima de ese porcentaje", indica a infoLibre Javier Olmedo, director gerente de La Noche en Vivo, quien asegura que era "impensable hace años" la cantidad de mujeres que a día de hoy participan por ejemplo en los locales de jam sessions.
A su juicio, la presencia femenina se está "normalizando", pero hay que darle un "empujón". Subraya, además, que en Madrid hay muchas programadoras y gestoras de salas: "La gente no se da cuenta de que hay mujeres detrás. Hace diez años no había ninguna llevando salas porque se veía como un mundo nocturno y de hombres. Pero ahora hay una nueva generación de chicas que ha normalizado su presencia en todos los puestos de la cadena, incluyendo los técnicos".
Este año regresa también el festival Ellas Crean con su decimoctava edición, dedicada a Almudena Grandes. Impulsado por los ministerios de Igualdad y Cultura, se desarrolla durante marzo en multitud de espacios madrileños con música, danza, teatro, cine, artes visuales o debates. En su presentación este lunes, la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha reclamado que "las voces, los cuerpos y el arte de las mujeres" ocupen espacios que "no siempre" o "casi nunca" han sido proclives a la presencia femenina" o "directamente han estado cerrados".
Muchas iniciativas que empujan en la misma dirección, en definitiva, para "arreglar esta situación de descompensación, para que en el futuro ni nos acordemos", según Chica Sobresalto. "Yo llevo muchísimos años en la música y me doy cuenta de que todavía nos queda mucho por trabajar en la visibilidad de las mujeres", añade Amparo Sánchez, quien pone en valor el poder educativo de estas propuestas: "Son fundamentales este tipo de iniciativas de cultura, de arte, de empatía y de emociones para combatir la violencia de género".
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Desde el Ribera Sound, Mario Cornago remarca que, aunque el festival es en julio, van a hacer acciones relacionadas con el 8M aprovechando que tienen una comunidad muy activa en redes sociales, con el objetivo de ser "proactivos en la lucha por la visibilización de la cultura, la igualdad y el talento". Y agrega: "Nos encantaría que nos copiaran. La idea es que a largo plazo no haya que hacer algo así, sino que salga solo. Tampoco se trataría de estar buscando matemáticamente el 50% de igualdad, lo bueno es que haya naturalidad y una proporción equilibrada".
Igual opina Amparo Sánchez cuando afirma que "ojalá no tuviéramos que hacer este tipo de reivindicaciones". "Pero es nuestro deber para nosotras mismas, para todas las que vienen detrás y en las que nos vamos a convertir. Yo voy a aportar mi grano de arena en lo que pueda y creo que este 8M va a ser emocionante. Vamos a volver a estar en la calle y nuestro festival se enmarca dentro de esa celebración en Granada", subraya.
Carrillo recuerda, por último, que MIM está en el Observatorio de Igualdad del Ministerio de Cultura junto a otras asociaciones. Un espacio común con dos ministerios para "dar voz a la desigualdad y así solucionarla". "Que Igualdad apoye iniciativas feministas es lo suyo en todos los ámbitos, pero Cultura debería tomarlo como una labor de comprobar que se cumple efectivamente la Ley de Igualdad", plantea, para luego rematar: "Todas estas iniciativas son buenas, la notoriedad es buena y la lucha es imprescindible".
Temporalidad, brecha salarial y techo de cristal son algunas de las realidades a las que tienen que hacer frente diariamente las mujeres que trabajan en la industria musical. Una situación anómala que se da detrás del escenario y que se traslada a su vez a los carteles de los festivales, donde la igualdad es un anhelo y la paridad una quimera.