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Galicia reivindica su lengua y tradición en AI Song Contest, la Eurovisión de la inteligencia artificial

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Todavía estamos tratando de imaginar cuales son las posibilidades de la inteligencia artificial (IA), de calibrar la incidencia que puede llegar a tener en nuestras vidas. Hay que fantasear de más para alcanzar sus máximas potencialidades pues, de lo contrario, terminaremos quedándonos cortos y, como ajuste de fuerzas, bien podríamos sufrir una verdadera tiranía de las máquinas.  

Hay que soñar a lo grande, como suele decirse. Como hizo hace cosa de un año la ONG canadiense que creó un álbum con canciones inéditas de Kurt Cobain, Jimi Hendrix, Amy Winehouse y Jim Morrison. Solo que no habían sido compuestas en vida por estos talentos ya perdidos, sino con la siguiente dinámica: primero hicieron que la IA escuchara de manera aislada ritmos, melodías y letras de canciones de los músicos. Luego, el algoritmo creó sus propias versiones en base a lo que había aprendido. Un ingeniero de sonido lo juntó todo y le dio la forma definitiva.

Esa misma senda transita ahora un equipo multidisciplinar de seis artistas, ingenieros, investigadores y músicos gallegos, que participa en nombre de Galicia en el AI Song Contest, el Eurovisión de las canciones escritas con inteligencia artificial, cuya final tendrá lugar el próximo 6 de julio en Lieja (Bélgica). 

Este grupo de trabajo, por cierto, ha llegado a la conclusión de que la disponibilidad de una herramienta entrenada en IA podría suponer un “seguro cultural” para la música tradicional gallega. Algo precisamente en la línea de lo hecho con los rockeros que hemos mencionado hace un momento, que de alguna manera pueden seguir componiendo después de muertos gracias a Magenta, una herramienta de inteligencia artificial de código abierto creada por Google.

Esa misma herramienta es la que han utilizado desde Galicia para componer la melodía de este tema, titulado, AI-LALELO, partiendo de la copla popular A Costureira, que cuenta con varias versiones. "Las pasamos por la máquina, que reinterpretó esas versiones y compuso una nueva línea melódica a partir de las originales, apunta a infoLibre Joel Cava, responsable creativo de CECUBE Group, la empresa de Santiago de Compostela detrás de esta iniciativa, quien dice sobre el resultado: "Es una canción que aúna lo tradicional con lo moderno, dándole ese toque también electrónico. Un poco siguiendo la estela que ya marcaron Tanxugueiras, un estilo que actualmente está triunfando bastante en el panorama musical gallego", señala Cava.

El proceso para componer la canción duró cuatro meses, comenzando por lograr que el modelo GPT-3 aprendiera a hablar gallego y a componer copla, a partir de una aportación de 400 cantigas del archivo digital Volai-vai. En lo relativo a la letra, la propia máquina generó los primeros versos, con una temática como hilo argumental: la costurera en las distintas estaciones del año. 

Respecto a la música, se grabaron instrumentos y utensilios de labranza que se procesaron por el sistema DDSP, consiguiendo una zanfoña, pandereta, bombo, azada, plato, sartén y lata de manera artificial. Ya en la fase final, se añadieron las voces, un bajo y un arpa de boca al natural, además de realizarse procesamiento de audio con algoritmos. Por último, se elaboró el videoclip de la canción con inteligencia artificial, reinterpretando una selección de escenas típicas gallegas.

"Para componer la música nos encontramos con que no había un corpus en gallego de recursos. Para hacer la letra, investigando encontramos el archivo digital Volai-vai. Partimos de ahí y extraímos 400 canciones que nosotros pasamos por la máquina, haciendo que ésta aprendiera a hablar en gallego y a componer copla", explica Cava.

Y añade: "A partir de una serie de parámetros, en este caso de temática, le dijimos a la máquina que queríamos que hablara sobre una costurera durante las estaciones del año. Ésta hizo una serie de relación de conceptos y creó nuevas estrofas que luego exportó y nosotros pasamos una serie de filtros. La máquina fue capaz de extraer 400 estrofas nuevas a partir de la muestra original. De esas 400 escogimos las que más nos gustaban y a partir de ahí compusimos la letra de la canción".

En estas diferentes fases –letra, armonía, melodía– lo que los creativos hicieron fue, digamos, "darle de comer a la máquina para que pudiera interiorizar todas las muestras originales" y así ser capaz crear en solitario algo inédito a partir de ellas. "Es un coproceso de creación entre el individuo y la máquina", aclara Cava, quien añade que cuando se refieren a máquina se pueden llegar a referir a términos como ordenador, computadora, código, algoritmo, sistemas, modelos o herramientas.

