Un vocal de Sumar se jacta de lograr la presidencia de Perelló, alineada con los conservadores del CGPJ

Conservadores y progresistas. Son las dos sensibilidades en las que tradicionalmente se ha enmarcado a los miembros del Consejo General del Poder Judicial. El primer adjetivo engloba a los vocales a propuesta del PP, mientras que el segundo agrupa nombres más heterogéneos, la mayoría formulados por el PSOE, pero también por Izquierda Unida o los nacionalistas de la antigua Convergència i Unió o del PNV. En el Consejo renovado el pasado junio, el grupo progresista lo conforman ocho consejeros propuestos por el PSOE y dos aportados por Sumar. Uno de estos últimos, Carlos Hugo Preciado, escenificó tras el último Pleno del miércoles un supuesto conflicto con sus compañeros a propuesta socialista generando en el resto de los vocales procedentes de la izquierda judicial un gran malestar por introducir un discurso partidista. Preciado se jactó, además, de ser "decisivo" en el nombramiento de la presidenta del órgano, Isabel Perelló, que, pese a ser miembro de la progresista Juezas y Jueces para la Democracia, se ha alineado con la derecha.
En esa última reunión, Preciado unió su voto al de Perelló y los 10 vocales a propuesta del PP para sacar adelante tres nombramientos, en contra del resto de sus compañeros progresistas. En un Consejo cuya composición refleja un empate a 10 entre vocales de derechas y de izquierdas y con una presidenta que se muestra más cercana a los vocales propuestos por el PP, la votación de Preciado fue la gota que colmó el vaso para el resto del sector progresista que considera que con su "falta de lealtad" favorece a los conservadores (que siempre votan de manera unitaria). Fuentes de estos últimos han confirmado que, en los últimos meses, ha habido un acercamiento con el consejero a propuesta de Sumar.
Los periodistas han preguntado este lunes al ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, si su formación teme que un vocal propuesto por ellos pueda desequilibrar el Consejo —único órgano gubernativo del Poder Judicial con una importante presencia de la izquierda— hacia la derecha. “Nosotros no teledirigimos las votaciones de nuestros vocales; evidentemente están nombrados para ejercer su función de forma independiente”, ha respondido Urtasun. “Por lo que nos consta, globalmente se está trabajando en el marco de una mayoría progresista”, ha añadido. Después ha quitado hierro a las votaciones de Preciado con la derecha en el último Pleno del Consejo al asegurar que se trataba de “unos nombramientos de tipo técnico”.
Sin embargo, el malestar de todo el grupo progresista con Preciado viene de lejos. En unas declaraciones realizadas el pasado jueves, Preciado denigró el trabajo de sus compañeros propuestos por el PSOE al calificarlos de “negociadores” y dibujarlos como víctimas de “presiones externas”, sin decir de qué procedencia, pero apuntando al partido que los impulsó. Esos “negociadores promovidos por el PSOE”, según Preciado, “se fijaron unos objetivos que pasaban por la presidencia del Tribunal Supremo y las dos Salas”, en referencia a la de lo Penal, que juzga a los políticos y demás aforados, y la de lo Contencioso-Administrativo, que puede anular las decisiones y normas aprobadas por el Consejo de Ministros y consideradas clave por su trascendencia. Pero sus compañeros de grupo solo han obtenido lo que denominó “magros resultados”.
Según la visión de Preciado, el desempeño de los vocales propuestos por la formación fundada por Yolanda Díaz, ha sido, sin embargo, mucho más productivo. “La presidencia del Tribunal Supremo”, que ocupa Perelló, “se logró gracias a la decisiva intervención de los dos [vocales] progresistas propuestos por Sumar, con quienes la presidenta ha trabajado codo con codo durante este tiempo”, sostuvo refiriéndose a él mismo y a la fiscal Inés Herreros. Varias fuentes progresistas aseguran que extender el supuesto conflicto entre vocales de izquierdas a Herreros es “falso” y que la otra consejera propuesta por Sumar, a diferencia de Preciado, siempre se ha comportado “con plena lealtad” hacia sus compañeros de grupo.
El mensaje del vocal nombrado gracias a la cuota de Sumar en el Ejecutivo es confuso porque viene a transmitir que los consejeros designados por la parte más izquierdista de la actual coalición de Gobierno han sido fundamentales en el nombramiento de Perelló, una presidenta que, desde su llegada al cargo, ha permanecido alineada con la derecha judicial. Preciado, junto al vocal a propuesta del PP José Ramón Montero, fue, efectivamente, crucial en la designación. Pero fue el sector conservador, que le dio sus diez votos, quien la aupó al puesto, mientras que cuatro de los progresistas dieron su voto a su candidata inicial, la magistrada de la Sala de lo Penal del Supremo Ana Ferrer.
Desde entonces, en sus escasísimas apariciones, la presidenta del Consejo y el Supremo se ha mostrado contraria a cada una de las iniciativas del Gobierno y no ha dudado en reaccionar a las críticas de Pedro Sánchez a las actuaciones de algunos jueces, como cuando dijo que el PP jugaba con las "cartas marcadas" en los tribunales. La presidenta ha defendido, como hace desde hace décadas el PP, que sean los jueces los que elijan a 12 de los miembros del CGPJ en la próxima reforma de su sistema de renovación, entregándoselo así de manera permanente a la derecha judicial. También es favorable a dar la presidencia de las dos salas clave —la de lo Penal y lo Contencioso— a los candidatos aupados por el sector conservador.