La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no quería desvelar ninguna cifra cuando compareció el lunes ante los periodistas tras reunirse con sindicatos y patronal en la primera consulta sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para este año. “A mí me gustaría tener un salario mínimo de 1.000 euros y vamos a trabajar en ello”, fue todo lo que adelantó Díaz cuando se le preguntó por la cifra que acababan de hacer pública los sindicatos: 996 euros, un alza de 32 euros. La ministra sólo precisó que estaban estudiando una horquilla de entre 22 y 40 euros, basada en los cálculos de la comisión de expertos que el año pasado diseñó una propuesta de subida del SMI hasta el 60% del salario medio para 2023. “Nunca desvelo lo que está encima de la mesa y sólo hablo con papeles”, zanjó.
Sin embargo, el ministerio tuvo que detallar poco después, tanto a los medios de comunicación como a los propios sindicatos, cuál era la oferta del Gobierno: “Una propuesta intermedia que podía llegar a los 1.000 euros”. Por el contrario, UGT y CCOO mantienen que en la mesa nunca se habló de ese número. “Trabajo dijo que su planteamiento estaba en la banda media del informe de los expertos y hemos discutido todo el tiempo sobre los 996 euros”, resumen a infoLibre fuentes sindicales.
Por su parte, fuentes del ministerio matizan que los representantes de Trabajo hablaron, en efecto, de una “propuesta intermedia entre máximos y mínimos”, pero que ésa “no tiene por qué ser justo la cifra media”, que sí son 996 euros.
Llamada telefónica
Los sindicatos niegan que haya habido confusión alguna. E incluso aseguran que el ministerio les llamó poco después de la rueda de prensa, que terminó a las 13:30 horas, para decirles que la propuesta que deben llevar a sus órganos de dirección es una subida de hasta 1.000 euros mensuales. “Si lo hubieran planteado directamente en la mesa… mucho mejor”, concluyen.
De hecho, añaden, la CEOE preguntó a Trabajo directamente cuál era la cifra que proponía y durante un rato la mesa discutió si la banda media ofrecida por el ministerio se traducía en 996 o 997 euros. Antes, UGT había pedido 1.005 euros y CCOO, 1.001 euros. La patronal expresó su rechazo a la subida. Los sindicatos querían asegurar un alza mayor este ejercicio porque temen que dejar demasiado margen para 2023 puede recrudecer la batalla por el SMI entonces. En 2022 deberá someterse a revisión la cuantía del salario medio. Y, teniendo en cuenta cómo se está disparando la inflación, también lo hará la retribución media, por lo que complicará aún más alcanzar ese 60% comprometido, que precisará un aumento mayor del inicialmente previsto.
No obstante, los sindicatos eluden la polémica. “No vamos a hacer un drama de esto”, concluyen las fuentes consultadas, satisfechas de conseguir los 1.000 euros que han reclamado con insistencia. Tampoco quieren entrar en los motivos del cambio del ministerio. “Sólo nos dijeron que no lo habíamos entendido bien”, apuntan.
La patronal, UGT y CCOO volverán a reunirse este miércoles, pero independientemente de lo que se hable, de que haya acuerdo o no, Trabajo llevará al próximo consejo de ministros su propuesta de subida del SMI. Porque, en este asunto, el Gobierno sólo consulta a los agentes sociales, no ha abierto una mesa de diálogo social como la que pactó la reforma laboral en diciembre. Y la CEOE se opone a cualquier alza. De hecho, ya rechazó la anterior subida, el pasado mes de septiembre, cuando el SMI pasó de 950 a 965 euros mensuales.
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“Los sindicatos quieren más, los empresarios quieren menos, y yo hago de equilibrio”, resumió Yolanda Díaz ante los periodistas. De momento, de los que no hay duda es de que la subida será retroactiva, desde el 1 de enero –a diferencia de la decidida el pasado septiembre–, y que están “abiertas todas las vías para alcanzar el 60% del salario medio en 2023”. Es decir, que a una subida moderada este año debería seguirle una más fuerte el siguiente para cumplir con ese compromiso, sellado en el acuerdo de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos. Atendiendo al informe emitido por el comité de expertos, el SMI debería quedar entre 1.011 y 1.049 euros en 2023. UGT, no obstante, ya está pidiendo que llegue a 1.063 euros.
Los sindicatos recalcan que no aceptan menos de los 1.000 euros este año. Pero en el Gobierno, la ministra Nadia Calviño tira del mismo lado que la CEOE y prefiere subidas moderadas. Pese a que por ahora las cifras de empleo desmienten las advertencias de quienes, como el Banco de España, auguraban un impacto del aumento del SMI en los datos de ocupación. Yolanda Díaz desechó este lunes de nuevo esos vaticinios y recordó que mejorar el salario mínimo, que “afecta a dos millones de trabajadores”, es la mejor herramienta para “aumentar la igualdad y acabar con la pobreza laboral”, además de beneficiar “a la economía en su conjunto”. “La política de rentas acometida por el Gobierno es la correcta”, abundó la ministra, para recordar después que “toda la Unión Europea va en la misma dirección: sólo dos países no han subido el SMI”.
El SMI estaba en 735,9 euros mensuales –en 14 pagas– en 2018. Desde entonces ha subido 229,1 euros. La mayor subida se produjo en 2019, cuando se elevó un 22,3%. En 2020 creció un 5,5% y un 1,58% en septiembre del año pasado. Si llega a 1.000 euros este año, se habrá elevado un 3,6%.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no quería desvelar ninguna cifra cuando compareció el lunes ante los periodistas tras reunirse con sindicatos y patronal en la primera consulta sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para este año. “A mí me gustaría tener un salario mínimo de 1.000 euros y vamos a trabajar en ello”, fue todo lo que adelantó Díaz cuando se le preguntó por la cifra que acababan de hacer pública los sindicatos: 996 euros, un alza de 32 euros. La ministra sólo precisó que estaban estudiando una horquilla de entre 22 y 40 euros, basada en los cálculos de la comisión de expertos que el año pasado diseñó una propuesta de subida del SMI hasta el 60% del salario medio para 2023. “Nunca desvelo lo que está encima de la mesa y sólo hablo con papeles”, zanjó.