Sueldos un 40% más bajos y precariedad extrema: qué hay detrás del cartel 'se necesita camarero'

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Los datos insisten en dos ideas instaladas: el turismo "es de récord", pero “habría que poner orden en aspectos como los salarios de algunos trabajadores vinculados al sector”, aseveran fuentes sindicales. Estas confirman que “no es raro”, no son una mosca blanca, “ofertas para camareros de 600 euros por cinco horas de trabajo seis días a la semana, o incluso de tres o cuatro euros la hora”.

El Instituto Nacional de Estadística ha difundido este lunes 23 de septiembre información que confirma el buen estado de salud del turismo: las pernoctaciones en establecimientos hoteleros aumentaron un 2,6% el pasado agosto respecto al mismo mes de 2023, superando los 47,8 millones, su cifra más alta en la serie, impulsadas por los visitantes extranjeros. El Índice de Precios Hoteleros subió un 6,4% en tasa anual. Y los hoteles facturaron 146,9 euros de media por habitación ocupada, un 7,3% más que el mismo mes del año anterior.

Pero no es lo único que ha publicado hoy el INE. Ha visto la luz igualmente la Encuesta de Estructura Salarial, con información definitiva relativa a 2022, según la cual, mientras el sueldo medio anual fue de 26.948,87 euros por trabajador, los asalariados de hostelería tuvieron la ganancia promedio más baja, con 16.274,71, casi un 40% inferior a la media, o 10.674.16 euros menos. En este último caso, además, las mujeres lograron embolsarse 15.022 euros y los hombres 17.921. Por el contrario, la actividad económica con mayor remuneración anual fue la del bloque 'suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado', con 55.470,69 euros, lo que supuso un 105,8% más que la media nacional. La siguiente actividad con el salario más alto fue 'actividades financieras y de seguros', con 47.239,53; mientras a la hostelería le antecedió en la cola otros servicios, con 18.269,96 euros. En general, los sueldos se expandieron, excepto en algunas categorías como la 'agrícola, ganadera, forestal y pesquera'.

Y, aunque aquel año, en 2022, los números del turismo no eran aún los de 2024, ya había comenzado la senda creciente de recuperación posterior a la pandemia. De hecho, las pernoctaciones en establecimientos hoteleros alcanzaron los 320,7 millones en el conjunto del ejercicio, con un alza del 85,6% respecto a 2021. La facturación media diaria de los hoteles por cada habitación ocupada fue de 104,7 euros y el ingreso medio diario por cada una disponible, que está condicionado por la ocupación registrada en los hoteles, de 67,8. Por categorías, la facturación media fue de 233,4 euros para los establecimientos de cinco estrellas, de 110,2 para los de cuatro y de 84,9 euros para los de tres. El mismo ejercicio que el salario medio de los trabajadores no llegó a los 16.300 euros.

Marcos Gutiérrez, secretario de Política Institucional de CCOO Servicios, achaca esa baja cuantía a dos motivos principales: “Los salarios medios en la hostelería son más bajos fundamentalmente porque se hacen contratos fijos discontinuos, es decir, con jornadas inferiores a la ordinaria, y porque los convenios siguen estando alejados del precio del mercado”. “Esto explica -enlaza- tanto la falta de profesionales como los datos de la encuesta de costes laborales, que lo que nos dicen es que es uno de los sectores peor pagados”. 

Y hay más. Es un área laboral a la que es difícil volver. “La pandemia cambió muchas cosas y los trabajadores de la hostelería se están dando cuenta de la importancia que tiene la cotización a la Seguridad Social, es decir, que en la nómina aparezcan todos sus ingresos”, anota, a lo que se suma que muchos empleados de esa actividad se refugiaron “en otros sectores que demandaban mano de obra, puesto que la hostelería fue la última en reabrir” tras la sacudida del covid, “que les ofrecen mejores condiciones laborales, tanto salariales como de descanso, así es que el regreso es difícil”, constata.

Las mujeres, el último eslabón

Gutiérrez tiene clara la radiografía: “El sector no ha mejorado el empleo en el número suficiente de trabajadores para hacer frente a una demanda turística que es récord sobre récord. Se han incrementado las cargas de trabajo sin que los salarios mejoren y continúa extendida la contratación a tiempo parcial. Esa es la realidad que dicen las cifras”. Y si se hurga en ella hay otra: “Las mujeres ostentan las categorías peor pagadas de un sector ya de por sí con unas bajas condiciones”, ratifica el dirigente sindical de CCOO, quien aboga por “mejorar las del conjunto del sector y, sobre todo, por prestigiar las categorías que están ocupadas mayoritariamente por mujeres en los convenios colectivos”. De ahí que, “una de las apuestas” de su organización sindical en el ámbito de la negociación colectiva sea “seguir intentando equiparar a las camareras de piso con el salario de los camareros”.

