Zahara: "Les importa una mierda la falta de chicas en los festis, pero el 8M hablan de sus 'amigas de la música'"

Después de plantarse ella solita frente a todo el patriarcado en su aclamado y polémico anterior disco, Puta, Zahara regresa ahora cuatro años después dispuesta a llegar a un estado mental de paz consigo misma y con este mundo loco que de tan rápido que gira nos mantiene mareados a tiempo completo. 24/7 consumiendo, produciendo, monetizando y nunca disfrutando con pleno conocimiento del momento que acaba de pasar. Un lugar que no existe, pero al que aspirar, en el que manda lo bello, lo amable, lo afectuoso. Una vía para escapar de la ira y odio.
"Llama la atención un contenedor ardiendo, no una persona que trata bien a su vecino, eso es mucho más silencioso", asegura a infoLibre María Zahara Gordillo Campos (Úbeda, Jaén, 1983). Con ella charlamos para que nos explique qué es esto de Lento ternura aparte de, efectivamente, el curioso juego de palabras que da título a su nuevo álbum y a ese refugio vital en el que sentirse a salvo. Y de otros muchos asuntos, claro, pues es un torrente de ideas convertidas en palabras que ni ella misma puede contener a duras penas.
¿Qué es Lento ternura?
La verdad es que no tengo una definición corta (risas), tengo que contarlo todo. Al principio, Lento ternura era un espacio que creía conquistado después de todo lo que he vivido con Puta, un lugar de sabiduría en el que creo que hay que hacer las cosas de otra manera, hablar de la belleza, del amor, lo amable, y prestar atención a las personas que amo. Pero a medida que voy haciendo canciones el concepto se me va revelando y me dice: 'Claro, tú te crees que has alcanzado ese Lento ternura, pero mira lo cabreada que estás con la vida'. Lo que acabo concluyendo es que es un estado aspiracional, que no he alcanzado, eso ya te lo digo, pero que voy incorporando en mi día a día y que no está precisamente en los lugares más bellos y apacibles. Porque precisamente estar en calma con una misma en los lugares incómodos tiene más que ver con el Lento ternura que con estar viendo una puesta de sol y sentirte a gusto.
En el momento que el capitalismo entra en el arte hay que monetizarlo todo, y esa es una trampa bestial
Ya que es un estado aspiracional al que nos cuesta tanto llegar, ¿a lo mejor con que pudiéramos alcanzarlo un par de veces al día, ya estaría? ¿Ya sería algo? Esa lucha es una reivindicación en sí misma. A lo mejor, en el momento que estamos, igual no se trata solo de ser pancarteros y salir a la calle a gritar, sino de reivindicarlo desde cada uno con este tipo de actitudes, tratar a los demás mejor.
Claro. Es que creo que eso es un acto político bastante potente, aunque no llama la atención. ¿Qué llama la atención? Quemar un contenedor, porque sales en las noticias. Si tú hablas bien, con amabilidad, a alguien que te está tratando hostilmente, no es noticia en ningún sitio. Esa persona a lo mejor se descoloca y no entiende lo que está sucediendo, igual se lleva hasta un aprendizaje. Yo creo que si nos tratáramos con ternura, no solo en la intimidad, sino mostrando esa ternura, el cambio calaría de una manera mucho más profunda e invisible, pero paulatina en la sociedad. No avergonzarnos de nuestra ternura y de nuestro cariño sería una fuente de inspiración bastante potente.
¿Quizás más ahora en este loco mundo lleno de odio, con Trump y Musk, la ultraderecha en auge por todas partes y el neoliberalismo desbocado?
A veces parece naif este discurso, y yo lo entiendo, porque claro, la violencia llama a la violencia. Nos están destrozando y pasando por encima de los derechos humanos, de los derechos conquistados, de las mujeres, de las personas LGTBIQ+, de las personas racializadas, los migrantes... es que este es un sistema clasista, racista, machista, tiene todos los 'ista' negativos, es horroroso. Claro que hay un lado que tiene que ser combatiente y firme, que tiene que llamar la atención, pero si solo es violento entramos en esa espiral que es muy difícil parar. Sé que soy muy utópica con esto, pero creo que si solo alimentos la distopía del fin del mundo, va a llegar al final, porque va a ganar el sistema, que va a decir 'mira no puedes hacer nada, mejor que sigas consumiendo, produciendo, que hables mal a tus semejantes, que odies a todo el mundo, que vayas en coche a todas partes, que compres en sitios donde no sabes qué manos han trabajado para fabricarlo y no importa'. Como no puedes hacer nada contra eso te rindes, pero no quiero es eliminar esa otra posibilidad simplemente porque la otra se me esté cayendo encima y asfixiando, porque si no es que de verdad el relato pesimista se convierte en el relato realista. Y creo que somos muchas más personas las que queremos amar, cuidar, ser cuidadas, preocuparnos por los demás e intentar intervenir en este mundo de una manera más amable y tierna que las que lo quieren destruir. Pero no llama la atención. Llama la atención un contenedor ardiendo, no una persona que trata bien a su vecino. Eso es mucho más silencioso.
