El interés de Abu Dabi para adquirir el 100% de Naturgy ha supuesto un golpe en la mesa en el sector energético español. Tras dos jornadas de especulaciones, el miércoles el grupo emiratí Taqa anunció su intención de hacerse con la totalidad de la principal gasista española y Naturgy reconoció que mantienen conversaciones sobre esta cuestión, que supondría poner en manos de capital extranjero no solo el suministro de gas y electricidad de millones de hogares, sino de infraestructura estratégica del país. La compañía dirigida por Francisco Reynés controló en 2022 el 52% del gas natural que entró en España por tubería y el 29% del que se importó mediante barcos.
La antigua Gas Natural Fenosa es de lejos la principal gasista de España. Tiene 2,01 millones de contratos de gas con hogares y empresas, y cuenta con otros 1,58 millones de clientes con tarifa de último recurso de gas, la regulada por el Gobierno, y juntos suman el 45% de la cuota de mercado. En el sector eléctrico es el tercer actor tras Iberdrola y Endesa, con 4,4 millones de suministros entre libres y regulados, el 14,5% del total del mercado, según la CNMC. En total, Naturgy produjo en 2023 el 10,4% de la electricidad generada en España y vendió el 20,7% del gas que se consumió en el país, según la información publicada en sus cuentas anuales.
Además de dominar las ventas minoristas, también es uno de los grandes generadores de electricidad y el mayor importador de gas natural del país, por lo que controla un recurso clave para el futuro de la economía. Es dueña de más de una decena de centrales de ciclo combinado, tiene participaciones minoritarias en dos de las cinco centrales nucleares del país, opera nueve centrales hidroeléctricas y cada año aumenta su cartera solar y eólica. En España también controla 57.000 kilómetros de tuberías de gas y 115.000 kilómetros de redes eléctricas.
Ante este panorama, el Gobierno ya ha adelantado que tomará partido en la operación, si se produce, ya que considera a Naturgy una empresa estratégica para el futuro del país. Antonio Canyora, profesor de la Universidad Pontificia Comillas y antiguo director de Unión Fenosa, opina que la gasista "es un elemento central del suministro de gas en España", puesto que domina tanto el sector regulado como el libre, y fue la artífice de la red de gas ciudad durante el siglo pasado. Sobre las posibles trabas a la compra-venta de la compañía, Canyora cree que lo más complicado vendrá por su implicación en la infraestructura gasista del país y su relación con la CNMC. "Las tarifas y peajes de la parte regulada son impuestas desde fuera, pero es que además tiene una gran implicación en el desarrollo de la red. Si entra un nuevo accionariado tendrá que decidir cuánto invertir en un momento en el que se necesita ampliar la red gasista", afirma el experto.
La división internacional de la compañía tiene incluso más valor que su cartera de clientes en España, ya que Naturgy cuenta con acuerdos comerciales para adquirir gas natural a largo plazo con al menos seis países. Su principal socio histórico es Argelia, con quien comparte la titularidad del gasoducto Medgaz por el que llega gas a Almería, unos 5.000 millones de metros cúbicos al año. También tiene pactada la compra de gas licuado mediante barcos para las próximas décadas con Estados Unidos, Rusia, Trinidad y Tobago, Nigeria y Omán, con los que introduce unos 15.000 millones de metros cúbicos de gas al año, según la organización internacional de países importadores de gas natural licuado.
Daniel Stemler, reportero de Energy Intelligence afincado en Madrid, explica la energética con sede en Madrid es también una potencia europea y tiene la cuarta mayor cartera de comercio de gas licuado de la Unión Europea, tras Shell, TotalEnergies y BP. "Es curioso porque la prensa europea apenas habla de Naturgy, pero es sin duda uno de los grandes actores del mercado", afirma. El experto también se sorprende de que entre las empresas emiratíes, sea Taqa la que trate de entrar en Naturgy, ya que siendo un país exportador de gas, esta empresa se dedica fundamentalmente a la energía limpia. "Es llamativo porque Taqa no tiene prácticamente negocio de gas natural licuado (GNL), sino que está más involucrada en proyectos renovables en Estados Unidos y Emiratos Árabes. Puede que sea su manera de entrar en el negocio del gas, pero en si hablamos de empresas emiratíes tendría más sentido una inversión de Adnoc [la mayor petrolera y gasista de ese país]", añade Stemler.
