Literatura
Rosalía de Castro, espejo de Luisa Carnés
"¿Qué tiene Galicia? ¿Por qué emigran los hombres gallegos?
Este vaise i aquel vaise, e todos, todos se van;Galicia, sin homes quedasque te poidan traballar.
"
Luisa Carnés (Madrid, 1904-Ciudad de México, 1964) escribe sobre Rosalía de Castro y lo hace a 9.000 kilómetros de su tierra. Exiliada a México tras la Guerra Civil, la escritora republicana se hace las mismas preguntas que lee en los versos de la poeta gallega: la distancia, la espera de los que se quedan, la incertidumbre de los que marchan, el desgarro entre ambos mundos, quizás definitivo. Por eso Rosalía, publicada por primera vez en 1945 por Ediciones Rex y recuperada ahora por Hoja de Lata, es una biografía doble. Está la autora de Follas novas y está, mirándose en ella, la novelista y periodista autodidacta que retrató a las trabajadoras de su tiempo en Tea Rooms y que comienza a abrirse paso, medio siglo después de su muerte, en el canon literario.
Este es el sexto volumen de la autora que ve la luz desde que la editorial asturiana publicó en 2016 Tea Rooms. Mujeres obreras, su novela más exitosa, en la que daba cuenta del día a día de las trabajadoras de una confitería, basándose en su propia experiencia. Luisa Carnés, hija de una familia humilde, obrera sin acceso a la educación, escritora prolífica, periodista comprometida y militante comunista, comenzaba a reivindicarse como una voz desaparecida de la literatura de los años treinta, invisible también entre las Sinsombrero y ajena, por su clase social, a la Generación del 27. En 2017 vieron la luz sus cuentos completos en dos volúmenes (en Renacimiento) y una selección de 13 de ellos (en Hoja de Lata), así como una reedición de sus memorias del exilio, De Barcelona a la Bretaña francesa (también en Renacimiento).
Rosalía, editada originalmente bajo el título Rosalía de Castro. Raíz apasionada de Galicia, llega cuando Carnés lleva ya seis años en México, a donde huye junto a su hijo Ramón. Desde 1943 se dedica de forma ininterrumpida al periodismo —ejerce en El Nacional, La Prensa y Novedades, siendo una de las primeras mujeres en hacerlo en México—, aunque la publicación literaria, exceptuando los cuentos, se le resiste. La idea de la biografía viene de un encargo de la Editorial Rex, creada por el refugiado Domingo Rex, que desarrolla una serie llamada "Vidas españolas e hispanoamericanas" donde, de manera más divulgativa que académica, se dan a conocer figuras de la cultura española. Rosalía de Castro es una anomalía en el grupo de reseñados. No solo es una de las pocas mujeres, junto a Isabel la Católica o Teresa de Ávila, sino que es uno de los escasos personajes cercanos en el tiempo.
"Más allá de la admiración", explica Laura Sandoval, responsable de Hoja de Lata junto a Daniel Álvarez, "había la intención de mostrar hacia afuera una imagen de España que desde dentro no se percibía. Era la España que se merecía el país, no la que le habían impuesto". Un propósito parecido al que le atribuye Carnés a Rosalía, que "tendrá el privilegio de 'descubrir' a España y al mundo la verdadera faz de Galicia". Pero Sandoval advierte: no es una biografía al uso: "Es encantadora, también por imprecisa". Aquí y allá la autora equivoca una fecha o traspapela una publicación. "Diría que es más una recreación utópica que hace ella", apunta la editora. Lo advierte también María Xesús Lama, investigadora de la poeta gallega, en su prólogo a la edición: Carnés, en el exilio, no podía acceder a una buena bibliografía sobre De Castro, y tampoco se conocían en los años cuarenta su compromiso feminista o su vinculación con el Partido Democrático, que en el XIX reclamaba el sufragio universal, la desamortización o la escuela laica.
El regreso de Luisa Carnés
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Carnés debe imaginar lo que no conoce y no tiene miedo a hacerlo (por ello, en parte, los editores han decidido no corregir en el texto los errores cometidos por la novelista). Tampoco tiene miedo a hacerse presente en el texto: todo el volumen está atravesado por cuestiones que debían ocupar también a la biógrafa. La migración —cita los versos: "¡Van a deixa-la patria!.../ Forzoso, mais supremo sacrificio./ A miseria está negra en torno deles,/ ¡ai!, ¡i adiant' está o abismo!"—, pero también su falta de encaje en el mundo literario, la independencia de la mujer dentro del matrimonio y la maternidad, la reivindicación de una cultura popular despreciada por las clases altas... Y un aspecto menos unido a la biografía de Carnés pero presente en el proyecto político que defendió: la seguridad de que "la España republicana solo puede construirse cohesionada con una visión respetuosa e integradora de la realidad plurinacional", en palabras de Lama.
Carnés insiste también aquí y allá en una cierta manera de entender el compromiso del autor. "Rosalía establece en el siglo XIX", escribe Carnés, "un nexo auténtico entre el escritor y su pueblo". "Sólo Rosalía", continúa, "en los tiempos modernos, se acerca a los motivos íntimos del dolor popular". ¿Hablaba la biógrafa de sus propias ideas? En su obra de ficción, había decidido hablar del mundo laboral, asunto considerado como poco literario incluso hoy, del aborto, de la doble explotación de las mujeres. A lo largo de los años treinta, se había acercado progresivamente al PCE y no había dudado en ejercer como reportera durante la Guerra Civil para la revista Frente Rojo. ¿Es la emigración del pueblo gallego una especie de rasgo de carácter, como defendían —y defienden— algunos? Carnés habla de "necesidad" y de "abandono". "Toda revolución quiere la destrucción del pasado para afianzarse", dice de la escritura de Rosalía de Castro.
La publicación de Rosalía es un paso más en la recuperación de una obra que había permanecido lejos de las librerías durante 80 años. El camino emprendido por estudiosos, editores y familiares de Carnés se ha movido entre la academia y el gran público. A la primera pertenecen los estudios de Antonio Plaza e Iliana Olmedo. Al segundo, ediciones como la de Rosalía. De entre todas las obras inéditas o perdidas, a Ramón Puyol, el hijo que fue con ella al exilio y que sobrevivió al accidente de tráfico en el que falleció Carnés, le hacía especial ilusión la publicación de la biografía. Ni siquiera su familia sabía por qué. Ramón Puyol murió hace unas semanas sin tener en sus manos el volumen, aunque sabiendo que pronto llegaría a las librerías. En la cartera de manuscritos que la escritora conservó a lo largo de su vida y que su nieto Juan Ramón Puyol conserva ahora quedan aún algunos tesoros.