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EL EXPOLIO DEL CONGO

La mayor filtración de documentos de África revela cómo el clan Kabila y el banco BGFI encubrieron la corrupción endémica en Congo

El presidente de la República Democrática del Congo, Félix Thisekedi, y su antecesor, Joseph Kabila, en abril de 2020.

Bloomberg

El Congo Hold-up (El expolio del Congo), la mayor filtración de documentos financieros de África, revela cómo se utilizó un banco privado de la República Democrática del Congo para sustraer 138 millones de dólares (121,4 millones de euros) de fondos públicos para el enriquecimiento de la familia y los socios del ex presidente Joseph Kabila.

El grupo anticorrupción con sede en París Plataforma para la Protección de los Denunciantes de Corrupción en África, (PPLAAF), y el periódico online francés Mediapart obtuvieron los más de 3,5 millones de documentos que cubren casi una década de actividad en el Groupe BGFI Bank SA. La red de medios de comunicación European Investigative Collaborations (EIC), de la que forma parte infoLibre, y sus socios –Bloomberg (EEUU), RFI-Radio France Internationale (Francia), L'Orient le Jour (Líbano), BBC Africa Eye (Reino Unido), KvF (Islas Féroe), The Namibian (Namibia), The Continent (Sudáfrica) y The Wire (India) – se han unido a un grupo de organizaciones de investigación sin ánimo de lucro lideradas por PPLAAF, junto con Public Eye (Suiza), The Sentry (EEUU), Resource Matters (Bélgica) y Congo Research Group (EEUU), que han dedicado un año a analizar extractos bancarios, correos electrónicos, contratos, facturas y registros corporativos. Los documentos también incluyen detalles de millones de transacciones bancarias.

“Las filtraciones exponen con gran detalle las artimañas utilizadas por el banco y sus clientes para encubrir la corrupción endémica, y el papel que desempeñan los bancos internacionales para posibilitar esos tratos”, explica Henri Thulliez, director de PPLAAF. “Es poco frecuente tener acceso a tantos documentos bancarios”.

El consorcio, formado por más de 15 medios de comunicación y cinco ONG repartidas por cuatro continentes, continuará publicando artículos basados en sus conclusiones durante las próximas semanas. El BGFI no ha querido hacer ningún comentario sobre las revelaciones de El expolio del Congo. La sede central del banco y su filial congoleña no han respondido a los correos electrónicos, mensajes de texto y llamadas telefónicas que el consorcio de investigación les ha enviado durante las últimas cuatro semanas.

El banco, con sede en Gabón y cuyo nombre completo es Banque Gabonaise et Française Internationale, tiene sucursales en nueve países africanos y en Francia. Abrió una filial en Kinshasa, la capital del Congo, en 2010, y entregó a la hermana de Kabila, Gloria Mteyu, una participación del 40% en la empresa. El hermano del entonces presidente, Selemani Francis Mtwale, fue nombrado director general de la nueva entidad. Ni Mteyu ni Selemani –que ya no forman parte del BGFI– han contestado al consorcio. Tampoco el expresidente Joseph Kabila ha respondido a las preguntas que le han enviado los medios que participan en la investigación.

La filtración, bautizada como Congo Hold-up (El expolio del Congo), muestra que al menos 140 millones de dólares procedentes del Estado transitaron por el banco durante seis años con destino a empresas propiedad de los familiares y aliados más cercanos de Kabila. Después de que el hermano del presidente se viera obligado a abandonar la filial congoleña de la entidad en 2018, los departamentos de auditoría y cumplimiento del BGFI intentaron congelar las cuentas de las empresas vinculadas a su antiguo jefe. Sin embargo, los antiguos empleados de Selemani les hicieron caso omiso, ordenando transferencias y retiradas de efectivo, según muestran los correos electrónicos del banco.

Los registros muestran que las cuentas del Banco Central del Congo en el BGFI enviaron más de 84 millones de dólares a las empresas vinculadas a Kabila, mientras que decenas de millones de dólares llegaron de otras partes del Estado, incluyendo casi siete millones de dólares de la misión permanente del país ante las Naciones Unidas y 15 millones de dólares de la empresa minera estatal.

Los documentos también revelan cómo los propietarios chinos de las preciadas minas de cobre y cobalto del Congo utilizaron el BGFI para canalizar millones de dólares a personas y empresas directamente relacionadas con la familia de Kabila.

Tanto como colonia belga como después al convertirse en una nación independiente, el Congo tiene una larga historia de líderes que extraen la riqueza del país para su propio beneficio. A pesar de ser rico en recursos naturales, sus 100 millones de ciudadanos se encuentran entre los más pobres del mundo.

El papel desempeñado por el BGFI y Selemani en esta historia se ha ido desvelando poco a poco desde 2016, cuando un antiguo responsable de cumplimiento de la filial del banco en Kinshasa filtró un conjunto de documentos internos mucho más pequeño. A medida que se acumulaban las vergonzosas revelaciones, el BGFI reaccionó reestructurando su sucursal en el Congo, aparentemente reevaluando la conveniencia de su decisión de hacer negocios con los Kabila. En 2018, la sede de Gabón destituyó a Selemani como director general y reclamó las acciones de Mteyu.

Dimisión y huida

Presionado por la comunidad internacional, Kabila dimitió a regañadientes a principios de 2019, tras casi dos décadas en el poder. El actual jefe de Estado, Félix Tshisekedi, ha reducido gradualmente su dependencia de Kabila y ha purgado a los leales a su predecesor del Gobierno del Congo.

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En el ocaso de la presidencia de Kabila, al BGFI y Selemani les preocupaba ser sancionados por el Gobierno de Estados Unidos, según muestran los documentos a los que ha tenido acceso El expolio del Congo. El país africano depende del dólar estadounidense para la mayoría de sus transacciones, por lo que quedar fuera del sistema financiero estadounidense podría haber obligado al banco a cerrar.

A mediados de 2018, el auditor jefe de la sucursal congoleña completó una investigación interna que identificó a casi 30 clientes vinculados a ejecutivos y altos directivos del banco, así como a la familia Kabila. El informe, que encontró descarados conflictos de intereses no declarados, clasificó la gobernanza del banco como “inaceptable” y de “muy alto riesgo”. También sugirió que algunas transacciones en las que participaban las “partes relacionadas” eran fraudulentas y posiblemente delictivas.

A medida que menguaba el control de Selemani sobre la filial de Kinshasa, el clan presidencial entró en pánico y durante varios meses de 2018 sacó de sus cuentas en el BGFI los aproximadamente 30 millones de dólares que aún mantenía en el banco. Los documentos muestran que, a lo largo de seis años, la red de empresas bajo el control de Selemani retiró más de 80 millones de dólares en efectivo de las cuentas del BGFI, y una sola persona sacó más de 50 millones. En un momento dado, cuando el éxodo estaba en pleno apogeo, un directivo se preocupó de que el BGFI en Congo se quedara sin dólares, según una presentación en power point preparada para el comité de auditoría del banco.

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