La dirección de la CEOE insiste en la moderación salarial mientras mantiene sus sueldos bajo llave

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Como señaló el economista José Luis Sampedro durante la crisis energética de 1974, la inflación es un conflicto entre grupos sociales por repartirse una factura. Esto explica la situación actual: el pacto de rentas, que debe repartir el impacto de las subidas de precios entre los salarios de los trabajadores y los beneficios de las empresas no llega, entre otras razones, por la elusión de la CEOE a negociar. Varios organismos han advertido, con datos hasta septiembre, del aumento del margen empresarial, como el Banco de España. Mientras tanto, la media de los convenios salariales se han actualizado un 2,78%, muy por debajo de la inflación, que se disparó una media del 8,4%. 

A finales de noviembre, la vicepresidenta Nadia Calviño mostró su voluntad de reactivar las negociaciones para alcanzar un pacto de rentas, para revertir el desequilibrio de 2022 en los próximos años: "Ha habido una moderación salarial importante. Hay que subir el SMI y tienen que subir los sueldos", señaló Calviño. Estos comentarios se produjeron unos días antes de la renovación de la presidencia de la patronal CEOE, de la que finalmente salió reelegido Antonio Garamendi, principal detractor de las subidas salariales. 

En esas elecciones a la presidencia de la patronal, parte importante del debate estuvo precisamente centrado en los sueldos de los directivos de la CEOE, de los que no hay ni rastro, ni en las cuentas anuales ni en sus informes de retribuciones. Solo se conoce un dato aproximado de la retribución de Garamendi, que es superior a 300.000 euros anuales, más alrededor de 50.000 euros de dietas y complementos, según un dato que se filtró en unas actas de una comisión del organismo de 2019. Esta retribución proviene de las cuotas que pagan las empresas por la representación patronal, que a su vez se ven beneficiadas por una mayor moderación de los salarios de los trabajadores.

Los salarios de los que no quieren más subidas salariales

La vicepresidenta de la confederación catalana de empresarios –Foment del Treball Nacional–, Virginia Guinda, ha cargado en varias ocasiones contra la retribución de Garamendi y contra los protocolos poco transparentes de la CEOE. En la campaña de las elecciones para presidir la CEOE en 2019, Guinda dijo en una entrevista en La Razón que el salario de Garamendi era “excesivo”: “Es desproporcionado dado los tiempos que corren, de dificultad”, dijo la portavoz de los empresarios catalanes. Garamendi, preguntado por El País, solo dijo que la retribución es “humilde a nivel empresarial”.

Guinda, que perdió esas elecciones, volvió a concurrir a finales de 2022, y volvió a usar el argumento salarial contra Garamendi. El programa de su candidatura llevaba un punto sobre “criterios” para retribuir al presidente de la CEOE y criticaba la falta de “transparencia” y “publicidad” a las dietas y otros complementos. El diario económico conservador Libre Mercado concluyó que el "exuberante" sueldo de Garamendi amenazaba su reelección.

Los informes de transparencia de la CEOE se limitan a tres párrafos y son parcos en detalles. Estos carecen de datos desglosados e impiden conocer en detalle las retribuciones de su presidente. Solo detalla que en 2021 se destinó 601.000 euros a dietas de los miembros directivos de la CEOE y otros 35.000 en planes de pensiones. 

La CEOE no solo ha presionado a través de su presidente, Garamendi, para reclamar durante 2022 la moderación salarial que finalmente se ha practicado. El Instituto de Estudios Económicos (IEE), que es un laboratorio de ideas vinculado a la patronal, ha defendido una y otra vez la necesidad de moderar los salarios. 

La idea de la moderación salarial es central en los informes que publicaron en julio y en diciembre, y ha sido la clave en la mayoría de intervenciones que han realizado en conferencias o medios de comunicación en los últimos meses. 

El laboratorio de ideas está presidido por Íñigo Fernández de Mesa y el secretario del ente es Gregorio Izquierdo. Estos cargos les procuran ser directivos de CEOE y, por ello, no es posible conocer sus retribuciones. Hay una referencia para hacer una aproximación. El diario La Razón filtró la remuneración de otra directiva de la CEOE: informó que Fátima Báñez ingresa 240.000 euros anuales en su condición de presidenta de la fundación de la patronal. El periódico conservador reflejó la molestia que esta información supuso entre los propios empresarios. 

Moderación salarial y el riesgo de espiral

El Banco de España prueba el gran aumento de los beneficios de las empresas en plena escalada de precios

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Cuando se produce una perturbación en la actividad económica que genera inflación, como el encarecimiento repentino e intenso de la energía, se corre el riesgo de que se genere una espiral. Esta consiste en que, como el coste de la vida sube, los trabajadores reclaman mayores salarios. Que los sueldos suban supone un coste mayor para el empresario, que sube más el precio a los bienes y servicios que produce su empresa para proteger sus beneficios. Al seguir subiendo así el coste de la vida, los trabajadores siguen reclamando más subidas, entrando en un círculo vicioso. 

Solo hay tres formas de frenarlo y volver a la estabilidad de precios: que los trabajadores asuman que pierden poder adquisitivo, que los empresarios asuman que pierden margen de beneficios, o hallar un pacto que equilibre las pérdidas entre ambos grupos.

En este contexto, son muchos los portavoces de organismos y empresas que han reivindicado de manera constante la moderación salarial, pese a que ha quedado patente que el mayor sacrificio, de momento, se ha hecho por la parte del salario de los trabajadores. Los sindicatos han insistido en ello. Un estudio de Comisiones Obreras desveló en julio de 2022 que el 83% del incremento de precios provenía del aumento de beneficios, frente a los salarios. Un estudio similar de UGT en diciembre llegó a la misma conclusión con cifras idénticas.

Como señaló el economista José Luis Sampedro durante la crisis energética de 1974, la inflación es un conflicto entre grupos sociales por repartirse una factura. Esto explica la situación actual: el pacto de rentas, que debe repartir el impacto de las subidas de precios entre los salarios de los trabajadores y los beneficios de las empresas no llega, entre otras razones, por la elusión de la CEOE a negociar. Varios organismos han advertido, con datos hasta septiembre, del aumento del margen empresarial, como el Banco de España. Mientras tanto, la media de los convenios salariales se han actualizado un 2,78%, muy por debajo de la inflación, que se disparó una media del 8,4%. 

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