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Vicente Pérez Herrero lleva el 15-M a Cannes con ‘Crustáceos’

Vicente Pérez Herrero, documentalista.

Jon Apaolaza / NOTICINE

El realizador español Vicente Pérez Herrero (Malamuerte, Cien maneras de acabar con el amor) se pasó dos años grabando con su cámara las manifestaciones del movimiento 15-M en Madrid, así como otras protestas contra los recortes y la crisis en su país, y decidió contar historias personales, ficticias, uniéndolas al material documental. El resultado se llama Crustáceos, un film con que estos días se pasea por el mercado del Festival de Cannes, en busca de compradores y sin saber cuándo y cómo se podrá ver en su propio país.

"Es una historia bastante curiosa –explica en conversación con NOTICINE.com– en tanto que mezcla esa tensión en la calle con la que llevan en la sangre los propios personajes. Es como la imagen de que todo el mundo tiene un gran acceso a las redes sociales, pero en el fondo somos como cangrejos de capa dura que guardan su identidad como personas. Eso también se ha visto muy afectado por la crisis y los movimientos que ha habido en el sur de Europa. Durante dos años estuve grabando todas las manifestaciones que ha habido en España e incorporando a los actores como personajes dentro de esas manifestaciones, y luego creando historias entrelazadas, en las que la ansiedad que se produce en la calle, el miedo, la vergüenza, también se producen en las relaciones personales de esos personajes".

En realidad, motivado por la toma de la Puerta del Sol hace dos años por miles de jóvenes apoyados luego por personas de todas las edades, en protesta por la crisis y las medidas de recortes antisociales y el subsiguiente desempleo, Pérez Herrero decidió sacar su cámara a la calle y grabar todo lo que pudo. Luego, pensó en convertir todo ello en una película, con actores, en la que es posiblemente la primera película no sólo documental sobre las protestas en España.

"Nació –detalla– a través de las primeras manifestaciones del 15-M, que fueron muy famosas. Después pensé en la gente después de esas manifestaciones para reinvindicar sus derechos, ¿qué pasaba con ellos?... Qué ocurre cuando vuelven a casa, se enfrentan a sus familias o su pareja, si pierden el trabajo qué les ocurre, o si han perdido a un ser querido... Cuál es la vida íntima de cada personaje".

El cineasta considera que en estos dos años se ha producido una evolución de los movimientos sociales y su composición. "Lo que ha ocurrido es que en España al principio podía ser gente "antisistema", pero ahora ha calado ese espíritu en todos los sectores sociales. Ya no es una cuestión de cuatro "antistema", sino trabajadores de la Sanidad a los que quieren privatizar, ancianos a los que los bancos han estafado con las preferentes, gente que ha perdido su casa al quedar sin trabajo... Lo que cuenta la película es sobre sus vidas", explica.

Y a la hora de narrar esas historias personales, también se influenció por el ambiente: nada de rigidez. "El guión –cuenta Pérez Herrero– fue improvisado todo. Cogía a los actores, los metía en las manifestaciones, grabábamos en la calle, con un esquema de media página y todo se improvisaba. La película tiene pocos diálogos. Es más un estado de emotividad, y a pesar de que ha rodado a lo largo de dos años lo he concentrado como si ocurriera en una noche y un día".

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Respecto de cómo se pudo llegar a hacer la película, el realizador habla de algo tan solidario como esos mismos movimientos sociales: "En un principio renuncié a pedir cualquier ayuda oficial, y entonces se financió un poco de forma espontánea. Los actores pusieron a disposición su talento, el equipo era mínimo". En resumen, nadie cobró.

La experiencia fue, eso sí, rica en anécdotas. "Hubo una escena que grabamos, de un beso apasionado de una pareja que salía de un hotel, y la hicimos delante de una fila de policías antidisturbios... La tuvimos que repetir siete veces, y a los antidisturbios tampoco los pagamos", detalla con una sonrisa.

Tal vez a la hora de los agradecimientos, debió -reconoce- incluir a Mariano Rajoy: "Suelo decir en broma que el guionista debería ser el presidente del Gobierno. Con su escalada de tensión y esa crispación de la sociedad, casi me regala la película".

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