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Precariedad laboral

España registra 3,6 millones de contratos más que en 2007, pero tiene el doble de paro que entonces

La secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas.

El año 2018 termina con 19,02 millones de afiliados a la Seguridad Social, una cifra que recupera casi la alcanzada en 2007, antes de la crisis, cuando la economía española estaba en su apogeo. Es decir, desde 2013, cuando se hundió en niveles mínimos, el mercado laboral ha recuperado 2,66 millones de cotizantes. Desde entonces crece a razón de medio millón de empleos cada año. Este último ejercicio, pese a la desaceleración económica, el número de afiliados ha aumentado en 563.965 personas, un 3,06% respecto a 2017.

En 2018 también la contratación se ha encaramado en cifras de récord. Casi 22,3 millones de contratos se registraron en las oficinas de los servicios públicos de empleo, más que nunca. En 2007, con un nivel de afiliación similar, sólo se firmaron 18,62 millones de contratos. Es decir, el número de contratos ha crecido un 19,67% –3,66 millones más– para una cifra de empleos equivalente. En el último año se han registrado 790.378 contratos más que el anterior, una cifra que sobrepasa en 226.413 el alza de la afiliación. Al tiempo, ambos números multiplican el dato de quienes han abandonado las listas del paro: 210.484 personas en 2018.

En resumen: el número de cotizantes es similar al de los tiempos precrisis, pero, con casi un 20% más de contratos que en 2007, la tasa de desempleo, el 15,3%, casi dobla la de hace 11 años. Sigue habiendo 3,2 millones de parados.

La disparidad entre unos datos y otros se explica, en primer lugar, por la alta tasa de temporalidad. En el tercer trimestre de este año alcanzó el 27,4%, cinco puntos más que en 2013, el punto más bajo de la crisis. Pero, además, el porcentaje de contratos hiperbreves es mucho mayor ahora que antes de la crisis. Según las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) hasta noviembre, el año pasado se registraron 5,46 millones de contratos de menos de una semana de duración, más del doble de los que se firmaron en 2007. Entonces representaban el 14,85% de los contratos; ahora su peso se eleva al 26,5%. Los de menos de un mes suman 7,8 millones y suponen el 37,88% de la contratación; en 2007 eran sólo 4,54 millones, el 26,19%.

Al aumentar el peso de los contratos más breves, la duración media de los contratos en España se ha desplomado en los últimos años. Si en 2007 un contrato tenía una vida media de sólo 79,33 días –superaba los dos meses y medio–, en 2018 se quedó en 52,68 días –un mes y 23 días–.

Para intentar frenar el abuso de los contratos hiperbreves, el Gobierno acaba de aprobar un aumento del recargo en las cotizaciones a la Seguridad Social que ya tenían los de menos de siete días de duración. Ha pasado del 36% al 40% para aquellos de menos de cinco días. La medida pretende ser sobre todo desincentivadora más que recaudatoria. Aun así, la previsión del Ministerio de Trabajo es ingresar 50 millones de euros más por esos seis puntos adicionales en las cuotas.

En su último informe sobre la coyuntura laboral, CCOO advierte de que esos contratos breves se concentran en un número limitado de empleos muy precarizados. Según sus cifras, cada empleo ligado a contratos de muy corta duración requiere una media de 3,4 contratos al mes o 30 contratos en nueve meses. Y se concentran en apenas el 1,3% de la población asalariada. El sector donde más contratos hiperbreves se firman es la hostelería: el 33,8%. Le siguen la industria y las actividades administrativas, pero a una distancia considerable, puesto que registran una tercera parte de los contratos que proporciona la hostelería.

La dualidad resiste

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Pese a que los contratos indefinidos han crecido un 10,46% en el último año, la proporción entre éstos y los temporales no ha cambiado sustancialmente en estos últimos años. Siguen firmándose nueve temporales por cada fijo. Y entre los fijos, el 39% procede de la conversión de uno temporal.

Las instituciones europeas han advertido en numerosas ocasiones a España sobre el abuso del contrato temporal y los organismos internacionales también le han conminado a atajar la dualidad del mercado de trabajo. De momento, la Inspección de Trabajo ha conseguido convertir en indefinidos 47.200 empleos temporales que se encontraban en fraude de ley, según anunció el pasado octubre la ministra Magdalena Valerio como primer resultado de una campaña de choque.

Sin embargo, para los sindicatos no es suficiente. Exigen que se derogue la reforma laboral de 2012, a la que culpan de la precarización del empleo. UGT asegura que la reforma del PP ha aumentado la rotación en el empleo –varios contratos para un solo puesto de trabajo– tras “desequilibrar el sistema de relaciones laborales en favor de las empresas”. CCOO pide que se modifiquen en concreto los artículos 15 y 42 del Estatuto de los Trabajadores, que definen los casos en que puede hacerse un contrato temporal y las condiciones de las subcontratas, respectivamente. CEOE, por el contrario, reclama una “rebaja generalizada” de las cotizaciones a la Seguridad Social. A su juicio, los aumentos de las bases máximas y mínimas de cotización recién aprobadas por el Gobierno no favorecen ni las subidas de salarios ni la creación de empleo.

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