La industria de la música en vivo española mira al futuro con una mezcla de optimismo y cautela. Cauteloso optimismo. Avanzando pasito a pasito por esa parte del túnel en la que ya uno empieza a ver el suelo por donde pisa, pero desconfía todavía porque sabe cómo es todo el tramo de oscuridad total por el que venía. Allá atrás, además, solo había silencio, pero ahora ya empieza a escucharse la música cada vez más cerca.
"Este año hay datos que nos invitan a cierto optimismo, pero hay que tomarlos con cautela", resume a infoLibre el presidente de la Asociación de Promotores Musicales (APM), Albert Salmerón, quien añade: "Hay ganas y mucha actividad. En realidad se ha empezado a reactivar sobre todo desde marzo o abril, con lo cual es todavía pronto para hacer una proyección de futuro".
Pero miremos un instante al retrovisor antes de pisar algo más el acelerador: la industria de la música en vivo facturó 157,6 millones de euros en venta de entradas en 2021. Esto es solo un 13,7% más que en 2020, el año del cerrojazo pandémico absoluto, que se cerró con 138,5 millones de euros. La cifra más baja desde 2004, según los datos del Anuario de la Música en Vivo 2022, editado por la APM, que engloba a las más grandes promotoras del país.
A pesar de la tímida recuperación, los datos del sector en 2021 quedan todavía muy lejos de la recaudación registrada antes de la pandemia del covid-19. Porque entonces se superaron los 300 millones de recaudación, concretamente 333,9 millones de euros en 2018 y 382,5 millones de récord total en 2019. Tomando como referencia la última década, los datos del 2021 igualan la facturación del año 2013, cuando se registraron 158,1 millones de euros. Tal es el retroceso.
Así lo admite Salmerón, quien califica los datos de 2021 de "desastrosos", si bien señala que a la luz de estos números constatan una "recuperación" desde el verano de 2021, cuando se ampliaron aforos y con la llegada del buen tiempo se recuperó cierta actividad de conciertos y festivales al aire libre. "El dato más positivo es que diciembre de 2021 (con casi 30 millones de euros de facturación) fue el segundo mejor diciembre del que tenemos datos después del de 2019, que fue un año récord", subraya.
Y aún profundiza para poner todas estas cifras en su debido contexto: "Cuando llegó la pandemia veníamos de un año histórico, y desde enero hasta mediados de marzo la facturación fue también récord en 2020. Por eso, siendo muy desastrosos, eso maquilló mucho los datos del 2020 . Porque si no, hubieran sido aún peores con esa bajada que tuvimos del sesenta y pico por ciento, que se hubiera ido prácticamente al 90% sin ese arranque. Lo de diciembre de 2021 es un dato que invita a cierto optimismo, pero los datos de un mes son datos parciales que pueden venir determinados por x factores, así que siempre hay que hacer lecturas mucho más extensas".
El sector busca el reequilibrio en un 2022 de oferta disparada, con conciertos y festivales que se vienen aplazando desde 2020 y que por fin se están celebrando ya. Junto a estos, otros anunciados en 2021 y aún más que se siguen confirmando ahora. Un año anómalo, en definitiva, en el que el objetivo principal es reubicarlo todo al alza, como apunta a infoLibre la directora de Planet Events, Chen Castaño: "Este es el año, sí, pero me parece que 2023 va a ser muchísimo más fructífero para todos para que todo vuelva a su equilibrio natural".
"El público está respondiendo y yo siempre soy optimista", tercia el presidente de Live Nation España, Robert Grima, al tiempo que destaca que la venta de entradas de sus conciertos "está funcionando muy bien". "La gente lo está cogiendo con muchas ganas. Y los artistas internacionales están pudiendo girar este verano, por suerte, cosa que hace seis meses no teníamos nada claro por todas las restricciones", apostilla a infoLibre.
Para el año que viene llamas al Palau Sant Jordi o al WiZink Center y es muy difícil conseguir reservas porque todo el mundo quiere girar
Coincide Grima, con multitud de giras de todos los tamaños en marcha al frente de Live Nation, en hablar de 2022 como "año de transición" con tendencia alcista, algo que en un entorno de normalidad continuará en 2023 y más allá: "La música en vivo va a seguir creciendo y esas son las previsiones que nosotros tenemos para los próximos años. Nuestra previsión para los próximos cuatro o cinco años es de crecimiento. Para el año que viene llamas al Palau Sant Jordi o al WiZink Center y es muy difícil conseguir reservas porque todo el mundo quiere girar. Por la necesidad de conectar con el público y de vivir de su trabajo también".
"2022 tiene muy buena pinta, pero falta que se concrete. Somos cautos, pero la venta va bien y ya hemos agotado los abonos de tres días", apunta a infoLibre Sebastián Vera, director artístico del Mallorca Live Festival, que del 24 al 26 de junio congregará a artistas tan diversos como Muse, Christina Aguilera o C. Tangana. Y continúa: "2022 está siendo un año de explosión de conciertos y actividades culturales, probablemente por todo lo que se venía atrasando de años anteriores. Todos nos preguntamos si habrá público para tanto concierto. Pues no lo sabemos, pero sí parece que la gente está queriendo disfrutar".
