COYUNTURA
La economía española repunta al acabar el año y suaviza su desaceleración
Christine Lagarde se estrenó este jueves al frente del Banco Central Europeo (BCE) lanzando un mensaje optimista sobre la alicaída economía comunitaria. “Los riesgos en el horizonte son ahora menos pronunciados que meses atrás”, aseguró en referencia a la guerra comercial entre Estados Unidos y China –“las negociaciones van en mejor dirección”, apuntó– y a las elecciones en el Reino Unido, cuyo resultado eliminará un “elemento de incertidumbre”, el Brexit desordenado. De hecho, calificó de “alentador” el panorama resultante no sólo del alivio de las tensiones globales, sino también de los signos de “estabilización” que el BCE percibe en la desaceleración económica general.
Un día después, su vicepresidente, Luis de Guindos, incluso pronosticó un “rebote” de la actividad en la Unión Europea a partir de mediados de 2020. “La desaceleración económica que arrancó en 2018 está tocando fondo”, resumió.
En España, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ya ha revisado al alza su previsión de crecimiento del PIB para el último trimestre del año, del 0,4% al 0,55%, casi el mismo –0,54%– que adivina para los tres primeros meses del año próximo. Analistas Financieros Internacionales (Afi) también va a revisar al alza sus previsiones de crecimiento para el final del año, según avanza Rui Mota Guedes a infoLibre. Afi pronosticó un alza del PIB para este ejercicio del 1,9%, dos décimas menos que el Gobierno, pero Mota Guedes cree más que probable que la economía española alcance el 2% –ocho décimas por encima de la media de la eurozona– a la vista de su comportamiento en el tercer y cuarto trimestre.
“Nunca vimos el panorama de alarma que se extendió después del verano y que poco menos que nos abocaba a una nueva crisis”, explica por su parte María Jesús Fernández, analista de Funcas, el gabinete de estudios de las cajas de ahorro. El diagnóstico es compartido: por una parte, las incertidumbres exteriores se han disipado y los riesgos no se han materializado; por otra, durante los últimos años la economía española “no ha generado desequilibrios”, indica la analista de Funcas, que puedan perjudicar a su actual “buena salud”, como la describe el analista de Afi. “Está más equilibrada ahora que en el pasado, con una cuenta corriente positiva, menores importaciones y menos inversión en vivienda”, detalla Rui Mota. Ni ha creado burbujas ni asimetrías que puedan terminar contrayendo el consumo o la inversión; el endeudamiento privado se ha reducido, las empresas están menos apalancadas y disponen de más recursos propios; el coste de la deuda para particulares y compañías se encuentra en mínimos históricos.
Además, se sigue generando empleo, recuerda el analista de Afi, “aunque con menos fuelle” que cuando la economía crecía por encima del 3%. Según la previsión de Funcas, el número de afiliados a la Seguridad Social aumentará este mes en 54.200 personas, de forma que para todo el año el empleo crecerá en 491.000 personas respecto a 2018, un 2,6%. Menos que en 2018, cuando aumentó un 3%. Pero será el sexto ejercicio consecutivo en que España mejorará su número de ocupados. El año, por tanto, cerrará con 19,28 millones de personas con trabajo, la cifra más elevada desde 2011.
En resumen, la economía nacional continuará desacelerándose, pero lo hará de forma “suave”. Para 2020 Afi prevé que el PIB español crezca un 1,7%, dos décimas menos que su última estimación para el año que ahora acaba. Aun así por encima del cálculo del BCE para la zona euro, sólo del 1,1% para el próximo ejercicio, que se elevará hasta el 1,4% en 2021 y 2022.
Ajuste fiscal
Ni Funcas ni Afi creen que las dificultades para formar gobierno tengan un impacto reseñable en el crecimiento a estas alturas del año. Rudi Mota no considera probable una nueva convocatoria de elecciones. “Nuestro escenario principal es que se forme un gobierno con el PSOE”, resume. Y María Jesús Fernández sostiene que sólo una política “muy disruptiva” del futuro Ejecutivo podría perjudicar al PIB. “Como una derogación de la reforma laboral, por ejemplo”, precisa. Además, como los nuevos Presupuestos no estarán listos hasta mediado el próximo año, su efecto no se notará hasta entonces.
No obstante, la analista de Funcas espera que haya continuidad en la política fiscal. Los ajustes de 9.600 millones de euros que Bruselas exige a España para cumplir con el objetivo de déficit no deberían tener consecuencias. “Además, cada vez se habla más en Europa de que hay que aflojar las políticas fiscales, por lo que ya se verá si ese ajuste es necesario o cómo se aplicará, si en un ejercicio o en un periodo más largo, por ejemplo”, precisa Rudi Mota. María Jesús Fernández advierte de que si no se cumple con el déficit el crecimiento será aún mayor, “pero a costa del crecimiento futuro”. Por eso la analista de Funcas prefiere medidas que reduzcan el déficit estructural, “en lugar de dejar que sea sólo el ciclo el que lo recorte”.
Guerra comercial y Alemania
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En cualquier caso, ambos expertos coinciden en que el elemento que debe someterse a vigilancia es el exterior. Porque, pese a que Donald Trump acaba de anunciar “un gran acuerdo” con China que paraliza la imposición de unos aranceles previstos para este próximo domingo, se trata sólo de la “fase uno” de la negociación. Y Alemania puede ser el principal perjudicado de una guerra comercial con China, apunta Rudi Mota. El motor germano, que tira de la economía española y ha escapado por la mínima de la recesión en este final de año, crecerá en 2020 un raquítico 0,5%. “Pero disfruta casi de pleno empleo [su tasa de paro era del 4,8% en noviembre] y los salarios crecen por encima del 2%”, recuerda el analista de Afi.
De hecho, el Bundesbank se apuntó este mismo viernes al discurso optimista: la economía alemana acelerará su expansión en 2021 y 2022, con un 1,4% de mejora del PIB, gracias a un “crecimiento más vigoroso de las exportaciones” que reactivará su industria. También el Green Dealpublicitado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen –movilizar 100.000 millones de euros para convertir a Europa en un territorio neutro en emisiones en 2050–, puede ser un potente revulsivo económico y “dará más margen de maniobra también a Alemania”. “Pero eso no será antes de 2021”, advierte Mota Guedes.
Para María Jesús Fernández, el punto débil español, y europeo, es también el reto tecnológico y su efecto sobre la productividad, que aún no se está notando, lamenta.