El gobierno tendrá que dar el visto bueno
El acuerdo de Naturgy con Rusia, que finaliza en 2038, ha provocado reiterados roces de la gasista con el Gobierno. Tras la invasión de Ucrania, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha pedido en varias ocasiones a las energéticas españolas que rompan lazos con las compañías rusas, en clara alusión a Naturgy, pero durante la presentación de resultados de 2022, Reynés ya dejó claro que su contrato con el consorcio ruso Yamal LNG se ejecutará hasta el final. "Naturgy es una compañía que cumple con sus compromisos y los lleva a término hasta las últimas consecuencias. Obviamente, si hubiera un motivo justificado para romper el contrato lo haríamos, pero a día de hoy no lo hay", señaló en febrero de 2023. El Gobierno maniobró también 2020 para frenar la división de Naturgy en dos empresas, una con el negocio regulado del gas y la luz, y otra con los liberalizados. En 2021 volvió a intervenir para obligar al fondo australiano IFM a garantizar las inversiones renovables en Naturgy a cambio de entrar en su accionariado, como después ocurrió, con el 15% actual.
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Las conversaciones anunciadas este miércoles deberán contar de nuevo con el visto bueno del Gobierno, que ya ha manifestado en casos como el de Telefónica o con la propia ley antiopas su intención de proteger sectores estratégicos. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, adelantó este miércoles que el Ejecutivo espera que el capital que entre en la compañía "sea claro, transparente y a ser posible español", cerrando la puerta a la entrada de los emiratíes. Sin embargo, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, añadió después desde Washington que España tiene "los instrumentos normativos necesarios para proteger nuestros intereses estratégicos", dando a entender que podría interponerse en la operación mediante la exigencia a Taqa de cumplir con determinados objetivos. "A veces, esta protección conlleva la entrada del Estado en la participación, como es el caso, por ejemplo, de Telefónica. Pero, por ejemplo, en el caso de Orange y MásMóvil, lo que conllevó es una serie de requisitos para que se mantengan las inversiones y el mantenimiento también del empleo en España", añadió Cuerpo.
Por su parte, el grupo energético Taqa envió este miércoles un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), confirmando que mantiene conversaciones con Criteria, el brazo industrial del banco La Caixa y máximo accionista de Naturgy. También confirmó que está en contacto con los fondos CVC y GIP, segundo y tercer accionista de Naturgy, para hacerse con sus participaciones. Estos dos últimos cuentan cada uno con más del 20% de las acciones de la gasista, y como confirmó Taqa en su escrito a la CNMV, "si dicha adquisición se produjera, debería formularse una oferta pública de adquisición por la totalidad del capital de Naturgy", ya que la normativa obliga a adquirir el 100% de una cotizada si se pretende comprar más de un 30% de la compañía.
En los últimos meses también ha habido otros acercamientos de compañías de Oriente Próximo a energéticas europeas. La semana pasada trascendió que Adnoc, la mayor petrolera de Abu Dabi, barajó comprar total o parcialmente la británica BP, la mayor empresa del sector en el continente. Aramco, la mayor petrolera del mundo afincada en Arabia Saudí, también se disputa con Shell la compra de Pavilion Energy, que tiene oficinas en Madrid tras adquirir en 2019 la cartera de gas natural licuado de Iberdrola, y está presente en otros países de Europa.
El interés de Abu Dabi para adquirir el 100% de Naturgy ha supuesto un golpe en la mesa en el sector energético español. Tras dos jornadas de especulaciones, el miércoles el grupo emiratí Taqa anunció su intención de hacerse con la totalidad de la principal gasista española y Naturgy reconoció que mantienen conversaciones sobre esta cuestión, que supondría poner en manos de capital extranjero no solo el suministro de gas y electricidad de millones de hogares, sino de infraestructura estratégica del país. La compañía dirigida por Francisco Reynés controló en 2022 el 52% del gas natural que entró en España por tubería y el 29% del que se importó mediante barcos.