Esa impredecible respuesta del público es la que mantiene "expectante" también a Chen Castaño, quien reconoce que este es un año de "muchísima oferta" acumulada. "Nos hemos vuelto todos un poco locos, hay que medir muy bien los pasos", asegura, poniendo el foco, además, en la crisis socioeconómica actual que mantiene tan elevados los precios. "No es un año de hacer grandísimas giras, las que estamos haciendo nosotros prácticamente las venimos arrastrando desde 2020, así que estamos esperanzados pero con cautela", agrega la directora de Planet Events, que cuenta con la gira de Marc Anthony como plato fuerte de la temporada.
"Marc Anthony viene de 2020, lo pospusimos a 2021 y, si todo va bien, lo haremos por fin este 2022. Esta es nuestra gran apuesta para este año y no era el momento de hacer otras. De hecho, a los artistas con los que trabajamos habitualmente no es que les haya dicho este no es el año, pero sí les he recomendado que no tuvieran prisa", explica.
Grima, por su parte, incide en las ganas del público por volver a los conciertos como siempre fueron. Y cuenta su propia experiencia personal reciente: "He tenido la suerte de ir a los conciertos de arranque de gira de Fito & Fitipaldis. En el primero, en A Coruña en marzo, todavía había restricciones y no podías tomar ni agua ni cerveza, pero volvía la magia a pesar de las mascarillas. Y según se van quitando las restricciones es otra alegría y otras vibraciones. Eso es la música. Hay unas ganas brutales. Yo apuesto por volver a lo que era antes, al roce y compartir el sudor, piel con piel es lo que tiene que ser. Quiero que volvamos a la antigua normalidad, no a una nueva, sencillamente porque es como creo que se viven los conciertos en vivo".
La reactivación la sienten también desde el Mallorca Live Festival, que en plena pandemia tuvo el arrojo de crear otros festivales en formato ciclo que ahora mantiene, Mallorca Live Summer, Mallorca Live Nights, e incluso crea nuevas citas como Mallorca Mel Fest. "Todos los factores que se están dando a nivel turístico y de hostelería son muy buenas", remarca esperanzado Sebastián Vera: "Desde luego, en Mallorca creo que estamos al noventa y tantos por cien de ocupación, y toda la información que nos llega es de vuelta a la normalidad y gente con muchas ganas de salir, disfrutar y viajar. Y ahí estamos nosotros con este Mallorca Live que se ha convertido en uno de los festivales más grandes de España y tendiendo ya a un nombre internacional", señala.
Las dinámicas de venta de entradas son ahora más lentas de lo que eran históricamente
Retoma la palabra en este punto Albert Salmerón quien, desde su experiencia como presidente de la APM y como CEO de Producciones Animadas, resume: "Este es el año de una cierta recuperación, y 2023 debería ser un año en el que volviéramos a la normalidad, con mayor impulso además". Eso sí, poniendo los pies en el momento presente, avisa de que "las dinámicas de venta de entradas son ahora más lentas de lo que eran históricamente", algo debido a la precaución generalizada en la que todos nos hemos instalado.
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"Obviamente, hay conciertos que como siempre funcionan muy bien y se agotan en muy poco tiempo, pero luego hay una gran parte de conciertos en los que hay que picar piedra para venderlos también", remarca Salmerón, mientras Grima añade: "Nosotros vamos con mucho cuidado con los artistas que llamamos de mitad de la tabla, pero espero que sí que haya público, que la inflación baje y que sigamos disfrutando del ocio y los conciertos a tope".
Aprovecha Chen Castaño para recordar que los promotores como ella también son público y aman los conciertos, por lo que tienen muchísimas ganas de que todo se normalice. "Todos estamos necesitando eso porque significa no ya solo la normalización de la música en vivo, sino de nuestra propia vida y esencia. Disfrutar de un concierto genera una serie de beneficios evidentes en el ser humano. Yo necesito bailar, disfrutar de la música, abrazarme con mis amigos. Es una experiencia que el ser humano necesita y se libera muchísima tensión", afirma.
Las mismas ganas tiene Sebastián Vera. Pero haciendo gala de la cautela generalizada, lanza una última reflexión: "Cuando se recuperó todo hubo una explosión muy grande, pero ahora veo a la gente más calmada. Probablemente está haciendo efecto el cambio que se ha producido en los 7.000 millones de personas que estamos en el mundo. Todavía hay un sector de gente que tiene un poquito de miedo a volver. No sé exactamente qué va a pasar, pero sí creo que vamos a volver un lugar anterior y unas antiguas cifras. Tendremos que trabajar para ello".
La industria de la música en vivo española mira al futuro con una mezcla de optimismo y cautela. Cauteloso optimismo. Avanzando pasito a pasito por esa parte del túnel en la que ya uno empieza a ver el suelo por donde pisa, pero desconfía todavía porque sabe cómo es todo el tramo de oscuridad total por el que venía. Allá atrás, además, solo había silencio, pero ahora ya empieza a escucharse la música cada vez más cerca.