El Banco de España recorta al 4,5% el crecimiento de 2022 por la guerra y estima una inflación media del 7,5%
El Banco de España advierte en su informe trimestral sobre la economía española de que si se produjeran importantes efectos de segunda vuelta en la inflación, sus proyecciones sobre el PIB y el IPC para el horizonte 2022-2024 quedarían afectadas de manera negativa, con un menor crecimiento del previsto y una mayor tasa de inflación, ha informado Europa Press.
En concreto, de producirse este supuesto, el PIB podría verse reducido en el periodo 2022-2024 en cerca de 1,5 puntos respecto a sus proyecciones actuales, mientras que a la inflación armonizada esperada habría que sumarle alrededor de 3 puntos adicionales en el conjunto de estos tres años.
La institución realiza este ejercicio de simulación en cada uno de los años de este periodo. Así, para 2022, los efectos de segunda vuelta, de ser importantes, restarían cerca de cuatro décimas al crecimiento medio del PIB previsto para este año (4,5%, según las proyecciones publicadas este martes) y dos décimas al empleo, al tiempo que añadirían más de 2 puntos a la inflación esperada para el conjunto del ejercicio actual (7,5% de media).
En 2023, para el que la institución prevé un crecimiento económico del 2,9%, unos efectos notables de segunda vuelta restarían algo más de seis décimas al PIB y sumarían más de medio punto a la tasa media de inflación proyectada (2%).
En el caso de 2024, ejercicio para el que calcula un crecimiento económico del 2,4% y una tasa media de inflación del 1,6%, los efectos de segunda vuelta, de ser importantes, recortarían algo más de cuatro décimas el PIB previsto y elevarían un par de décimas el IPC respecto a la tasa proyectada.
Por ahora, el Banco de España observa un aumento moderado de los salarios y, en lo que respecta al comportamiento de las empresas, considera que aún no estarán trasladando completamente los mayores costes de producción a los precios de sus productos, pues los márgenes empresariales se están reduciendo.
El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha afirmado en rueda de prensa que, mediante este ejercicio de simulación, se plantea un supuesto escenario en el que empresarios y trabajadores persiguen un incremento de sus precios y salarios para neutralizar el impacto inicial del shock energético en sus rentas, dando lugar a efectos de segunda vuelta, con un "impacto muy notable" en la inflación y en la pérdida de competitividad de la economía española.
"Existen riesgos al alza para la inflación por la evolución de los precios de la energía y también por los posibles efectos indirectos y de segunda vuelta, que podrían ser más intensos de lo que se prevé", ha reconocido.
La institución señala en su informe que en las proyecciones publicadas este martes el encarecimiento de la energía "se refleja con retraso y de forma parcial en los salarios", mientras que el resto de precios, representados por la inflación subyacente, "responde de manera muy limitada ante esta perturbación".
Por ello, ha simulado en el informe cuál sería el impacto sobre la actividad y el empleo de una mayor reacción del resto de precios nacionales y de los salarios privados, en línea con el efecto directo del aumento del precio de la energía sobre el nivel general de precios. Así, el Banco de España cifra el impacto negativo acumulado sobre la actividad y el empleo, respecto a las proyecciones actuales, en aproximadamente 1,5 puntos hasta 2024, y sobre la inflación, en cerca de 3 puntos.
"Estas consecuencias adversas están asociadas a la pérdida de competitividad exterior resultante, que reduce las exportaciones y la inversión productiva privada", avisa el organismo.
Aumento "considerable" de las cláusulas de salvaguarda en los convenios
Dentro de su informe trimestral, el Banco de España advierte de que la tendencia al alza de las cláusulas de garantía salarial que se está registrando en la negociación colectiva en los últimos meses "constituye un riesgo creciente de que se produzcan efectos de segunda vuelta en la inflación".
La institución señala que el porcentaje de convenios que incluyen cláusulas de salvaguarda salarial para 2022 ha mostrado un "aumento considerable" en los dos primeros meses de este año, hasta alcanzar a casi el 30% de los trabajadores con convenio, después de haber descendido por debajo del 20% en los últimos años.
Además, apunta que los convenios ya acordados para 2023 presentan un aumento adicional de la incidencia de las cláusulas de garantía salarial hasta casi el 50% de los trabajadores con convenio vigente para dicho año.
En este sentido, el Banco de España explica que, en la medida en que este tipo de cláusulas suponen un ajuste automático de los salarios a la inflación pasada, "su mayor incidencia conlleva un aumento del riesgo de que eventualmente se materialice una espiral de incrementos de salarios-precios que podría tener efectos muy nocivos sobre la actividad y sobre el empleo en un horizonte de medio plazo".
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De este modo, alerta la institución, si los salarios reaccionan "de forma significativa" a dicho repunte, "éste se extenderá previsiblemente durante un horizonte temporal más amplio, puesto que aumentarán las posibilidades de que el incremento de los precios energéticos, principal factor existente detrás del episodio inflacionista actual, se filtre al resto de los precios y de los costes de la economía".
De momento, la evolución de la negociación colectiva en España en los primeros meses de 2022 muestra, según el Banco de España, un incremento "moderado" de los salarios, "significativamente por debajo de los valores alcanzados por la inflación".
En concreto, hasta febrero de este año, la subida salarial pactada en convenio se sitúa en el 2,3%, por encima del 1,5% acordado para 2021, pero en línea con lo acordado para 2019, "en un entorno de mucha menor inflación", recuerda.