El Premio Planeta se falla en plena resaca política por la sentencia del 'procés'

La 68ª edición del Premio Planeta 2019 se falla en la noche de este martes, coincidiendo, como cada año, con la festividad de Santa Teresa, un guiño del fundador de la editorial, José Manuel Lara Hernández, a su mujer, María Teresa Bosch. A partir de la 23.30, en una gala celebrada en el Museu Nacional d'Art de Catalunya, en Barcelona y con la presencia de más de 1.000 invitados, el jurado pronunciará el nombre del ganador y del finalista, que recibirán 601.000 y150.250 euros respectivamente, en el que es uno de los galardones literarios mejor compensados económicamente del mundo, lo que se combina con un plan de distribución y comunicación abrumador por parte de la editorial. 

Planeta recibió para estaedición del premio, que coincide con el 70º aniversario de la editorial, 564 manuscritos, unos 80 menos que el año anterior, la mayoría de ellos provenientes de España (306), seguida por América Latina (132). El jurado del premio, formado por Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y la editora Belén López –que actúa como voz del sello y secretaria con voto–, decidirá entre una terna de 10 novelas, de las que seis se presentan bajo seudónimo. Seis de ellas entran, además, dentro del género policiaco o del thriller, algo que fue destacado por el comité en la rueda de prensa previa a la entrega, celebrada el lunes. "El Planeta busca lectores, no necesariamente autores. Los que se presentan al premio responden a la moda literaria de ese momento. Hay un gusto por el relato policial porque es lo que la gente está leyendo con fruición", dijo Juan Eslava Galán, como portavoz del jurado. 

La editorial no ha modificado en lo sustancial la organización de la gala, pese a la jornada de protestas vivida el lunes en la capital catalana. La celebración —a la que este periódico viaja invitado por la organización— contará con la presencia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y del ministro de Cultura, José Guirao, pero no tendrá representación del Govern de Catalunya, como ya sucedió el pasado año. El lunes, el presidente del grupo, José Creuheras, se pronunció de manera personal sobre la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes del procés, hecha pública horas antes: "España es un país afortunadamente democrático, es un Estado de derecho. Máximo respeto a las decisiones judiciales". La sede del Grupo Planeta, que comprende la cadena de radio Onda Cero, el conglomerado audiovisual Atresmedia y un conjunto de centros de educación universitaria, además de más de 40 sellos editoriales, está desplazada a Madrid desde el pasado 2017, cuando se unió a la cascada de empresas que modificaron su domicilio social y fiscal como reacción al proceso de independencia. 

A diferencia de años anteriores, en esta ocasión no corren rumores que permitan rellenar las quinielas sobre la identidad del ganador. Aunque tampoco es que estas suelan estar en lo cierto: en 2018, la intervención de un periodista en la rueda de prensa dio a entender que el galardón podía estar destinado a una líder de Ciudadanos, por lo que se comenzó a extender la idea de que Marta Rivera de la Cruz, hoy consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, podría ser la afortunada. No fue así: el premio iba destinado a Santiago Posteguillo. El jurado, en la rueda de prensa del lunes, ni siquiera quiso pronunciarse sobre el género del vencedor o vencedora: "Ya no hace falta esa reivindicación que hubo el año pasado, sino que se ha normalizado", dijo Carmen Posadas. El pasado año, aunque se insistió antes del fallo en que las novelas presentadas eran "de orientación femenina", y aunque sí hubo "esa reivindicación", en palabras de Posadas, también ganó un autor. Solo 16 mujeres se han hecho con el Planeta desde su fundación en 1952. 

La sentencia del 'procés' no altera el rumbo del Premio Planeta

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El lunes, el jurado hizo repasó las 10 novelas finalistas seleccionadas por la editorial, entre las que ellos dilucidan. Seis de ellas entran dentro del género noir: Dios no baja a los infiernos, de Luis Aleixandre Giménez, es una “novela negra ambientada en Valencia”; Cristales rotos, de Melchor Marín (seudónimo) se trata de “una novela policiaca, teñida de índole psicológico”; La rosa de Jericó, de Salomé Becerra (seudónimo), es “una novela que está a medio camino entre el thriller y el relato de terror”, ambientada en Galicia; El principito secuestrado, de Joaquín Guerrero Casasola, es “un relato de espías”; La cunda y la luna, de Pedro Manuel Fraile Pérez, está “a medio camino entre el drama y el relato policial”; y El diario de Shara Clayton, de L’omertá (evidentemente, seudónimo), es “un thriller psicológico, de terror”.

No obstante, Eslava Galán se detuvo especialmente en la novela La familia es una guerra de guerrillas, de Mercedes Gallagher (seudónimo, aunque es también el nombre de una escritora peruana fallecida en 1950): para el escritor, el libro “se lee con una sonrisa y de vez en cuando a carcajadas” y presenta a 10 hermanos que son "10 caracteres muy distintos maravillosamente dibujados".  También mencionó el jurado el manuscrito de 5.749 días, de Ana Sánchez (seudónimo), “una novela de fondo político que refleja la fractura social que ocurre en Colombia a raíz de la guerra de guerrillas”, y El músico del metro, de Viviana Rivero, en la que un joven argentino sigue los pasos de su abuela española durante la Guerra Civil.

El fallo del Premio Planeta podrá seguirse en directo a través de la web del galardón a partir de las 23.30. 

La 68ª edición del Premio Planeta 2019 se falla en la noche de este martes, coincidiendo, como cada año, con la festividad de Santa Teresa, un guiño del fundador de la editorial, José Manuel Lara Hernández, a su mujer, María Teresa Bosch. A partir de la 23.30, en una gala celebrada en el Museu Nacional d'Art de Catalunya, en Barcelona y con la presencia de más de 1.000 invitados, el jurado pronunciará el nombre del ganador y del finalista, que recibirán 601.000 y150.250 euros respectivamente, en el que es uno de los galardones literarios mejor compensados económicamente del mundo, lo que se combina con un plan de distribución y comunicación abrumador por parte de la editorial. 

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