Todas las entradas agotadas un 25 de diciembre: nadie sabe hasta dónde subirá la fiebre de los conciertos

Hace algo así como una década, que un artista razonablemente consagrado actuara varias noches seguidas consecutivas en una misma sala grande de conciertos era un auténtico hito. Algo excepcional a lo que el público no estaba acostumbrado, como pareciera que ahora sí lo está a que ese mismo artista repita diversas veladas en un pabellón del tamaño enorme del WiZink Center de Madrid, con aforo máximo para 17.000 asistentes.

Ya no se ve como extraordinario que ese artista doble o triplique fechas para tocar ante muchísima más gente. Tomemos como ejemplo a Leiva, quien daba en abril de 2014 cuatro conciertos seguidos en La Riviera –con aforo de unos 2.500 espectadores– y este año se prepara para despedir 2023 con tres grandes recitales en el WiZink Center los días 19, 25 y 26 de diciembre. Podría tratarse solo de un caso de aumento constante y prolongado de popularidad, que también, pero como no es algo único se puede ya hablar de normalización de lo fuera de lo normal.

El caso de Leiva tiene un punto de paradigmático porque entre esas tres fechas que tiene por delante, y que reunirán a más de 45.000 fans en total, está el mismísimo día de Navidad. Algo totalmente inédito por ser un día de celebración absolutamente familiar y que "nunca había pasado" en la historia del gran pabellón capitalino. "El primer concierto de Leiva lo metemos el 19, en el día libre entre los dos de Joaquín Sabina, que actúa el 18 y el 20. Se agota en nada, sacamos una segunda fecha el 26 que también se agota y de repente vemos que está libre el 25 de diciembre, que nunca se había hecho. Pero tiramos y se agotó en el momento. Es histórico", explica a infoLibre la directora del WiZink Center, Paz Aparicio.

"Pero es que también es histórico tener toda la agenda llena de conciertos agotados", apostilla, mencionando de carrerilla nombres como Aitana o Melendi, quienes también tienen tres fechas cada uno antes final de año con todas las entradas vendidas. Vetusta Morla, Hombres G o El Barrio tienen dos cada uno y los dos de Sabina se suman al otro par de recitales que ya dio en mayo para sumar así un total de cuatro (los mismos que ha hecho Romeo Santos): "De aquí a final de año solamente hay un martes libre, pero el tema no es ya que haya eventos, sino que se están agotando en cualquier día que metas. Es de locos, pero muy buena noticia y nos consta que no es solo en nuestro recinto".

Esto es un fenómeno espectacular que no estamos todavía entendiendo. Que yo sepa, no nos han subido los sueldos, tenemos la inflación que tenemos y las entradas no están precisamente baratas porque, ¿qué es lo que está barato?

Antaño, tocar una vez en el Palacio de los Deportes de Madrid -hoy WiZink Center- era algo al alcance solo de unos pocos. Ahora, pareciera que si solo tocas un día es como que la cosa se queda corta. "Esto es un fenómeno espectacular que no estamos todavía entendiendo", tercia la directora general del Palacio Vistalegre de Madrid, Daniela Bosé, quien se pregunta en conversación con infoLibre dónde está la explicación: "Que yo sepa, no nos han subido los sueldos, tenemos la inflación que tenemos y las entradas no están precisamente baratas porque, ¿qué es lo que está barato?"

Para Alfonso Santiago, director de la promotora vasca Last Tour, el "principal motivo" de este incremento de demanda de conciertos es la popularización de la música a través de los dispositivos digitales. "Ahora se tiene un gran acceso a la música y desde joven, eso ha elevado notablemente las audiencias. Esa popularización de la música y el formato festival como una experiencia de ocio popular han hecho que la música sea el principal contexto de disfrute y diversión de los jóvenes o quienes se sienten jóvenes", indica a infoLibre. Y aún prosigue: "Ahora muchas bandas nacionales son capaces de llenar recintos como WiZink, es imposible conseguir fechas en salas porque están llenas de programación, hay más festivales que nunca, más bandas nacionales con éxito internacional... la música está en un buen momento".

