Cine español
Las nominadas a los Goya preparan gestos de protesta contra el machismo ante la inacción de las asociaciones
"Harvey Weinstein invitaba a una copa a las mujeres y después las agredía". El cómico Julián López empezaba fuerte su actuación como presentador de los Premios Feroz, entregados por la prensa cinematográfica, el pasado 22 de enero. "Aquí un productor jamás te invitaría a nada. De hecho, yo tengo una teoría de por qué no han salido todavía nombres. Aquí en España copiamos a los americanos con diez años de retraso, aquí los productores todavía se están comprando el batín". La existencia de abusadores junior era, claro, una broma. Pero hay algo de realidad: aún no se han hecho públicos los Weinstein españoles, y tampoco hay todavía organizaciones como la hollywoodiense Time's Up, o movimientos como #metoo, a los que se puedan sumar las creadoras.
Un claro ejemplo de ello es la gala de los Premios Goya, que se celebra el próximo sábado, 3 de febrero. La Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) no ha hecho pública por ahora ninguna acción de cara a la alfombra roja o la celebración, aunque advierte de que hará un comunicado el viernes, un día antes del acto. Tampoco la Unión de Actores y Actrices, el sindicato de los intérpretes, tiene en marcha ninguna campaña. La Academia de Cine no prepara ninguna acción especial durante la gala, aunque asegure que la reivindicación de los derechos de la mujer "va a tener una presencia importante en el discurso presidencial". A cinco días de la noche más pública y brillante del cine español, las organizaciones parecen sorprendentemente paralizadas.
Así, todo parece quedar a los gestos individuales. Como los que poblaron los discursos de los Feroz, en los que Adelfa Calvo, ganadora de la estatuilla a la mejor actriz de reparto, reclamaba que a las intérpretes no se las "juzgue por los años ni por el peso, ni por el físico", o en los que la cineasta y actriz Leticia Dolera lanzaba un mordaz: "Es difícil ser actriz, qué os voy a contar. Pero si además te da por estar viva y cumplir años… ¿De qué vas, tía?". Sí hubo una discreta acción colectiva en los premios Gaudí del cine catalán, en el que una veintena de nominadas y asistentes exhibieron carteles en los que se leía "#lesdonessomaqui", "las mujeres estamos aquí".
En la cena de los nominados celebrada el pasado 15 de enero, la directora Isabel Coixet, candidata a mejor dirección por La librería, tanteó a sus compañeras sobre una posible acción en la gala de los Goya. La propuesta: acudir en pijama, en una especie de réplica a la acción que llevó a las artistas estadounidenses a vestir de negro en la última gala de los Globos de Oro. La idea no tuvo una gran acogida. Al fin y al cabo, los medios y las marcas escudriñan al detalle el look de las creadoras en la alfombra roja, que se convierte en un escaparate comercial. No obstante, la cineasta catalana (miembro también de CIMA) confirma a este periódico que trata aún de mover alguna acción simbólica: "Estamos en ello".
A estas alturas, cabe descartar un movimiento similar al #whywewearblack, que puso de luto a mujeres (y hombres) de la industria estadounidense, como Jessica Chastain o Natalie Portman. La acción sirvió para que las artistas defendieran su postura en la alfombra roja. "Creo que la gente es consciente ahora del desequilibrio en el poder y que eso ha llevado al abuso en nuestra industria. Queremos arreglar eso y marcar una línea negra entre el entonces y el ahora", declaró Meryl Streep, nominada por su trabajo en Los archivos del Pentágono. Piluka de Echegaray, estilista oficial de la Academia de Cine española, ha declarado a Mujer Hoy: "Nos habría encantado crear un movimiento tan necesario como el que vimos en los Globos de Oro, pero no nos daba tiempo, aunque sí que habrá varias actrices que se sumarán al #whywewearblack en los Goya".
A falta de la declaración de CIMA, las posibles acciones de la gala de los Goya dependerán de decisiones personales y no de un movimiento articulado. Uno de los problemas es el tiempo. La asociación Time's Up hizo pública su campaña para que los nominados vistieran de negro a mediados de diciembre, tres semanas antes de la celebración de los Globos de Oro y más de dos meses antes de la gala de los Oscar. En España, CIMA no se ha decidido a emitir un comunicado en solidaridad "con la denuncia y la lucha contra el acoso sexual de las profesionales de EE.UU." hasta el pasado 18 de enero, más de tres meses después de que The New York Times hiciera público el caso Weinstein. Más veloz fue la Unión de Actores y Actrices, que a finales de octubre se puso "a disposición de las actrices afectadas por situaciones de acoso laboral". Pese a que el sindicato cuenta con una secretaría de Igualdad, dirigida por la combativa Berta Ojeda, no ha llevado a cabo una campaña específica sobre el tema.
Imposible comparar ni a una ni a otra organización con Time's Up, la asociación lanzada el 1 de enero en Estados Unidos para luchar contra el acoso sexual y laboral, que ya reúne a 300 actrices, productoras y directoras y un fondo de 13 millones de euros.
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También la Academia ha tenido tiempo de reaccionar. Los Feroz, por ejemplo, decidieron que todos los premios serían entregados por mujeres, que tendrían unos minutos de directo para lanzar el mensaje que quisieran. No ha sido así en la institución que organiza los Goya. A finales de octubre, y en una ola que llevó a las profesionales del cine a contar sus experiencias de acoso, la presidenta de la institución, Yvonne Blake, hizo público que fue violada por un "famoso" productor estadounidense. "Me alegro de que esto esté en el aire, y también en España", declaró. Hace unos días se confirmaba que la reivindicativa diseñadora de vestuario no podrá asistir a la gala, como consecuencia del ictus que sufrió a principios de febrero.
Sin Blake al mando, el peso de la reivindicación feminista de la gala recae en los presentadores, Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes. En una rueda de prensa celebrada el lunes, los cómicos manchegos (creadores del programa Muchachada Nui) aseguraron que harán un "homenaje a la mujer", que habrá "mucha presencia femenina" y "mucha presencia de estos temas" en los monólogos. Una de cal y una de arena, porque advirtieron de que no serían "especialmente críticos". De nuevo, una decisión individual ante un problema colectivo.