Economía
Divorcio entre la economía empresarial y la real: banca e Ibex de récord y ni el 16% de jóvenes emancipados
Un doble y distinto efecto bola de nieve parece atravesar la economía española: la banca y las grandes empresas han registrado para la historia cifras de récord en los últimos meses, mientras otro plano, el que atañe a la realidad social de algunos colectivos, se ha complicado. Las entidades bancarias han obtenido significativos beneficios, incluso a pesar del impuesto extraordinario impulsado por el Gobierno de coalición al que han tenido que acomodarse. El Ibex 35, de su lado, ha cerrado noviembre con una revalorización del 11,54%, lo que supone el mejor dato mensual desde 2020 -aquel noviembre llegó al 25,18%, tras meses de depreciaciones provocadas por la mordedura de la pandemia-. El selectivo español ha acumulado en lo que va de año una subida del 22,23%, con lo que se han recuperado niveles de febrero de 2020. Pero es que ha arrancado diciembre con un alza del 0,6%, hasta situarse en los 10.118,5 puntos, máximos desde 2018.
Por lo que respecta a las empresas no financieras, los indicadores de éstas disponibles en las bases de datos de la Central de Balances del Banco de España, marcan que en el tercer trimestre de este año, el 63,9% han aumentado la cifra neta de negocio, el 2,5% la ha mantenido y el 33,6% la ha disminuido. Además, han elevado el valor añadido bruto el 66,4% de ellas, lo han bajado el 33,1% y el resto lo ha conservado.
Mientras en esa orilla se exhiben marcas históricas, existe otra capa, la de los hogares y los jóvenes que intentan armar uno, con bradicardia. Medidas como la reforma laboral y los sucesivos ascensos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) han mejorado la situación de temporalidad y de bajos salarios que afecta a la juventud, pero la edad media en la que ésta puede irse de casa de sus padres en España se ha situado a finales de 2022 en los 30,3 años, de acuerdo a lo analizado por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España. Esto es, según lo fijado por Eurostat, los jóvenes como tal no se emancipan.
El porcentaje de personas que han logrado vivir fuera del hogar familiar es de 15,9% respecto a toda la población joven, una cifra que no llega a la mitad de la media de la Unión Europea (UE), que se ha acercado al 40%, en detalle ha sido el 31,9%, a la luz de los datos que maneja el Consejo, y que ligan a que los precios del alquiler superan más del 80% del salario medio de una persona joven. Otra cuestión a tener en cuenta es que poseer estudios superiores ya no garantiza poder dejar el núcleo familiar primigenio. Tan sólo el 22,9% de los jóvenes que habían completado enseñanzas de formación profesional de nivel superior o estudios universitarios se habían podido emancipar. Tampoco contar con un trabajo es sinónimo de poder acceder a una vivienda, comprada o alquilada.
Pese a que el salario medio de una persona joven se ha expandido un 4,6% -13.079,19 euros netos al año o 1.089,93 al mes-, el precio de las viviendas en alquiler lo ha hecho un 7,55%. Así, la renta media anotada en el estudio es de 912 euros. Esta cifra supondría que, para pagar un alquiler en solitario, un trabajador joven tendría que dedicar el 83,7% de su sueldo, cuando lo recomendado por los expertos es que no supere el 30%. Eso, unido a los 141 euros de media que cuestan los suministros y servicios habituales como los recibos de agua, luz o gas, acrecentarían la cuantía hasta los 1.053 euros al mes. En definitiva, el 96,6% del sueldo tendría que asignarse a la vivienda, con lo que el o la joven con un salario medio sólo dispondría de 36,93 euros al mes para gastar en otras cuestiones como alimentos, ropa u ocio, según los cálculos del Observatorio.
En ese contexto, alquilar habitaciones es una opción. A finales de 2022, esto implicaba pagar 282,19 euros, el 25,9% del salario medio joven. Los que optaron por la alternativa de pedir una hipoteca tampoco lo han tenido fácil. La entrada media de una vivienda se ha colocado en 49.852,20 euros, el equivalente a 3,8 años completos de sueldo de alguien que tuviera menos de 30 años, con un importe medio de la primera mensualidad de 661,33 euros, el 60,7% del sueldo medio.