El éxito para mí ahora mismo, si lo consigo, es irme con tranquilidad a la cama
Es este disco también un arma contra todo eso. Y no sé si una consecuencia o una reacción a tu anterior disco, Puta, que menuda se montó. Aunque bueno, eso tú lo sabes mejor que nadie porque estabas en el centro de todo. ¿Este nuevo álbum es una evolución, consecuencia o respuesta?
Son todas esas cosas, aunque para mí Lento ternura es más una consecuencia, porque Puta me dejó devastada. Has dicho algo que me ha encantado, que es que lo sé mejor que nadie porque estaba en el centro de todo. Pues mira, hasta cierto punto solo, porque llegó un momento en el que me pasó por encima mi propia historia. Ya no solo por las cosas más llamativas que sucedieron, sino que mi propia historia estaba tan en boca de todo el mundo y de las personas que me rodeaban, que hasta yo me sentía completamente disociada cuando hablaba.
¿Cuándo te diste cuenta de eso?
De eso me he dado cuenta haciendo este disco, en el momento lo estaba viviendo pero no era capaz de ser consciente. Es lo normal, porque en el proceso traumático es muy difícil salirnos de nosotras y saber qué es lo que nos está sucediendo. Y, como siempre, he necesitado una canción para darme cuenta, porque hasta que no compongo La violencia, fundamental en este disco, no me entero de lo que he vivido. Sobre todo porque empiezo a escribirlo y veo que estoy hablando de violencia y no quiero hablar de ello. Pero entonces entiendo que soy también eso y que no puedo haber hecho un disco como Puta, en el que digo que esa es mi realidad, y ahora querer esconderla. La verdad es que me encanta esa canción, porque es obviamente la más hija de puta (risas), y la que más me libera.
¿También necesitabas producir el álbum tú sola? Y profundizar en la electrónica como lo haces, e incluso meter algún ritmo de reguetón. Probar a tu bola y tomarte tu tiempo es Lento ternura también.
Totalmente. Para mí lo más importante ha sido tomarme el tiempo y permitirme ser mi productora. Producir con Martí (Perarnau, su pareja, también músico) es muy fácil porque solo tienes que tener una idea y él la ejecuta (risas). Cuando me pongo yo sola tengo la idea, pero no me sale en tres segundos, ni en tres días, ni en tres semanas. Tardo muchísimo al principio. Pero ahí es cuando siento el verdadero Lento ternura, cuando me digo 'esto no se trata de demostrarte nada, porque no tienes por qué saber hacerlo y siempre puedes pedir ayuda'. No me juzgo y voy con mucha tranquilidad, tardo meses en las primeras canciones, mientras estoy de gira. Voy haciendo poco a poco y una canción como Formentera tardo casi dos años en terminarla desde que empiezo a hacerla, sin dejar de dar conciertos y hacer otras cosas. Pero una vez consigo descifrarme empiezo a trabajar a canción por día, y eso me ha pasado con la mitad del disco, que la hago a un ritmo vertiginoso porque ya lo domino. Aprovecho por eso a decirle, sobre a todas las mujeres, que se atrevan a hacerlo aunque no les salga a la primera, porque es una cuestión de aprendizaje y siguen siendo talentosas. Luego puede gustar más o menos, eso no depende de mí, pero este proceso es lo más grande que me llevo de este disco.
A tenor de todo lo que estamos hablando, me pregunto si has encontrado alguna respuesta a una canción como ¿Era esto la vida? Parece muy de crisis existencial de la mediana edad, que aparece cuando pasas los cuarenta.
Es una pregunta generacional, no lo vamos a negar, porque es el momento en el que, si todo va bien, has llegado al medio. Has vivido y ahora te quedan, a lo mejor, de plenitud, lo mismo pero a una velocidad diez veces más rápida. Con suerte (risas). Hay un momento en esta edad que igual dices que ya no puedes aprender nada, pero yo he aprendido a conducir nada más cumplir los 40, y he aprendido a producir. Guay, todavía hay cosas que puedo aprende a hacer. Al mismo tiempo sé que hay otras que ya no voy a aprender, como por ejemplo ya no voy a hacer skate, porque me da miedo romperme algo (risas). También está guay aceptar eso. Pero es verdad que llegas aquí y tienes los pies en un sitio donde dices 'vale, puedo mirar al pasado, puedo mirar al futuro, empiezo a entender ciertas cosas de cómo va este juego'. Aunque solo sea para decir que no lo tengo muy claro.
