El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida ha echado a andar este miércoles con el estreno de La décima musa, como recoge la agencia Europa Press, un espectáculo musical donde la voz de Paloma San Basilio representa a la de todas las mujeres que protagonizan los textos clásicos y la mitología griega para reclamar un mundo más igualitario.
No se puede decir que sea una revista, ni un musical, ni tampoco es teatro. Es una "apuesta distinta", como ha reconocido su protagonista nada más bajarse del escenario. La obra escrita por Guillem-Jordi Graells y puesta en escena por Josep Maria Mestres ofrece un compendio de pasajes conocidos de los textos clásicos —especialmente por el público habitual del certamen emeritense— con solo tres actores-cantantes sobre el escenario.
Ya sea en solitario, a dúo o en trío, junto a Paloma San Basilio cantan y actúan David Ordinas e Ignasi Vidal. Los tres asumirán sucesivamente los papeles de personajes habituales en la escena del Teatro Romano como Helena de Troya y Menelao, Pigmalión y Galatea, Júpiter y Europa, Creonte y Antígona...
Paloma San Basilio, la décima musa, se resiste a aceptar el papel secundario que en muchas ocasiones otorgan los textos clásicos a las mujeres, a la sombra de reyes y, sobre todo, de dioses, para reescribir algunos pasajes de las obras de los dramaturgos griegos.
Este es el hilo conductor de una sucesión de escuetos episodios en el que los tres actores ponen el público en situación, para posteriormente desembocar, una y otra vez, hasta en una quincena de ocasiones, en actuaciones musicales interpretadas con el acompañamiento en directo de una banda de músicos dirigidos por Juan Esteban Cuacci que toma prestadas las partituras de algunos de los más importantes autores del teatro musical.
Se trata de la primera de las ocho obras programas en este 62ª edición del Festival de Mérida, que ha arrancado en una noche que finalmente no se vio estropeada por la tormenta que ha amenazado durante toda la tarde y la noche de este miércoles, ante unas gradas que han congregado a unos 1.500 espectadores (de un total de 3.000) que ha aplaudido cada una de las actuaciones musicales y que ha despedido a los protagonistas en pie.
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En declaraciones a los medios de comunicación tras la representación, Paloma San Basilio ha mostrado su satisfacción por el resultado que ha tenido sobre el escenario esta "apuesta distinta" de la que el propio autor ha reconocido que hace cuatro meses "no tenía ni nombre ni configuración". La puesta en marcha de esta temporada se vio retrasada sustancialmente por la decisión del Gobierno extremeño de licitar la gestión del festival, que se resolvió en marzo a favor de Pentación, la empresa de Jesús Cimarro que ya lo dirigía desde 2012.
"Me he emocionado porque este es un sitio muy especial para hacer cualquier cosa, y la respuesta de la gente ha sido maravillosa", ha declarado la actriz y cantante, que ha reconocido que se iba a ir a la cama "tan contenta" y que "por fin" va a poder dormir.
La décima música repetirá funciones hasta el próximo domingo, 10 de julio, antes de ser sustituida, el 13 de julio, por Alejandro Magno, de Jean Racine, dirigida por Luis Luque. Esta primera actuación ha contado con la asistencia del ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara y el alcalde de la ciudad, además de los embajadores en España de Paraguay, Francia, Hungría, Perú y Panamá.
El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida ha echado a andar este miércoles con el estreno de La décima musa, como recoge la agencia Europa Press, un espectáculo musical donde la voz de Paloma San Basilio representa a la de todas las mujeres que protagonizan los textos clásicos y la mitología griega para reclamar un mundo más igualitario.