La compañía italiana Enel, controlada por el Estado italiano (31,4% del capital), está vaciando la eléctrica Endesa para mejorar sus estados financieros, lastrados por una deuda de 41.539 millones. Enel, sostienen expertos en el sector energético como Jorge Fabra (Economistas Frente a la Crisis) o Javier García Breva (ex director del IDAE), está exprimiendo al máximo la compañía que adquirió en 2009 con planes para repartir hasta 15.000 millones en dividendos y el traspaso de los activos de la filial española en América latina -el verdadero núcleo del negocio- a la matriz. Todo sin ruido. Ni los principales partidos, ni los órganos reguladores, ni el Gobierno han hecho valoración alguna.
El plan para exprimir Endesa tiene tres patas: traspaso de lo mejor del negocio de la eléctrica en América Latina a la matriz (16.240 MW, el 41% de la compañía); reparto de dividendos -hasta 15.000 millones - y venta en Bolsa (OPV) de un 17% del capital de la filial, según información del diario italiano Il Sole 24 Ore.
Consultada la compañía, un portavoz se limitó a señalar que la posibilidad de que Endesa reparta un segundo dividendo -el primero ya ha sido aprobado y su importe es similar a lo pagado por Enel a Endesa por los activos latinoamericanos, 8.252 millones- "está por decidir. Si se aprueba se comunicará como es obligado".
El resumen de la operación, diseñada a instancias del nuevo Gobierno italiano de Matteo Renzi, es que Enel se queda con la joya de la corona de Endesa -los activos latinoamericanos- casi gratis: paga 8.252 millones y cobra en forma de dividendo 7.591, el importe que determina su participación el 92% en el capital. Además, compensa a los accionistas minoritarios (8% del capital) con un dividendo que suaviza las críticas.
Segundo dividendo
Ahora, plantea un segundo dividendo, lo que elevaría el reparto a unos 15.000 millones y prepara la venta de un 17% de las acciones, con lo que aún controlaría un 75% del capital. Enel lo explicó así en un hecho relevante enviado a la CNMV : “Enel valorará, en su caso, y siempre y cuando las condiciones de mercado lo permitan, eventuales operaciones en el mercado de capitales que puedan poner en valor las acciones de Endesa y resolver la situación actual de limitada liquidez del título”.
Endesa sostiene que tanto la compra de activos de América Latina como el pago de un segundo dividendo no sólo no reducirán deuda de Enel, sino que la aumentarán por el reparto a los accionistas minoritarios. Pero las operaciones afectarán al flujo de caja de Enel, lo que permitirá organizar las finanzas de la matriz de mejor forma mientras cierra la venta de un paquete de acciones de Endesa en la OPV. Deutsche Bank y Merrill Lynch trabajan con Endesa en la valoración de activos, mientras que Enel cuenta con Credit Suisse y JP Morgan.
"Están ordeñando la vaca al máximo", resume García Breva. "Es un vergonzoso final de un desastre político que comenzó con el ambicioso plan de José Montilla (ministro de Industria con Rodríguez Zapatero entre 2004 y 2006 y presidente de la Generalitat entre 2006 y 2010) para llegar a la presidencia de la Generalitat".
Una OPA hostil
"En ese marco", continúa García Breva, se produjo "la OPA hostil de Gas Natural sobre Endesa en 2005, la pelea política en torno a la empresa (el PP apoyó la oferta alemana de E.ON por la eléctrica frente a Gas Natural-La Caixa) y los pelotazos que se dieron alrededor, desde los 11.107 millones que Acciona cobró por vender el 25% de la compañía a Enel, a la colocación de políticos en los consejos de Enel y de filiales de Endesa".
Enel, efectivamente, tiene bien engrasada la puerta giratoria entre la política y la empresa. La compañía italiana nombró consejero al exministro socialista Pedro Solbes; colocó al expresidente José María Aznar como asesor internacional y sentó en el consejo de la filial chilena Chilectra a Elena Salgado, la sucesora de Solbes en la cartera de Economía del Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero.
Al frente de Endesa, Enel colocó Borja Prado, hijo del embajador y asesor financiero del Rey Juan Carlos Manuel Prado y Colón de Carvajal. Borja Prado es banquero de negocios, encargado del banco italiano Mediobanca en España. Prado compagina sin ningún obstáculo la presidencia de la eléctrica Endesa con la labor de Mediobanca como asesor en operaciones en el mismo sector.
García Breva, ex diputado socialista, no es el único que sitúa en la OPA hostil de Gas Natural el comienzo de la desgraciada historia empresarial de la que fue primera eléctrica del país, completamente privatizada por el Gobierno de José María Aznar en mayo de 1998.
Oposición del PP
"La desgracia" asegura un alto responsable de Industria en los Gobiernos de Zapatero "fue la oposición del PP a la OPA de Gas Natural, todo para salvar a Pizarro (Manuel Pizarro, actual consejero delegado de El Corte Inglés presidió Endesa entre 2002 y 2007)".
La idea más extendida es que Enel está ordeñando la vaca. Pero "es su vaca", subrayan fuentes de la eléctrica que preside Borja Prado. Enel controla el 92% de Endesa desde 2009, pagó por ella 40.000 millones de euros y el nuevo Gobieno de Renzi quiere resultados.
"Es un saqueo energético, Enel vacía Endesa, se queda con sus activos a precio de saldo y ni el PP, ni el PSOE, ni los órganos reguladores dicen nada" critica García Breva. En realidad, poco pueden decir. Desaparecida la antigua Comisión Nacional de la Energía (CNE), la última palabra en una operación cómo la de Enel corresponde al Ministerio de Industria, por encima de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).
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Respeto
Pero no habrá última palabra. El secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, aseguró en junio, en un seminario celebrado en Santander que "las decisiones que tome Enel respecto a Endesa son las propias de una empresa que intenta mejorar su gestión para dar un servicio a un mejor coste, y mientras no afecte al suministro nuestra posición es de máximo respeto".
Enel cierra sin oposición una etapa y abre la de hacer caja. La pelea por el control de Endesa, que propició negocios fabulosos como el de Acciona, ya es historia. La compañía de los Entrecanales, aliada de Enel en la pelea por Endesa y en socorro del Gobierno de Rodríguez Zapatero, controló entre 2007 y 2009 un 25% de la eléctrica. Lo vendió a Enel por 11.107 millones, un buen "pelotazo".
La compañía italiana Enel, controlada por el Estado italiano (31,4% del capital), está vaciando la eléctrica Endesa para mejorar sus estados financieros, lastrados por una deuda de 41.539 millones. Enel, sostienen expertos en el sector energético como Jorge Fabra (Economistas Frente a la Crisis) o Javier García Breva (ex director del IDAE), está exprimiendo al máximo la compañía que adquirió en 2009 con planes para repartir hasta 15.000 millones en dividendos y el traspaso de los activos de la filial española en América latina -el verdadero núcleo del negocio- a la matriz. Todo sin ruido. Ni los principales partidos, ni los órganos reguladores, ni el Gobierno han hecho valoración alguna.