Hay una canción que sí destaca por ser bastante enfadada: Demasiadas canciones. Haces en ella una radiografía de la industria musical y de la sociedad en general, con ese exceso de creación y de oferta constante. Me vienen a la cabeza dos palabras que detesto: consumir y monetizar. ¿Cuándo pasamos de escuchar a consumir música? ¿Y siempre hay que estar monetizando todo lo que hacemos sin parar?
Tal cual, tal cual, completamente de acuerdo. Me entristece que hayamos pasado de escuchar a consumir música. Aparte, es que no hay manera ya de cambiarlo. En el momento en que entra el capitalismo en el arte hay que monetizarlo todo y forma parte de nuestra vida, con lo que se genera una trampa bestial. Porque yo como artista quiero crear por un impulso vital. Yo siento la pulsión creativa dentro de mí, que es lo más grande que tengo, por lo que no la voy a aniquilar nunca y voy a crear siempre que pueda. Pero claro, la pregunta es: ¿tienes que monetizar absolutamente todo lo que hagas? ¿Tiene que monetizar todo el mundo cada idea que se le ocurre? ¿Realmente hemos perdido un poco el valor de lo que hacemos, la necesidad real, y estamos sucumbiendo a una precariedad, a que como quiero vivir de mi trabajo necesito producir para que me consuman y eso me genere el dinero para poder estar aquí y entonces así no poder parar? Yo no puedo parar ya. Tengo una empresa que se construye en torno a todo lo que tiene que ver con mi creatividad, por lo que necesito monetizarla para mí, para pagar mi oficina, mi gira, la gente que trabaja conmigo... y ya no te digo tener vida. Es una necesidad, y como yo estamos todos. El problema es que todo el mundo está produciendo pero, ¿cuántas personas están de verdad al otro lado recibiendo y disfrutándolo? Hemos cambiado escuchar por consumir y hemos olvidado el disfrute.
Muchas veces escuchamos por escuchar, con la atención puesta en cualquier otra cosa. Y lo mismo ocurre con las series, las películas... incluso los libros.
¿Por qué es más importante estar en la conversación sobre la última película que ha salido que sobre el momento de estar viendo la película en sí? Piensa en cuánta gente tiene miedo de ver The Brutalist en el cine porque va a estar tres horas y media que van a capitalizar su vida y sin mirar el móvil. La gente prefiere ver las series al doble de velocidad para que le dé tiempo a verlas enteras. Yo he tenido que hacer un ejercicio activo de desvincularme de mis dispositivos para poder volver a leer concentrada, y ahora tengo un ritmo de un libro cada semana y media. Pero porque hago un esfuerzo, y tengo que poner el móvil en otra habitación, directamente. Cuesta mucho, pero estoy bastante orgullosa.
Hemos cambiado escuchar música por consumirla y hemos olvidado el disfrute
Y eso por no hablar de la velocidad a la que nos pasa todo por delante y pasamos a lo siguiente. ¿Ya nada cala?
Yo tengo claro que mi disco acaba de salir y va a morir en dos días porque vienen otra cantidad de lanzamientos que lo van a aplastar y va a quedar sepultado. Tengo un fandom fantástico que sé que me seguirá escuchando y vendrá a verme a los conciertos, pero he perdido la capacidad de desarrollar mi música más allá del momento previo y la semana del lanzamiento. En discos anteriores saqué singles y videoclips cuatro meses después de publicarlos porque era parte del desarrollo, pero ahora un disco está más que enterrado y a nadie le importa, porque ya están pensando en el siguiente. ¿En qué momento esto se ha convertido en una carrera? Me parece tristísimo. ¿Pero cómo pretendes que la gente escuche las canciones como tú has imaginado que tienen que ser escuchadas? ¿Qué tipo de imperialismo emocional estamos practicando?
Cantas también lo siguiente: "Demasiadas canciones, demasiados farsantes. Demasiadas pocas mujeres tocando en festivales. Demasiado poco dinero aunque sean headliners". En infoLibre llevamos un tiempo poniendo el foco en la música hecha por mujeres, en los mal llamados 'grupos de chicas', y la queja es unánime. Hay más proyectos con mujeres que nunca, pero no se les hace hueco, aunque llenan grandes salas y también pabellones. Todas os han mencionado a Eva Amaral y a ti, de hecho, como de las muy pocas que estáis bien arriba en los festivales. ¿Cómo sientes esta situación?