A la luz del resultado, Cava afirma que la inteligencia artificial ha sido una "herramienta complementaria y enriquecedora" del proceso de composición de esta canción, la cual cuenta también con partes "naturales". "Es un proceso de cocreación, también está el individuo reflejado, aún dándole una buena parcela a la inteligencia artificial", señala, para luego agregar: "En este caso hay tres voces naturales y una artificial. Lo que hicimos fue pasar por el ordenador una muestra del timbre fónico original de Mónica Denut. Así la máquina fue capaz de cantar como lo haría ella en base a la armonía creada previamente. En el concurso se premia la inteligencia artificial que se use, pero entienden que el individuo tiene que intervenir también en el proceso, que no es exclusivo de la máquina".

El festival AI Song Contest fue impulsado en 2020 por la radio y televisión pública neerlandesa VPRO, con la supervisión de la Unión Europea de Radiodifusión, el organismo encargado del Festival de Eurovisión. En el caso de superar la semifinal interna de este mismo miércoles, en la que solo se cuenta con el voto del jurado, AI-LALELO competiría en una hipotética final en la que la ciudadanía podrá votar a través de la web www.aisongcontest.com. "Ojalá pasemos y tengamos tanto voto popular como Tanxugueiras", bromea Caval.

En esta fase previa, un centenar de canciones aspiran a pasar a la final, en la que solo participarán quince finalistas. Las composiciones llegan desde países tan dispares como Estados Unidos, China, Corea del Sur, Canadá "y luego Galicia". "Es simpático de ver pero es así y tenemos muchas posibilidades de potenciar lo nuestro y de exponer lo que somos al mundo, que es de lo que trata también este proyecto. Galicia no es España en este concurso, ya que el equipo es cien por cien gallego. Nosotros reivindicamos nuestra tradición, nuestra lengua y nuestra cultura con esta candidatura. Es una canción que emana de Galicia y es un pedazo de Galicia para el mundo. Pero la candidatura, como pasó con Tanxugueiras puede interpelar también al resto de España", reflexiona.

Porque AI Song Contest es un certamen abierto a todos los países del mundo, en el que el año pasado, en su segunda edición, se dio la circunstancia de que participara Cataluña y también España de forma separada. "Es una especie de Eurovisión pero muy tecnológico y digital. Se busca, en definitiva, la mejor canción internacional en inteligencia artificial", subraya.

La gala final se celebrará el 6 de julio en Lieja en una gala presencial en la que no habrá actuaciones musicales, pues eso no tendrá sentido. Lo que sí se hace es poner todos los videoclips y quejar que hablen los candidatos para dar a conocer sus proyectos de inteligencia artificial aplicada a la música.

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AI-LALELO, en última instancia, pretende ser un homenaje a las mujeres que impulsaron Galicia y su tradición, lengua y cultura. El tema mezcla raíz y modernidad, con una base en las cantigas medievales gallegas, pero con un toque futurista gracias al uso de la inteligencia artificial en su composición. Además, la canción busca transmitir la responsabilidad de la ciudadanía para que la identidad y la tradición gallega continúen vivas.

Y concluye Cava: "Teniendo una herramienta en inteligencia artificial podemos darle un seguro cultural de vida a la música tradicional gallega. Durante el franquismo hubo momentos en el que la transmisión oral de la música tradicional estuvo a punto de romperse, pero no lo hizo por todo el movimiento galeguista y de la música tradicional. De cara al futuro, en este mundo que tiende a la homogeneización cultural, con el inglés por encima del resto de lenguas, este tipo de herramientas puede suponer un seguro de vida para nuestra tradición".

El equipo detrás de esta canción lleva el nombre de Ana María Prieto en homenaje a la primera mujer programadora informática gallega. El grupo está formado por profesionales como Juan Alonso, tecnólogo en machine learning y redes neuronales; Sofía Oriana, especializada en composición musical en IA y compositora de Elisa y Marcela (2019) de Isabel Coixet; Xandre Outeiro, productor de bandas sonoras y músico en Projeto Trépia; David Santos, doctor en Telecomunicaciones y músico, arreglista y compositor; Marta Verde, artista digital responsable de los visuales de Tanxugueiras en el Benidorm Fest y profesora asociada en el Berklee College of Music de València; y el propio Joel Cava, responsable creativo de Cecubo Group.

Todavía estamos tratando de imaginar cuales son las posibilidades de la inteligencia artificial (IA), de calibrar la incidencia que puede llegar a tener en nuestras vidas. Hay que fantasear de más para alcanzar sus máximas potencialidades pues, de lo contrario, terminaremos quedándonos cortos y, como ajuste de fuerzas, bien podríamos sufrir una verdadera tiranía de las máquinas.  

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