"Hay una diferencia en la forma en que la gente consume los conciertos después de la pandemia", apunta el director de comunicación de Sonde3 Producciones, David Moya, remarcando a infoLibre que todos los artistas que lleva su oficina "han crecido exponencialmente, cada cual según su nivel". Y trata de encontrar en el cambio generacional del público que asiste a conciertos y consume todo tipo de géneros con la facilidad que otorga el streaming algún tipo de argumentación: "Antes al que le gustaba el rock le gustaba el rock, o lo que fuera, pero las nuevas generaciones no tienen esos prejuicios, y lo mismo pueden estar en un concierto de Arde Bogotá sintiéndose lo más indie del mundo y al día siguiente pegando saltos con La Pegatina que tiene unos orígenes un poco más viñarrockeros. El público quiere ir a todo y se nota en las ventas".

El caso de La Pegatina que menciona Moya a infoLibre sirve también para establecer cierta comparativa entre Madrid y Barcelona, pues el grupo dio recientemente un concierto por su veinte aniversario en el WiZink Center con todo vendido -en su caso 8.000 entradas, la tercera configuración posible de aforo después de las de 3.500 y 5.500 personas y antes del de 10.000 y luego ya el completo- y este primer fin de semana de noviembre hace doblete por el mismo motivo en el Sant Jordi Club de Barcelona a razón de 5.000 asistentes por velada. "Un poquito más que en Madrid, si bien ellos son de allí y eso también se nota", añade.

El WiZink Center, que va a batir este año su récord de conciertos llegando hasta 124 (87 en formatos grandes y 37 en pequeños), fue en 2022 el quinto recinto con más actividad del mundo tan solo precedido por el Madison Square Garden de Nueva York, el KIA Forum de Los Ángeles, el Arena de Monterrey y el OVO Hydro de Glasgow (esto le convierte también en el segundo recinto europeo, justo delante del O2 de Londres). A pesar de este logro, que sitúa a Madrid entre las grandes capitales mundiales de la música en vivo, la rivalidad bien entendida con Barcelona sigue estando vigente y se acaba de constatar con los dos conciertos de Madonna en el Palau Sant Jordi como únicas citas con sus seguidores españoles. Algo que también había ocurrido anteriormente durante este 2023 con artistas que han llenado el Estadi Olímpic sin pisar otras de nuestras ciudades como Coldplay (cuatro conciertos consecutivos a razón de 55.000 asistentes por noche, otro éxito sin precedentes), Bruce Springsteen (dos, aunque en su caso sí visitará Madrid en 2024) o Beyoncé (uno).

"Madrid es claramente el epicentro", zanja Santiago, bien conocedor de la situación, pues Last Tour organiza no ya festivales como el Bilbao BBK Live, el Azkena Rock de Vitoria o el Cala Mijas de Málaga, sino también conciertos de todos los tamaños en recintos de todo el país, tanto de artistas de nicho no demasiado conocido. Es el caso de la última visita en julio de Arctic Monkeys al WiZink Center o, en 2022, la de los Rolling Stones al estadio Cívitas Metropolitano (en unión con otras dos grandes promotoras como Live Nation y Doctor Music): "El posicionamiento de Madrid es único y muy por encima de cualquier ciudad del Estado. Es la mayor ciudad de España, la mejor situada, que goza de grandes recintos y es donde están los medios de comunicación y la industria. Lo que es bueno para Madrid es bueno para el desarrollo del resto de las ciudades. En proporción, todas se ven beneficiadas".