Bueno, es que ese es el melón. Yo me siento afortunadísima de ser una de esas mujeres que están en muchos festivales este verano. Gracias. Está también Rigoberta Bandini, si el festival es un poco más urbano está Lola Índigo... Hay mujeres haciendo numerazos. Amaia el otro día llenando el WiZink. Aitana llena estadios. Lo que más me alucina en este momento es que tenemos una escena de mujeres haciendo música que no existía hace nada, por lo menos en mi generación, y no se ve reflejado en los festivales, aunque es una realidad que no se puede invisibilizar. Cuando a mí me llaman mi pregunta es: ¿Tengo que ser yo, encima, la única mujer a la que están llamando, la que no vaya?
Yo tengo una empresa que se nutre única y exclusivamente de mí misma, por lo que no me puedo permitir el lujo de no tocar, lo siento
Hay gente que sí cree que ese boicot es el camino.
Ya, pero volvemos a lo mismo, yo tengo una empresa que se nutre única y exclusivamente de mí misma, por lo que no me puedo permitir el lujo de no tocar, lo siento. Yo he hablado con algunas manager que llevan a mujeres y me dicen que piden el cartel y si no hay equis mujeres no van. A mí eso me da pánico. Me da pánico a día de hoy decir que no, porque no me puedo permitir decir que no pensando que ya me llamarán de otro. Y alguien dirá 'bueno, pero Zahara es grande'. No, Zahara no es grande, es mediana. Amaral es enorme comparada conmigo. Yo al final soy llamativa, dejémoslo ahí. Hay mujeres que llenan más que yo, como Ginebras, que han hecho un WiZink, y yo no lo he hecho. Porque no he querido, es verdad, porque me da una pereza extrema, pero me refiero a que hay muchas mujeres que están vendiendo tickets, así que no me vale la excusa de no contratarlas porque no llevan público a los festivales. Yo es que tengo que tocar, lo reconozco, tengo miedo de no ir. ¿Por qué tengo que dejar de ir yo cuando la responsabilidad de estar ahí recae sobre otras personas que son las que están tomando las decisiones en una cadena que están detrás de la elección de ese cartel? Que me vengan con que las demás no venden entradas, cuando muchos de esos carteles cierran la venta sin anunciar el cartel...
Mi disco acaba de salir y va a morir en dos días, porque vienen cantidad de lanzamientos que lo van a aplastar
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Hay muchos festivales y ciclos que ponen el foco y notas que hay un cambio, porque hay obviamente gente que lo está haciendo bien. Pero en la inmensa mayoría de festivales es llamativa las pocas mujeres que hay, y es llamativo el poco señalamiento de esto por parte de mis compañeros. ¿Soy yo, la única mujer que está tocando en el festival, la que debería dejar de ir, o deberían ser los hombres los que renuncien a su privilegio de estar en absolutamente todos los festivales hegemónicamente desde siempre los que digan que si no hay paridad no van? Es que me parece súper injusto que encima que no hay mujeres en los festivales tenga yo que dejar de ir. Que dejen de ir ellos si de verdad lo señalan y les preocupa, porque es que encima no se dan cuenta. Yo a muchos compañeros de la escena les digo que no hay mujeres en los festivales y me responden '¿Ah sí? No me había fijado'. Si no se han fijado es porque les importa una mierda. Y si no les importa una mierda, ¿qué implicación feminista estamos teniendo cuando luego el 8M bien que hablan de sus 'amigas de la música'? Mis amigas de la música tus cojones. Hay mujeres haciendo cosas buenísimas en todos los géneros. No hay excusas, tío, que no me vengan con excusas, que quemo contenedores.
Seguiremos vigilantes, es un tema en el que seguir profundizando. Ya comentaros. Pero antes de terminar, una más: ¿Qué es para Zahara el éxito en 2025? ¿Estar en todos esos festivales? ¿Que todo el mundo hable de ti como con Puta? ¿Ir a tu ritmo por la vida buscando tu Lento ternura?
El éxito para mí tiene más que ver con esas otras cosas de las que venimos hablando. Lo de Puta fue un éxito bestial, un hito personal e histórico, me siento tremendamente orgullosa. Pero el éxito para mí ahora mismo, si lo consigo, es irme con tranquilidad a la cama. Irte a la cama feliz diciendo 'he tratado bien a la gente, he hecho lo que me apetecía, he trabajado como quería, he cobrado (risas), mi hijo está bien'. A mí los éxitos se me han convertido ya más en sensaciones vitales. Hay un sueño egocéntrico de artista que quiere que su disco le guste a todo el mundo, pero el éxito es sentirse bien con una misma.