El Foro Económico Mundial (World Economic Forum) que se reúne en Davos-Klosters (Suiza) desde mañana miércoles hasta el día 25, no usa falsas modestias: va a analizar cómo remodelar el mundo. Durante tres días, el encuentro patrocinado por la fundación sin ánimo de lucro que creó el empresario Klaus Martin Schwab en 1971, aspira a reunir a 250 líderes políticos y responsables de organizaciones internacionales.
El lema de la reunión, a la que no acudirá el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, es La remodelación del mundo: consecuencias para la sociedad, política y negocios. De acuerdo con el Executive summary hecho público por la organización, la élite mundial del capitalismo debatirá cómo mejorar la gobernanza global a través de la cooperación público-privada.
Todo cabe en Davos. Entre los debates que ocuparán a la crema y nata de la política y de las finanzas mundiales, alcaldesa de Madrid incluida, figuran el espionaje (The Big Brother Problem), el cambio climático (Decoding Climate Signals), la economía por supuesto (The Creative Economy), la demografía (Africa's Next Billion), la medicina (The Neuroscience of Leadership) o los territorios en los que el capitalismo todavía tiene campo de desarrollo (Eurasia, the next frontier?).
Contexto más favorable
El contexto de la reunión, este año, es un poco distinto a los anteriores. La crisis que azotó al sistema desde 2008 parece encarrilada, el euro ha aguantado y Alemania ha logrado imponer sus tesis de austeridad para contener los desequilibrios en la Unión Europea, aún a costa de arrasar las sociedades de los países del Sur. El sistema se sostiene a pesar de que países como Grecia y España soportan tasas de desempleo escandalosas (27% y 26% respectivamente) y asisten al desmantelamiento de un Estado del bienestar que nunca llegó a madurar.
Pero si el contexto económico es un poco más favorable, no se puede decir precisamente que haya sido gracias a los planes y a las discusiones que la "task force" del capitalismo mundialtask force ha mantenido en Davos en los últimos años. Desde 2011, hay un debate central no resuelto: el aumento de la desigualdad y la polarización de rentas. Lo cuenta el periodista Andy Robinson en su libro Un reportero en la montaña mágica.
Hace dos años, el director de la revista Time, Fareed Zakaria, dio el aviso en su ponencia en Davos:Time “Si todos los beneficios del crecimiento del PIB van a parar a los bolsillos de los más ricos, estos invertirán el dinero en mercados de activos especulativos como la Bolsa o el sector inmobiliario, y esto crea burbujas, amenazando el crecimiento económico sostenible…”. Es lo que ha sucedido.
El reciente informe hecho público por la ONG Intermón Oxfam para provocar el debate en Davos muestra que las advertencias no han servido de nada. El informe titulado Gobernar para las élites: secuestro democrático y desigualdad económica sostiene que la riqueza conjunta de las 20 mayores fortunas de España (77.000 millones de euros) equivale a los ingresos del 20% de la población más pobre del país. Intermón Oxfam denuncia que las élites económicas "están secuestrando el poder político para manipular las reglas del juego económico". En ese mismo documento, la ONG asegura que casi la mitad de la riqueza mundial está en manos del 1% de la población.
En manos de una minoría
La organización no gubernamental advierte de que 81 billones de euros, el 46% de la riqueza del planeta, está en manos de una minoría, un nivel de desigualdad "sin precedentes", que amenaza con "perpetuar las diferencias entre ricos y pobres hasta hacerlas irreversibles". Según esos mismos cálculos, las 85 personas más ricas del mundo poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial.
Da igual. La élite, insensible, se felicitaba en Davos por el éxito de sus recetas mientras (año 2011) en EEUU, explica Robinson, "la cifra de personas que, a causa de la pobreza, se habían visto forzadas a solicitar ayuda alimentaria alcanzaba los 50 millones".
La élite está formada por milmillonarios, cuyo número, señala Robinson basándose en la revista Forbes, ha crecido un 27% desde 2007. De esa élite forman parte personajes muy conocidos (todos ellos Davos Men) como Bill Gates (Microsoft, 59.000 millones), Sergey Brin (Google, 23.000 millones), Michael Dell (Dell, 15.000 millones) y George Soros (Quantum, 22.000 milones).
Más cinismo que ingenio
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Pero también personajes que hacen gala de más cinismo que ingenio. Relata Robinson cómo Martín Winterkorn, presidente de Volkswagen, "auténtico forofo del Foro Económico Mundial (...), duplicó su remuneración en 2012 hasta los 17 millones de euros, no sin lamentarse, en una sombría y cínica demostración de humor negro digna de un personaje de la novela de Mann (Thomas, La Montaña Mágica), de que nadie le impidiese cobrar tanto dinero.
Winterkorn, como el cantante de U2, el irlandés Bono (célebre en los encuentros de Davos, a quien Robinson vincula a especuladores del ladrillo en Irlanda y a maniobras para no pagar impuestos), o el economista Nouriel Roubini (exasesor de Bill Clinton), son Davos Men, la élite que se aleja de la masa empobrecida, capaz de todos los cinismos.
Cuenta Robinson: "Escuché al geopolítico Ian Bremmer y el economista-inversor, Nouriel Roubini planificar una conferencia que tratara sobre las desoladoras experiencias para la economía global y optar finalmente por celebrarla en la isla caribeña de Saint Bars porque las playas y las fiestas eran mejores allí". Nada como la imagen de un paraíso para inspirarse y remodelar el mundo.
El Foro Económico Mundial (World Economic Forum) que se reúne en Davos-Klosters (Suiza) desde mañana miércoles hasta el día 25, no usa falsas modestias: va a analizar cómo remodelar el mundo. Durante tres días, el encuentro patrocinado por la fundación sin ánimo de lucro que creó el empresario Klaus Martin Schwab en 1971, aspira a reunir a 250 líderes políticos y responsables de organizaciones internacionales.