Dos años de lucha contra la inflación a través de la energía: los alivios fiscales se reducirán en 2025

Vista de una torre de alta tensión en Madrid (España)

El andamiaje de medidas para hacer frente a la crisis energética comienza a desmontarse poco a poco. En lo que va de año el precio de la electricidad en el mercado mayorista se situó en los 62,18 euros/MWh, un 26% menos que el año pasado y, si no se producen cambios, en enero el IVA de la luz volverá a ser del 21%, desde el 10% actual. “Son medidas que respondían a una coyuntura concreta y es normal que decaigan porque la eventualidad que las creó ya no existe”, explica Pedro Fresco director de la Asociación Valenciana del Sector de la Energía (Avaesen).

En diciembre, el Ministerio para la Transición Ecológica comenzó a hablar de suavizar los incentivos: “Analizada la evolución de la situación en los mercados, el pasado junio se estableció una vuelta a la normalidad progresiva que terminará en julio de 2025”, explican en una nota de prensa.

El recorrido hasta aquí ha sido largo y la evolución ha tenido altibajos. En febrero de 2022, tras el estallido de la guerra en Ucrania, se desencadenó una crisis de precios en el gas que arrastró al mercado eléctrico. Los problemas de suministro y las sanciones impuestas a Rusia hicieron que el 8 de marzo de ese año el precio mayorista marcase un máximo histórico, con 544,98 euros/MWh. Poco más de dos años más tarde, en abril de 2024, se alcanzó el precio mayorista de la electricidad más bajo desde que hay registros, con 13,67 euros/MWh de media.

En estos dos años el Gobierno lanzó varias medidas para tratar de contener el impacto en los bolsillos de los consumidores en un panorama donde la inflación se disparaba en marzo de 2022 por encima del 9%, la más alta desde 1985. Más de dos años después, se espera que el Índice de Precios del Consumo (IPC) cierre el año en torno a un 2,8% en España, según Funcas. “No podemos decir misión cumplida todavía”, declaraba una casi optimista Christine Lagarde tras la reunión de diciembre del Banco Central Europeo (BCE).

El que caduca este mes de diciembre, es el noveno paquete de ayudas anticrisis emitido desde 2022 y en enero el IVA de la energía volverá al 21%. También se irá reduciendo el bono social de la electricidad: a partir del 1 de enero los consumidores vulnerables tendrán un descuento del 50%. A partir del 1 de julio, será del 42,5% y el 1 de enero de 2026 se estabilizará en el reforzado 35%. De esta forma, en 2026 los descuentos definitivos quedarán en un 35% para los consumidores vulnerables y en un 50% para los consumidores vulnerables severos.

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Pero otras medidas se mantendrán más tiempo. Entre las que se prorrogan hasta finales del año que viene está la prohibición de ejecutar cortes de agua, luz y gas para consumidores vulnerables, las deducciones al IRPF para inversiones en eficiencia energética en viviendas y los descuentos en los peajes a las industrias electrointensivas. A estas se suma el escudo social, que incluye bonificaciones al transporte público y la limitación de los desahucios. 

Con la desescalada de los precios y la normalización de las cadenas globales de suministros las perspectivas para 2025 no son malas. “Todo dependerá del precio del gas porque es el que marca el paso del mercado eléctrico”, explica Fresco. Aunque matiza que la primavera será barata. “Es cuando el potencial renovable de España tiene más influencia porque hay sol, hay viento y hay agua. Pero en general, si el gas permanece alto veremos precios más altos”, concluye. A estos hay que añadir, matiza, ese “plus” de la subida del IVA.

Más allá de medidas de crisis, es necesario hacer una reflexión sobre como podríamos garantizar una energía barata tanto a nivel de industria como a nivel doméstico

Pero aunque los precios de la luz se hayan contenido, el sector energético sigue reclamando facilidades para alcanzar un mayor nivel de competitividad. “La electrificación no va bien. Eso se ve, por ejemplo, en la bajísima cifra de ventas de vehículos eléctricos. Más allá de medidas de crisis, es necesario hacer una reflexión sobre como podríamos garantizar una energía barata tanto a nivel de industria como a nivel doméstico”, concluye el director de Avaesen.

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