Datos de la música en vivo en alza

Según los datos del Anuario SGAE de las artes escénicas, musicales y audiovisuales 2023 (que analiza cifras y datos de 2022), el año pasado se celebraron 97.948 conciertos en España, lo que implica una subida del 51,4% respecto a 2021 y un 7,5% respecto al 2019 prepandémico que se sigue tomando en la industria como referencia comparativa. Madrid es la comunidad que aglutina más conciertos, 24.910, un 25,4% del total, por delante de Andalucía con 21.968 conciertos, un 22,4% (Sevilla, por ejemplo, acogió en 2022 uno de los únicos dos grandes conciertos en nuestro país –en Barcelona el otro– de Red Hot Chili Peppers –que sí llegaron a Madrid en 2023–, que metieron a 72.000 fans en el estadio de La Cartuja a la orilla del Guadalquivir).

Por su parte, los asistentes que acudieron a conciertos de música popular en 2022 en España fueron 19,08 millones (24,9 millones sumando los macrofestivales). Esta cifra implica un crecimiento del 80,1% en comparación al año anterior, solo es un 11,9% menor que en 2019 y se espera que sea mucho mayor cuando se recuenten las cantidades de este 2023 aún por acabar. En el caso de la asistencia, es Andalucía la que lideró en 2022, con el 19% del total estatal, 3.626.944 espectadores (los dos recitales de Manuel Carrasco que congregaron a 140.000 personas en Sevilla en junio de 2023 se verán reflejados en el próximo anuario y son igualmente numéricamente históricos). A continuación, Madrid, con un 18,5% y 3.533.722 asistentes, y en tercer lugar, a muy poca distancia, Cataluña, que concentra a 3.514.050 espectadores, el 18,4%.

Además, los ingresos obtenidos por las ventas de entradas a conciertos (sin contar los macrofestivales) fueron de 228,33 millones de euros en 2022. En este apartado, Madrid, con 47,51 millones, y Cataluña, con 47,24 millones, fueron las comunidades españolas con mayor recaudación, concentrando el 20,8% y el 20,7% del total, respectivamente. La recaudación mencionada sube hasta los 449,62 millones de euros añadiendo la obtenida por la venta de entradas de macrofestivales, casi triplicando la cifra del año anterior. De hecho, con este resultado se ha superado el dato de 2019 en un 10,3%. En Cataluña se concentra el 19,2% de dichos ingresos, 86.518.569 euros. La sigue Madrid, con 75.105.584 euros, el 16,7%. A continuación, Comunidad Valenciana, con 62.410.141 euros, el 13,9%, y Andalucía, con 62.204.384 euros, el 13,8%.

Los medios solo se centran en cubrir las cosas que pasan en Madrid y Barcelona. Pero si te pones a mirar otras ciudades, como pueden ser A Coruña o Sevilla, ves que la oferta cultural de grandes eventos es también muy amplia

Cifras mareantes que ponen de manifiesto la buena salud de la industria de la música en vivo, muy por encima de otras disciplinas culturales, y que aún refrendando el liderazgo de Madrid, constatan que hay otras latitudes igualmente boyantes. Y es que para Moya, hay una "realidad un poco distorsionada que no es del todo cierta" que se debe en parte a que los medios de comunicación "solo se centran en cubrir las cosas que pasan en Madrid y Barcelona". "Pero si te pones a mirar otras ciudades, como pueden ser A Coruña o Sevilla, ves que la oferta cultural de grandes eventos es también muy amplia", remarca el director de comunicación de Sonde3, promotora que cuenta con cuatro grandes festivales y que organiza conciertos de sus artistas por toda la geografía española.

"El SanSan Festival de Benicàssim es el único de los nuestros con el que ya hemos salido a la venta y en dos horas habíamos vendido lo mismo que en cuatro meses la pasada edición", subraya Moya a modo de ejemplo, mientras Aparicio asegura por su parte que "fuera de Madrid no hace tanto calorcito, aunque la cosa no va mal", al tiempo que plantea que Barcelona siempre ha estado muy bien posicionada por ser la entrada a Europa, en un eje que incluye también recurrentemente aunque no siempre a Madrid y Lisboa. "Pero eso es cuestión de la ruta y la realidad de Madrid es que se están vendiendo los tickets. Se venden los tickets un lunes, un martes, un miércoles, en fiesta, en puente, es que da igual. Se están vendiendo los tickets mejor que nunca, al menos en nuestra experiencia", indica la directora del pabellón madrileño, mientras Santiago, aún coincidiendo en que la música en vivo está en un "buen momento", avisa de que en realidad, mirando a todo el país, "no todos los conciertos están llenos". "Crece más rápida la oferta que la demanda, no es fácil llenar los conciertos con toda la competencia que hay", advierte el director de Last Tour.

