Los márgenes empresariales y los fertilizantes mantienen el precio de los alimentos por las nubes

Un puesto de frutas del mercado de abastos de Triana, en una imagen de archivo.

Pese a que la inflación está empezando a dar un respiro a la economía, los precios de los alimentos no dejan de escalar. Según los datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística, la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas ha seguido subiendo hasta un récord del 15,4%, tras alcanzar un 14,4% en septiembre y un 13,8% en agosto. Mientras tanto, el IPC ha descendido hasta el 7,3% en octubre, desde el 10,5% que alcanzó en agosto.  

“En el precio de los alimentos veo dos factores fundamentales”, resume Juan Laborda, profesor de Economía Financiera en la Universidad Carlos III de Madrid. “Por un lado están los precios de los fertilizantes, dado que Rusia es el principal productor global y, por otro, el poder de mercado de determinadas cadenas, que fijan precios por encima de lo que corresponde”, añade Laborda, que añade: "A esto hay que añadir que en los mercados derivados de las materias primas se crean burbujas. Esto es un error brutal de la globalización, hay muchas investigaciones que lo demuestran", critica el académico.

Un 29% de los fertilizantes que importa la UE provienen de Rusia

“Que Rusia sea el principal productor de fertilizantes nos ha generado una debilidad a nivel global”, expresa Laborda. El uso de fertilizantes minerales es básico en la actividad agraria. Mejora exponencialmente los rendimientos de los cultivos proveyendo a las plantas de los nutrientes que necesitan y que no están presentes en las capas superficiales de todos los suelos, especialmente en los que están sobreexplotados. Por ejemplo, suministran nitrógeno, fósforo o potasio. Estos permiten duplicar o triplicar el rendimiento de los cultivos en un mundo cada vez más poblado (este martes se ha registrado que la humanidad ha superado la barrera de los 8.000 millones de personas).

La Federación Rusa acaparó el 14,7% de las exportaciones globales en 2021, seguido de China (12,3%) y muy por detrás, Canadá (7,8%). La Unión Europea ha generado una dependencia muy fuerte de los fertilizantes rusos, que suponen un 29% del total importado. Las sanciones no han afectado al comercio de fertilizantes con Rusia: “No se nos ocurre restringir los fertilizantes, tiene un papel clave en el precio de los alimentos no elaborados”, añade el profesor Laborda. 

No obstante, muchas compañías han reducido su actividad, lo que provoca una disminución de exportaciones y, por lo tanto, un aumento del precio. La OCDE constató en agosto que esto estaba sucediendo: “No se prevén interrupciones importantes en la producción de cultivos en Rusia, pero hay incertidumbres sobre su capacidad de exportar, aunque las sanciones internacionales hayan eximido, de momento, a los alimentos y fertilizantes”.

Los márgenes de las distribuidoras, otro factor de peso 

“Hace falta una actuación decidida de los organismos reguladores”, explica el profesor Juan Laborda, sobre el segundo factor que ve detrás del aumento de la inflación alimentaria. “Si se fijan los precios por encima de lo que corresponde, tendrían que poner multas. Las grandes distribuidoras están haciendo uso de un poder abusivo para fijar precios muy por encima de los costes marginales. La evolución de los márgenes empresariales han ido para arriba”. Este profesor critica que, pese a que los costes energéticos están bajando, eso no se está trasladando a los precios en el supermercado.

“El Estado tiene que empezar a tomar una posición de fuerza”, critica Juan Laborda, y añade: “Tiene que dirigirse a estas empresas. Es que es la gran debilidad que tenemos los países occidentales: los Estados no toman medidas duras ante fallos descomunales del mercado”.

En ese sentido, a principios de septiembre, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en una entrevista en eldiario.es, afirmó que estaba buscando un acuerdo con las distribuidoras para “topar los alimentos básicos, como el pan, la leche o los huevos”. A los pocos días, anunció que se reuniría con el ministro de Consumo, Alberto Garzón, para abordar diferentes opciones para limitar los precios de los alimentos básicos, tras constatar el dato de inflación de agosto, que fue especialmente alto (10,4%). La CNMC, organismo regulador de la competencia, advirtió de que la fijación de precios máximos por parte del Gobierno o de las propias empresas está prohibido por ley

El organismo regulador señaló que limitar los precios máximos “desemboca en precios más altos”: “Se produce una merma en la competencia en precios por parte de las empresas, que normalmente ofertarán por ese precio máximo, y no otros por debajo del tope”. indicó el organismo, que añadió: “Las grandes distribuidoras, por su mayor músculo financiero, poder de negociación y diversificación del negocio, podrían estar en situación de afrontar las ventas a pérdida que podrían implicar los topes acordados o impuestos con más facilidad frente a las pequeñas distribuidoras que tienen desventaja, en un contexto como el actual de elevados costes de producción, y que podrían acabar desapareciendo. Se elimina, por tanto, la competencia, hecho que siempre perjudica a los consumidores”.

Así suben los precios los supermercados

En respuesta a la propuesta de Yolanda Díaz de “topar” algunos precios alimentarios, Javier Millán-Astray, vicepresidente ejecutivo de la Anged (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución, que engloba a empresas como El Corte Inglés o Carrefour) señaló que las distribuidoras ya estaban haciendo “esfuerzos ingentes” por contener los precios. El portavoz de la patronal de distribución criticó que la ministra estaba proyectando una imagen “que no tiene absolutamente nada que ver con lo que es la realidad”. 

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Isabel Schabel, que forma parte del comité ejecutivo del Banco Central Europeo, criticó en un discurso que ofreció en octubre en La Toja (Pontevedra) subrayó los “esfuerzos” que detectaba por parte de las empresas para proteger sus márgenes ante las subidas de la inflación. “El aumento de los beneficios es sorprendentemente diferente respecto a otras crisis anteriores, donde lo que se veía es que caían. Esto sugiere que una fuerte demanda acumulada ha creado un entorno que ha propiciado que muchas empresas hagan crecer sus beneficios”, señaló.

Este discurso de la mandataria del BCE fue acompañado de una gráfica que mostraba la evolución de los beneficios y de los salarios de los sectores económicos desde el cuarto trimestre de 2019 hasta el segundo de 2022, según estimaciones del propio organismo. Los beneficios para las empresas agroalimentarias crecieron alrededor de un 20% en esa etapa, mientras los salarios crecieron sobre un 5%, un fenómeno similar que también ha ocurrido en el grupo que incluye la alimentación, la hostelería y el comercio, que incluye a las distribuidoras. 

En cuanto a los precios en el supermercado, la OCU, que monitoriza los precios de los alimentos, higiene y droguería en los supermercados de toda España, ha constatado que se ha producido la mayor subida en 34 años. Según datos de octubre, el precio medio de la cesta de la compra ha subido alrededor de un 15%, lo que estiman que supone un gasto anual medio extra de 830 euros para las familias. Los supermercados que más han subido los precios, según este organismo, son Dia&Go (17,1%), La plaza de Dia (16,2%), y Mercadona (16,1%). En este sentido, la OCU insta a las autoridades a tomar medidas, como una bajada temporal del IVA de la alimentación o ayudar a las familias más vulnerables con cheques de alimentos. 

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