Se muestra convencido de que el sector turístico continuará “siendo motor de la economía y del empleo” en el país. “Es nuestra primera industria y, por lo tanto, tiene que haber un pacto de estado para establecer que no puede seguir creciendo de manera sostenida y sí de manera sostenible. Alguna vez los datos turísticos tienen que recoger variables de calidad en el servicio que ofertamos y no sólo de cantidad. Si nos seguimos guiando únicamente por el número de visitantes y etc, va a ser un problema”, avisa. En su opinión, habrá que “hacer grandes cambios” que “tienen que ver con la vivienda, la sostenibilidad medioambiental, el agua, la promoción y la carrera profesional en el sector… Si no, va a ser muy difícil que sigamos teniendo mano de obra suficiente para hacer frente a la demanda turística de este modelo de crecimiento sin fin”, plantea.

Gutiérrez asocia los bajos salarios y la dificultad para acceder a una vivienda con “las dificultades para encontrar mano de obra en zonas como las islas y en otras fuertemente tensionadas por la presión turística”. “Y es sangrante, por ejemplo”, dice, “que en Paradores de Turismo de España, la limitación de la masa salarial para los empleados dependientes de las administraciones públicas que estableció Montoro –ex ministro de Hacienda del PP– haga que los salarios acumulen pérdidas de poder adquisitivo y el convenio, de una empresa que es el emblema de la calidad turística en nuestro país y es pública, esté fuera de mercado”, critica.

En ese punto adelanta: “Van a abrir un parador en Ibiza y va a ser muy difícil que cuenten con gente suficiente para poder gestionarlo con el problema de la vivienda que hay allí y los salarios que la red de paradores puede pagar en función de esa normativa”, advierte. A su juicio, “esto es un ejemplo de algo que la administración sí que podría modular y usar esa empresa pública para prestigiar el sector”. “Pero llevamos años con el convenio parado, pese a que eso sólo obedece en este caso a una voluntad política que no estamos viendo, y pese a que la entidad está arrojando beneficios, como todo el sector turístico", cierra. 

Un modelo insostenible

De su lado, Omar Rodríguez, secretario federal de Hostelería, Restauración Social y Turismo de FeSMC UGT, apunta para explicar la diferencia salarial en la hostelería a que "el trabajo a tiempo parcial es demasiado elevado, supera el tercio de los trabajadores". "Es un sector precario en el sentido de que la gente quiere un trabajo para poder vivir y aquí tenemos una tasa por encima del 50% de empleados que desean uno a tiempo completo y no lo tienen", sostiene.

Denuncia que la leve elevación de salarios que se ha producido en los últimos años "sigue siendo muy insuficiente en relación a los beneficios que se están obteniendo". "Y no vale el que son los hoteleros y no los hosteleros" los que se los estarían embolsando, apostilla, dado que "el consumo en restaurantes y demás establecimientos también se están disparando gracias al turismo". Es más, Rodríguez cree que los dos principales factores que hacen que no se esté logrando "estabilizar" a las plantillas en esta esfera laboral pasan por que "la gente se queda en un trabajo porque económicamente puede cubrir sus necesidades y por que se siente identificada" con la empresa y no se le "impone un trabajo a la carta", algo que no se estaría dando en multitud de ocasiones.

A su entender, "no puede ser que los mayores ingresos de las empresas sean a cambio de hacer menos horas de contrato y de emplear a las menos personas posibles", o, dicho de otra forma, de "hacer que la carga laboral aumente y empeore el poder adquisitivo". Considera que, a la larga, esto puede llegar a ser un tiro en el pie para los empresarios que pretendan fidelizar a sus plantillas. El portavoz sindical considera que evitar la rotación permanente de camareros y otros empleados del sector pasa por "ofrecerles futuro y un presente que les permita vivir decentemente".

"Hasta que no se asuma que la sostenibilidad del modelo pasa por lo social, no sólo por lo medioambiental o la digitalización, no se avanzará. El ciudadano empieza a rechazar este tipo de trabajo y así no se va a captar gente", defiende. En cambio, si "se forma a las personas, se les ofrecen posibilidades de carrera y un salario digno" el panorama puede cambiar. "La hostelería tiene cosas beneficiosas como puede ser el trato con el cliente y en España tenemos un carácter afable que atrae y una cultura que ayuda a eso, pero, si al final vas a trabajar para no llegar a fin de mes y no puedes recoger a tu hijo del colegio, pues igual no te vale", argumenta.

Aboga para terminar por que los empresarios "organicen las plantillas para que sus trabajadores puedan tener su tiempo de descanso y de ocio, como cualquier otro ciudadano" y así sean menos frecuentes los carteles de 'se necesita camarero'. 

Los datos insisten en dos ideas instaladas: el turismo "es de récord", pero “habría que poner orden en aspectos como los salarios de algunos trabajadores vinculados al sector”, aseveran fuentes sindicales. Estas confirman que “no es raro”, no son una mosca blanca, “ofertas para camareros de 600 euros por cinco horas de trabajo seis días a la semana, o incluso de tres o cuatro euros la hora”.

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