Las expectativas eran altas, pero no han defraudado. El vigésimo aniversario del festival Viña Rock (Villarrobledo, Albacete) ha vuelto a superarse a sí mismo y este año ha atraído a más de 200.000 personas, según la organización. En él participaron un total de 120 grupos nacionales e internacionales –divididos entre ocho escenarios– de distintos géneros: desde el hard rock hasta el flamenco, pasando por el reggae o el rap.
Pese a que el festival comenzaba oficialmente el jueves, desde principios de semana las afueras de Villarrobledo se fueron inundando poco a poco de tiendas de campaña congregadas alrededor del recinto.
Así, el miércoles todo estaba preparado para algunos de los tradicionales conciertos previos. Este año los ha habido por partida doble: por un lado, la llamada Fiesta de bienvenida –donde se pudo escuchar a grupos como Mafalda o Mamá Ladilla– y, por otro, los conciertos de celebración del vigésimo aniversario de Viña Rock. Entre ellos destacaba el francés Manu Chao, plato fuerte de la noche, que arrastró a miles de personas hasta el recinto Conciertos para hacerles bailar con su vibrante directo. Además, estuvo acompañado por otros grupos, como La Pegatina o Trashtucada.
Día 1
El jueves, la llegada de público se hizo aún más intensa y era difícil pasear por la localidad manchega sin sentir el ambiente del macroevento, con puestos de comida, duchas y todo tipo de servicios en las casas y cocheras de las calles colindantes al recinto.
Este día tenían cita grupos como Siniestro Total, Def Con Dos, SFDK o Boikot, que ofreció uno de los conciertos más multitudinarios del festival, repasando toda su discografía, que suena a himno en este tipo de festivales.
Los grupos internacionales también tuvieron su espacio este primer día de Viña Rock. Los bosnios Dubioza Kolektiv comenzaron a calentar al público a última hora de la tarde para después pasar el testigo a la clásica banda de punk californiano Lagwagon. El cierre corrió a cargo de The Qemists, que consiguieron que el público se mantuviera activo hasta las cinco de la madrugada –tras cerca de 12 horas de conciertos– con su arrollador espectáculo.
Día 2
The Toasters hizo bailar a los asistentes desde primera hora de la tarde, pese a que la elevada temperatura lo dificultaba. Más tarde llegaría el turno de Hamlet. Los madrileños dieron uno de los conciertos con el público más entregado de todo el festival gracias, en gran parte, a un setlist cargado de sus grandes éxitos, especialmente los de sus primeros discos. Tras ellos, Rosendo fue el encargado de seguir haciendo mover la cabeza a las decenas de miles de personas que se congregaban en el escenario principal para ver a uno de los padres del rock español.
La medianoche del viernes comenzó por todo lo alto, con Gatillazo y The Original Wailers. Liderados por el que fuera guitarrista de Bob Marley, Al Anderson, fue otro de los directos con mayor afluencia, en el que se hizo un repaso a toda la carrera del mítico cantante de reggae. Los clásicos de Marley fueron recibidos calurosamente por el público, que no dejó de aplaudir los continuos solos de guitarra de Anderson.
Su testigo lo recogieron Sôber y Los Chikos del Maíz. Los primeros se encuentran inmersos en una gira por sus 20 años de carrera, motivo más que suficiente para hacer que el público se entregara con sus clásicos durante algo más de una hora. Por otro lado, Los Chikos del Maíz desbordaron el escenario en el que estaba previsto su concierto, donde tocaron buena parte de su último álbum de estudio. Sus letras y actitud combativas y provocadoras fueron coreadas por los asistentes, que estuvieron al máximo durante todo el concierto. La noche continuó con Reincidentes, uno de los grupos que más repite en este cartel, y finalizó con los raperos Dope D.O.D.
Día 3
El sábado guardaba en la recámara algunos de los grupos más esperados. Así, la tarde empezó con Habeas Corpus, Juantxo Skalari y El Último Ke Zierre. Tras ellos llegó una de las coincidencias en los horarios que más partió al público: La Excepción, Kiko Veneno y O'funk'illo. No obstante, la afluencia entre los tres conciertos estuvo bastante equilibrada.
La noche la abrió quien fue cantante de Barricada, Enrique Villareal El Drogas, que repartió su concierto entre temas de sus últimos trabajos y clásicos de su exgrupo. En el mismo escenario tocó poco después otro grupo mítico del rock español: Los Suaves. Aunque los de Yosi no tuvieron su mejor noche, el hecho de que estén ya en su gira despedida estimuló al público para que no parara de moverse con los gallegos.
Uno de los platos fuertes del día fueron los raperos norteamericanos Onyx. No cabía un alfiler entre el público, que botó durante los 70 minutos de concierto alocado que ofrecieron.
Nadie se quería perder ni un minuto del último día del vigésimo aniversario de Viña Rock. El siguiente concierto, uno de los más jaleados y esperados por los asistentes –sobre todo los más jóvenes– fue el de La Raíz. Los valencianos siguen cosechando un público cada vez mayor, que no tiene nada que envidiar al de algunos grupos consagrados. Durante su concierto, los asistentes corearon sus temas más conocidos, como Jilgueros, El lado de los rebeldes o A la sombra de la sierra.
Después llegó el turno de Narco, que mantuvo las ganas de juerga hasta altas horas de la noche. El cierre del festival corrió a cargo de Los Chichos, que estuvieron arropados por un caluroso público. Tras ellos, el exbatería de Ramones, Marky Ramone, repasó los clásicos de la banda con su grupo.
Viña Grow, la feria cannábica del festival
Por segundo año consecutivo, Viña Rock contó con una feria cannábica. Tras el éxito de esta iniciativa, llamada Viña Grow, en la pasada edición, la organización decidió ampliar este espacio y abrir el recinto varias horas antes de los conciertos.
Ver más“Viña Rock, ¡viva la madre que os parió!”
En él se podían encontrar numerosos expositores relacionados con el mundo del cannabis, además de una zona chill-out y monólogos de humorchill-out. También se organizaron distintas conferencias y debates sobre la legalización de la marihuana y la guerra contra las drogas.
El balance del festival ha vuelto a ser positivo, tanto para el Ayuntamiento de Villarrobledo como para la empresa organizadora. Así, aseguraron el domingo que esta edición de Viña Rock ha tenido un impacto económico que oscila entre los 16 y los 18 millones de euros.
Por otro lado, calculan que el festival ha llevado hasta la localidad albaceteña a cerca de 200.000 personas, dato que, a su juicio, refleja que Viña Rock “se ha consolidado definitivamente como el mejor festival que se celebra en España”.
Las expectativas eran altas, pero no han defraudado. El vigésimo aniversario del festival Viña Rock (Villarrobledo, Albacete) ha vuelto a superarse a sí mismo y este año ha atraído a más de 200.000 personas, según la organización. En él participaron un total de 120 grupos nacionales e internacionales –divididos entre ocho escenarios– de distintos géneros: desde el hard rock hasta el flamenco, pasando por el reggae o el rap.