Más festivales, más público y más quejas que nunca: ¿morirán de éxito y nos llevarán a todos por delante?

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"Yo estoy notando que cada vez vienen más a Madrid desde otras comunidades autónomas. Ese miedo o esa pereza a desplazarse no existe. Desde del punto de vista del promotor y del mío es que no nos lo creemos. Si nos lo creyéramos ya saldríamos con aforos grandes, pero no es así, los vamos ampliando", prosigue Bosé incidiendo en esta idea y poniendo como ejemplo la realidad que acontece en el Palacio Vistalegre, conocido como el Templo del K-Pop y que cuenta con un aforo máximo de 14.000 personas: "No es por ser precavidos, es porque realmente piensas que ese artistas va a meter 5.000 asistentes, pero vende ese aforo y te dicen 'vamos a hacer el siguiente salto hasta 8.000' y ahí vamos todos aterrorizados. Pero en pocas semanas vamos a 10.000 porque esa es la dinámica que está teniendo la venta".

Muy buenas perspectivas para 2024

Anticipa Bosé, en esta línea, que "2024 va muy bien y tiene una pinta estupenda", al tiempo que se cuestiona "si esto es sostenible" porque hay "conciertos los lunes, los martes, los miércoles, varios los viernes y los sábados, cualquier día de la semana". "Y se llenan", continúa, confesando que es una "alegría" para ellos: "No sabría dar una explicación. No sé si mi interpretación es la correcta, pero pienso que buena parte del público que va a los conciertos no ve un futuro económico, no siente que el esfuerzo de ahorrar les vaya a llevar a tener un piso en propiedad, de manera que no encuentra una justificación al ahorro. Nosotros ahorrábamos porque teníamos la posibilidad de tener un trabajo más digno, en un momento en el que el espacio para un ocio que era más reducido, porque yo no salía entre semana. Y no lo digo como crítica, sino como una reflexión sociológica".

Para el WiZink Center, en cualquier caso, "2024 tiene una pintaza increíble" y, de hecho, ya están trabajando en 2025. Un "bendito problema", en palabras de Aparicio, que ve cómo se va llenando ya el calendario de conciertos que próximamente se irán anunciando. Y coincide con el Palacio Vistalegre en la misma dinámica de ampliación sistemática no ya de fechas, sino también de aforos: "Todos los conciertos que empiezan en formatos pequeños al final abren a más aforo. Este va a ser el año que menos formatos pequeños tengamos en el WiZink, pues todos los que han empezado en un Ring (5.500 asistentes) han subido. Este año batimos el récord de eventos, de conciertos y de formatos grandes. Y ya veníamos de un año brutal que fue 2019. Te da ansiedad todo a lo que no puedes ir, como me pasó a mí el lunes 4 de septiembre, que no pude ir a Elvis Costello porque teníamos a Björk aquí. Genera un poco de ansiedad porque hay muchísima oferta y no nos podemos dividir". Una ansiedad que va a continuar para los aficionados a la música en directo pues, tal y como apunta Alfonso Santiago para terminar, "las previsiones que circulan auguran un crecimiento sostenido en el tiempo".

Hace algo así como una década, que un artista razonablemente consagrado actuara varias noches seguidas consecutivas en una misma sala grande de conciertos era un auténtico hito. Algo excepcional a lo que el público no estaba acostumbrado, como pareciera que ahora sí lo está a que ese mismo artista repita diversas veladas en un pabellón del tamaño enorme del WiZink Center de Madrid, con aforo máximo para 17.000 asistentes.

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