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El 94% de los ‘descuelgues’ de convenios rebaja los salarios

El 94,3% de los descuelgues de los convenios colectivos registrados en lo que va de año son reducciones de salario y muchas de ellas, además, van acompañadas de cambios en los sistemas de remuneración de los trabajadores. La cifra aparece en el informe de evaluación de la reforma laboral que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, presentó en el Congreso el pasado jueves. Hasta ahora, las estadísticas de su departamento no revelaban qué aspectos del convenio quedaban sin aplicar al firmarse el descuelgue.

La reforma laboral facilitó la inaplicación de los convenios colectivos, al tiempo que amplió el abanico de condiciones laborales que podían modificarse. No obstante, son los salarios los principales afectados por este tipo de medidas. Un 22,4% de los descuelgues incluye también cambios en el sistema de remuneración de la plantilla –distribución de partes fijas y variables del sueldo, pagas extraordinarias…–.

Según el informe, algunas inaplicaciones “buscan neutralizar los aumentos previstos en convenio y otras, de forma más contundente, aplicar reducciones salariales”. También establecen, continúa el documento, aumentos de jornada sin subida de salario, o bien se incrementa el número de días laborables libres a lo largo del año.

Además, un 13,3% de los descuelgues modifica la jornada de trabajo, y un 10,8% los horarios y la distribución del tiempo de trabajo. Otro 6,3% rebaja o elimina las mejoras voluntarias a la acción protectora de la Seguridad Social. Menos perjudicados se ven los sistemas de trabajo y rendimiento –2,2%– así como los límites que algunos convenios imponen a la movilidad funcional de los trabajadores –1%–. Lo normal es que los descuelgues no incluyan sólo uno de estos aspectos, sino que afecten a varios o a todos ellos.

Este año se han registrado en el Ministerio de Empleo 1.401 inaplicaciones, que han afectado a un total de 89.024 asalariados. El primer año de la reforma laboral se firmaron otros 748 descuelgues. La mayor parte de ellos se produce en grandes empresas, de más de 250 empleados –el 66,4% de los implicados–. Sólo un 14% de los trabajadores afectados está en nómina de una pyme.

Cambios en las condiciones laborales

Otro tanto ocurre con la modificación sustancial de las condiciones de trabajo que permite igualmente la reforma laboral. A esta modalidad se apuntan también mayoritariamente las grandes empresas, el 27%, mientras que sólo el 4,2% de las de menos de 10 trabajadores y el 10,3% de las de menos de 50 optaron por ella. En conjunto, sólo el 5,2% de las empresas españolas adoptaron estas medidas de lo que se ha dado en llamar flexibilidad interna. Aunque, como las prefieren las de mayor tamaño, están afectando al 17,7% de los trabajadores.

También al igual que en los descuelgues, el apartado más tocado en este caso son los salarios y los sistemas de remuneración: un 68,2% de las empresas los han rebajado. El 40% de ellas ha aumentado la jornada laboral y un 27,7% ha reducido o eliminado los permisos para formación en horario de trabajo y los planes de formación. De aquellas compañías que han modificado el tiempo de trabajo, el 31,4% ha introducido la distribución irregular de la jornada o la ha cambiado. Otro 17,3% ha alterado las mejoras voluntarias en la acción protectora de la Seguridad Social o reducido las medidas para favorecer la conciliación entre la vida laboral y la familiar.

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Según el informe de Empleo, un 23,9% de las empresas que modificaron las condiciones de trabajo de sus plantillas también ejecutaron suspensiones de contratos o reducciones de jornada –los antiguos Expedientes de Regulación de Empleo de suspensión o reducción–. En total, calcula el ministerio, desde la entrada en vigor de la reforma, en febrero de 2012, 71.000 empresas han utilizado ambas modalidades al mismo tiempo, el 6%. Pero han afectado a un 30% de los trabajadores. Porque, una vez más, son las grandes empresas las más proclives al uso de estos instrumentos: un 30% de las de más de 250 trabajadores lo han hecho.

El documento presentado al Congreso, y que ahora reexaminará la OCDE, hace un elogio de la flexibilidad interna, que presenta como una “alternativa al despido”. El informe no detalla, sin embargo, cuántas empresas han recurrido a esas medidas –descuelgues, modificación de condiciones laborales, suspensiones de contrato y reducciones de jornada– al mismo tiempo, antes o a continuación de despedir a parte de sus plantillas. Una encuesta de la Fundación Sagardoy las cifraba en un 35,6%.

Empleo sí hace una advertencia: “Los cambios en las condiciones de trabajo serán cada vez más frecuentes”.

El 94,3% de los descuelgues de los convenios colectivos registrados en lo que va de año son reducciones de salario y muchas de ellas, además, van acompañadas de cambios en los sistemas de remuneración de los trabajadores. La cifra aparece en el informe de evaluación de la reforma laboral que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, presentó en el Congreso el pasado jueves. Hasta ahora, las estadísticas de su departamento no revelaban qué aspectos del convenio quedaban sin aplicar al firmarse el descuelgue.

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