Helena Maleno: "La política migratoria de Europa consiste en dejar morir a la gente en el mar"
Más de 700 personas en sólo 24 horas. Canarias ha vuelto a ser noticia esta Navidad porque hasta diez embarcaciones han llegado en las últimas horas a sus costas. A bordo viajaban hombres, mujeres y menores que llevaban, en muchos casos, hasta cuatro días de travesía. Salieron de Nuadibú (Mauritania) y llegaron hasta las costas de Tenerife, de El Hierro o de Gran Canaria. Y lo hicieron atravesando una ruta que este 2024 ha ganado el título (otra vez) de la más letal de todo el planeta. Porque las distancias son grandes, porque en ella se emplean embarcaciones neumáticas "muy peligrosas", porque el océano es complicado y, sobre todo, porque la política en la zona consiste en "dejar morir en el mar" a quienes intentan cruzarlo.
La denuncia llega de boca de quien lleva años viéndolo. Es Helena Maleno, coordinadora de la ONG Caminando Fronteras, que este jueves ha publicado su informe Monitoreo Derecho a la Vida 2024 (disponible en este enlace). El título parece una paradoja. La conclusión a la que llega la organización en las casi 30 páginas de documento es muy clara. Y tajante. Hay vidas que son "desechables" y así lo muestran las cifras. En estos doce meses 10.457 personas han muerto intentando llegar a las costas de nuestro país. Son una media de 30 personas al día, un 58% más que hace un año. Y otro tanto más que hace dos. Y no porque los mares sean cada vez más peligrosos. Al menos, no sólo por eso.
"En los últimos años hemos visto un crecimiento sostenido y esto se debe, sobre todo, a las políticas de dejación de responsabilidades respecto al derecho a la vida", denuncia Maleno. En concreto, detrás de hasta el 69% de las tragedias que ha documentado hay omisiones de socorro. "O bien por demoras en la activación de los medios de búsqueda y de rescate o bien directamente porque no se acude" a las llamadas de emergencia, cuenta Maleno. "Son tragedias evitables en muchísimos casos", señala. No se puede tardar diez horas en acudir a una embarcación que se está hundiendo. Ni se puede pretender que llegue por sí sola a Marruecos, dice. "Queremos que los medios que se pondrían en marcha si se hunde un yate o un barco con europeos a bordo se usen también cuando quienes corren peligro son personas negras o empobrecidas", remata.
Hay un ejemplo muy gráfico que refleja lo que dice. El 26 de octubre la organización recibió una alerta de una embarcación con 150 personas a bordo que había salido de Senegal cinco días antes. Pedían "auxilio de forma desesperada" y, ante la situación, informaron a quienes tenían la responsabilidad de rescatarles. Las autoridades españolas consiguieron localizarlo y situar su posición en una zona entre su responsabilidad, la de Marruecos y la de Mauritania. Pasaron dos días mientras se decidía quién debía actuar. Y el 28 acabo haciéndolo Mauritania. El día 31, cinco días después, el cayuco terminó llegando a sus costas por la deriva de las corrientes. No porque alguien actuara. Sólo 122 personas estaban vivas entonces. A bordo había dos cadáveres y otros 26 se quedaron por el camino.
Externalización de fronteras
Pero ya no es sólo eso la pura y directa "dejación de funciones" que critica Maleno. Tras esto hay políticas concretas y planificadas que están influyendo, y mucho, en este incremento imaparable de las víctimas de las rutas migratorias hacia España. Habla la experta, sobre todo, de externalización de fronteras.
Es algo cada vez más frecuente, aunque tiene grados. La construcción por parte de Italia de un centro de retención de migrantes en Albania es un ejemplo, muy directo, de esta práctica. Pero dar millones a Marruecos, Senegal o Mauritania como hace España también. Externalizar fronteras es, en síntesis, conseguir que un país tercero se interponga entre el de origen y el de destino. Y es algo ya asentado en toda Europa. Y de lo que España "es pionera", aunque se esfuerce por desmarcarse de estas prácticas. "Ha habido acuerdos con Marruecos por los cuales se les ha pagado para tener material militar. Y las vallas de Ceuta y Melilla también son otro ejemplo. El objetivo siempre ha sido que sea Marruecos quien actúe", detalla Maleno.
En este sentido, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, deslizó el pasado mes de octubre que quizás una opción para acabar con el problema de los menores migrantes que llegan solos a las islas sea que la ONU acoja —en Marruecos, eso sí— a estos niños y niñas en centros específicos. Es decir, replicar el modelo Meloni. "No se trata de repatriar (desde Canarias a Marruecos), porque la tutela la mantendría el Gobierno de Canarias, pero sí de intentar a través de esos organismos internacionales que el menor pueda ser atendido en su lugar de origen, es decir, en Marruecos", dijo.
Canarias y la relevancia del discurso
Fue después de un verano en el que el debate político giró en torno a este asunto. El Ejecutivo canario dijo no tener medios físicos ni humanos para poder atender correctamente a los más de 5.000 niños y niñas que habían llegado solos a sus costas y pidió una ayuda al resto de autonomías que las gobernadas por las derechas negaban. Se planteó entonces hacer de la reubicación un mecanismo obligatorio, pero jamás se llegó a un acuerdo. Y pasó el verano y dejó de hablarse de ello. Al menos con la misma intensidad. Pero la "violencia" del discurso ya quedó ahí, lamenta Maleno. "En muchos casos la infancia ni siquiera ha sido reconocida. Sólo hay que ir a la puerta de los centros de adultos en Canarias para ver a un montón de críos en la calle que han sido identificados como mayores de edad y que han quedado por ello sin el derecho a la protección que deberían tener", denuncia.
10.457 migrantes murieron este año en su intento de llegar a España, 30 al día
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Y todo es porque son "estigmatizados y criminalizados". Por la extrema derecha sobre todo, pero con el silencio de la izquierda también, lamenta. "En estos últimos dos años no sólo se calla, sino que también otorga. Ha habido un cambio de paradigma por el que estas muertes ya no molestan, simplemente se asumen. Eso es lo más preocupante, que ya se ha comprado directamente el marco ultra", lamenta.
Más allá de la ruta canaria, el informe de Caminando Fronteras también recuerda que la ruta argelina hacia Baleares también está considerada como una de las "más peligrosas" debido a su longitud y la dificultad del trayecto. Por meses, abril fue el que registró más muertes, con 1.284, por delante de mayo (1.103) y de febrero (1.093).
Los 10.457 fallecidos que la ONG ha contabilizado pertenecían a 28 nacionalidades diferentes: Argelia, Bangladesh, Burundi, Burkina Faso, Camerún, Costa de Marfil, Egipto, Etiopía, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Irak, Islas Comores, Mali, Marruecos, Mauritania, Nigeria, Pakistán, República del Congo, Somalia, Senegal, Sierra Leona, Siria, Sudán, Túnez y Yemen.