Es más, una de cada cinco personas de menos de 30 años con un puesto de trabajo se ha encontrado en situación de pobreza o en riesgo de exclusión social. Mientras en 1987, tres salarios anuales completos bastaban para adquirir una vivienda, la actualidad apunta a casi nueve, lo que es un 200% más, según datos del Banco de España.
Hay otro estudio rotulado Finanzas de los hogares 2000-2022, de la Fundación Afi, elaborado por Ángel Berges y Daniel Manzano, que confirma algunas brechas. De una parte, se asevera que España sólo ha podido mantener su nivel de renta bruta disponible per cápita “en términos reales durante lo que llevamos de siglo, definiendo una referencia (17.236 euros en 2022) significativamente alejada del nivel medio de la zona euro (23.648 euros) con quien ha aumentado la brecha, como también lo ha hecho con países como Alemania y Francia, que ya ostentaban una renta muy superior”. En términos de unidad familiar, la evolución que ponen de manifiesto las sucesivas olas de Encuestas Financieras a las Familias, “es todavía más adversa”, se sostiene en el informe, “a lo que no es ajeno la reducción del tamaño medio de los hogares españoles que ha tenido lugar”. “Ni en media (casi 37.000 euros en 2020), ni en ninguno de los percentiles de la distribución (mediana de 28.500 euros)”, señalan los autores, “se habría recuperado el nivel de renta disponible por hogar en términos reales de inicio del siglo”. A esa lejanía de Europa hay que enlazar, de otra parte, que dentro de los propios hogares españoles “se ha producido también una ampliación de la brecha generacional”, se constata.
Son los hogares con cabeza de familia mayor de 65 años los que “han experimentado un crecimiento en su renta desde 2005, sin haber sufrido caídas con la crisis de 2008, lo que sí sucedió, sin embargo, para todos los demás tramos de edades”. Algo que los autores relacionan con las políticas de protección de los ingresos por pensiones. Por el contrario, la renta del resto de hogares, aún no ha recuperado los niveles en términos reales previos a 2008. En el mencionado documento se corrobora que los jóvenes se independizan menos, y que, cuando deciden o consiguen hacerlo, “reciben menor renta que los que lo hacían a principios de siglo”.
En la misma línea, se destaca que sólo los tramos de edad superiores a 65 años “han mejorado con claridad su nivel de riqueza en términos reales a lo largo de estas dos décadas”, así como que el 10% de hogares con rentas más elevadas “acaparan prácticamente el 50% del total de la riqueza financiera" de aquéllos.
Hipotecas y alquileres, en precios elevados
Y el futuro inmediato no se prevé con potencia de cambio para esos sectores de la economía real. El tipo medio de las hipotecas que estaban pendientes de pago en enero de 2022, las vivas, apenas superaba el 1%, a la luz de los datos mensuales que publica el Banco Central Europeo (BCE). En el pasado mes de septiembre, en cambio, tras las escaladas del euríbor, ese porcentaje ya había crecido en casi 2,5 puntos, hasta rondar el 3,5%. Con todo, el Banco de España ha confirmado que el euríbor a doce meses ha descendido en noviembre al 4,022%, lo que supone la menor tasa mensual desde junio y su segunda caída desde diciembre de 2021.
Si se coloca la lupa en el precio del alquiler, noviembre ha cerrado con una dilatación del 0,7% respecto al mes anterior, lo que ha situado el precio del suelo en 11,9 euros por metro cuadrado, es decir, un 9,2% más caro en tasa interanual, según datos de Idealista. Las rentas se han acrecentado en nueve de las diecisiete comunidades autónomas del país, siendo en Andalucía, Galicia y Asturias donde se han contabilizado las mayores alzas, de 2,1%, 1,5% y 1,1%, respectivamente. A todo lo anclado hay que añadir que la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca (PAH) vaticina una nueva oleada de desahucios.