Entrevista
Soziedad Alkoholika: “ La ‘Política del miedo’ es inventarse cosas; por ejemplo, supuestos grupos terroristas o amenazas"
Al hablar de “sociedad alcohólica”, muchos pensaran en la degeneración social que representa una juventud etílica proclive a los botellones de fin de semana; otros, de oídas, lo relacionaran con “ese grupo que enaltece el terrorismo”. Soziedad Alkoholika (Juan, Jimmy, Iñigo, Pirulo y Roberto –al que sustituye Alfred Belenguer por lesión–) nació en Vitoria allá por 1988 y, desde entonces, no han parado de dar guerra. En directo o en sus discos -15 por ahora-, la fuerza, energía y agresividad que transmiten los han convertido en una de las bandas de metal más destacadas del panorama estatal. Acaban de romper las tablas de Viña Rock 2013, un escenario familiar para ellos. Habla Juan, su vocalista. Sin tregua.
Otra vez Viña Rock. ¿Rutina de festival o fecha especial?
Siempre es especial y emocionante. Es uno de los festivales que más gente reúne y, al ser uno de los grupos que más veces hemos tocado, te da un poco de respeto. Por no defraudar. Nosotros lo pasamos de puta madre. Como todos los años, tenemos muchas ganas de pasarlo bien y, sobre todo, que la peña también lo disfrute.
El directo es lo vuestro. Vibráis sobre el escenario. ¿Vive, o sobrevive, el rock español apostando por los conciertos en lugar de por los discos vendidos?
Nadie ha sobrevivido de vender discos. Siempre ha sido así. Es muy complicado si no haces conciertos en directo vivir de lo que podrías sacar de los discos. Sí que es cierto que antes, con lo que vendías, cubrías el pagar lo que invertías en grabar el disco, el estudio, la fabricación… Ahora ya ni eso. Es perder, perder y perder sin alcanzar ni para los gastos que te supone grabar un disco.
Nosotros, si no fuera por los “bolos”, estaríamos muy jodidos. Los últimos se venden muy poco, la mitad que hace unos años. Tristemente, el mercado de los cd's se va a ir a la mierda. A ver por dónde sale la cosa con esto de la puta era digital.
Abandonasteis la discográfica RoadRunner para volver a vuestro propio sello Mil a Gritos. ¿Merece la pena renunciar a las grandes compañías y apostar por la libertad que posibilita la autogestión?
Son cosas diferentes. Desde luego, nunca íbamos a fichar con un sello que nos coartaría nuestra libertad. Tenemos muy claro lo que somos y lo que hacemos; y la gente que nos ha ofrecido a veces la oportunidad, eso te lo respeta totalmente.
En nuestro caso, RoadRunner tampoco es que fuera RoadRunner Europa. Era una pequeña delegación que hicieron aquí y sacaron algunas cosillas. No era lo mismo, aunque sí que nos posibilitó editar los discos en países en los que nunca antes lo habíamos hecho (Alemania, etc). Pero tampoco hacían una gran apuesta de menear ese disco. Así que no ha variado demasiado.
En teoría, al ser una compañía grande, ellos tendrían más recursos. Sin embargo, en nuestro caso no se vio. No sabemos todavía lo que significa que te mueva una grande. Fue muy parecido a lo que ya conocíamos. Pusieron nuestros discos a la venta en otros países pero, como tampoco lo apoyaron promocionalmente, tampoco se notó demasiado ni en conciertos ni en nada.
Buscando el desprestigio del propio grupo, se os ha intentado criminalizar en multitud de ocasiones por vuestras letras o ideología. ¿La libertad de expresión se categoriza según quién la ejerce? ¿Cómo son esas “cadenas de odio” (título de su último álbum, publicado en 2011)?
Está claro que cuando gobierna la derecha, el partido Popular concretamente -y en las zonas en las que tienen más poder-, no son muy aficionados a respetar. Básicamente porque su propia ideología es contraria a la convivencia y a permitir que otros piensen diferente a ellos. Siempre parece que aspiran a imponer su ideología a los demás. Odian la diversidad y aplican su rodillo en cuanto tienen suficiente poder para esquivar cualquier tipo de consenso con otros partidos. Son grandes admiradores de los dictadores y de los peores déspotas. Es su modelo de convivencia y lo demuestran cada día.
Ese, y favorecer siempre a los que más tienen recortando no solo en derechos que se habían conseguido por parte de los trabajadores después de decenas de años de lucha, también en libertades, especialmente censurando y vetando a los que no comulgan con su discurso. Va un poco en sus genes el intentar impedir que haya otras vías de expresión, otras voces, que discrepen o que tengan otro enfoque del modelo social actual. Eso lo atacan constantemente; como cuando llegan a la televisión pública y hacen de ella su “cortijo” para coartar la libertad de prensa, en este caso, y barrer para casa.
Si vienes de Euskal Herria o Cataluña esto se agrava. Siempre se intenta demonizar todo lo que viene desde allí. La caza del vasco es su deporte favorito. Por eso hay que luchar constantemente. En cuanto se crecen un poco, van a más.
Fueron a por nosotros, pero luego fueron cayendo otros grupos musicales, movimientos sociales…a toda la gente que pelea un poco, que no se calla, intenta defender sus derechos o buscar la justicia social mediante reivindicaciones, se les intenta criminalizar para deslegitimarlos.
Uno de vuestros temas más reconocidos es “Política del Miedo”. ¿Creéis que su letra es fiel reflejo de la sociedad española de hoy?
La política del miedo consiste en algo en lo que los yankees son especialistas: asustar a la población para que voten determinadas corrientes o acepten determinadas medidas que, en otras condiciones, no harían; como la Guerra de Irak. Inventarse cosas; por ejemplo, supuestos grupos terroristas o amenazas con el objetivo de controlar más fácilmente a los disidentes y recortar tanto la privacidad como la libertad individual. “Porque van a venir a hacernos mucho daño”. De este modo, también tienen un salvoconducto para poder reprimir, invadir y robarle el petróleo u otros recursos a los iraquíes -o al país que ellos quieran- con total impunidad.
Intentar acojonar, básicamente. Va un poco más por ahí que sobre el tema de la corrupción política, que ya es algo endémico del sistema capitalista: corrupto desde la raíz, basado en el amiguismo, en el abuso, en el robo y la explotación a los pobres. El tema “Corruptos”, de nuestro último disco, habla precisamente de eso.
Os define la dureza y la fuerza. “Nuestras letras son duras porque la sociedad en la que vivimos es dura”, dijisteis un día. ¿Es la música, la cultura, la interpretación de lo que rodea a la gente?
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Cada uno le da un sentido diferente. En nuestro caso, lo que cantamos en las letras sí que refleja lo que vivimos. Aquello que nos parece injusto o que no funciona bien es lo que nos motiva a la hora de escribir. El vivir en una sociedad violenta e injusta, en la que se sufre mucho, nos hace sacar una música más agresiva y cañera. Al final es una vía de expresión para desahogarte y no sacar un hacha. Otros simplemente hacen algo estético, más espiritual, fantástico o, yo que sé, lo que le pide el cuerpo a cada uno.
¿Nuevo disco?
Sí, sí. Tenemos muchas ganas y esperamos que no tarde mucho. Todavía estamos presentando Cadenas de Odio en muchas ciudades a las que no hemos llegado a tocar aún. Cuando nos volvamos a recluir, empezaremos a hacer temas nuevos con algunas cosas guardadas por ahí. Queremos que no pase más de un año antes de ir a grabar algo bonito (risas).