El turismo genera un evidente impacto positivo en una economía: crea riqueza, genera empleo, lo que se traduce en mayores ingresos públicos indirectos derivados del consumo. No obstante, esos beneficios van en parte a sufragar los costes que el propio turismo genera por el uso de los recursos naturales y los servicios públicos. Por eso, una gran parte de las ciudades más turísticas del mundo cobran una tasa a los visitantes: París, Viena, Venecia, Dubrovnik, Berlín, Atenas, Budapest, Nueva York, Tokio, Bali… En España, solo está presente, de momento, en las ciudades catalanas y baleares. Las valencianas, lo tendrán a partir de diciembre. Este jueves, la OCDE ha instado a Andalucía a plantearse hacerlo también, tras el rechazo de la Junta andaluza hace unos meses.
El organismo internacional ha publicado este jueves un exhaustivo sobre la política fiscal medioambiental de Andalucía, en la que recoge una serie de recomendaciones. En un apartado específico del informe, se aborda el impacto medioambiental del turismo y su reflejo en una tasa. “Andalucía no tiene un impuesto a las estancias turísticas, como sí es el caso de otras comunidades, como Cataluña o Baleares”, subraya el informe.
“Los turistas usan infraestructuras, generan desechos, emiten gases contaminantes, tal y como los propios habitantes”, continúa el documento. “Sin embargo, el sector turístico está gravado por impuestos más bajos al consumo en algunos casos”, añaden los expertos del organismo.
“Creemos que sería positivo, no dañaría el turismo”, explica Antonio Guevara, decano de la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga y un experto en sostenibilidad y fiscalidad turística. “Igual que ocurre en otros territorios, el turista pagaría un recargo por el uso de los espacios. Lo que sí pensamos es que se debe especificar muy claramente a qué se va a destinar el dinero que se recaude, para evitar que se haga por mero afán recaudatorio”, añade el académico.
Cómo se cobra una tasa al turista
Cataluña y Balears, únicas regiones en las que los hoteles cobran tasa al turista, son las dos que más sufren el fenómeno del desgaste por el turismo, que genera verdaderos problemas en muchas ciudades. Este importe suele discurrir entre 50 céntimos y los 2 euros, una cifra pequeña para el turista cuyo impacto en las arcas públicas solo se explica en el volumen de visitas. En 2022 recibieron respectivamente 14,8 y 13,2 millones de visitas.
Les sigue Canarias, con 12,3 millones y Andalucía, con 10. En Canarias, el debate se encuentra abierto. Nueva Canarias lo pide, mientras que el Gobierno regional, liderado por el socialista Ángel Víctor Torres, pide reposo para evaluar la idea. El estudio de esta tasa fue un compromiso electoral de los socialistas canarios, postergado por el impacto de la pandemia al sector.
“Esto genera rechazo en el sector hotelero por dos motivos”, apunta Albert Vancells, coordinador del Grado de Turismo en la Universidad Autónoma de Barcelona. “Primero, critican que el cobro de la tasa afecta a su demanda, ya que el servicio resulta más caro para el turista. Yo creo que esto no es cierto: si tú generas atractivo, seguirán viniendo. El segundo motivo es que, como el IVA, al ser ellos los que recaudan la tasa tienen que hacer una liquidación, lo que les genera cierto coste. En este punto sí creo que tienen razón”, apunta el profesor universitario.
En la mayor parte de países del mundo, el cobro se hace en la recepción del hotel, al ser el método más sencillo. El decano de la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga cree que es complejo hacerlo de manera eficiente: “Los cruceros dejan muchos visitantes que no pernoctan en la ciudad, por lo que no pagan la tasa. Hay que ser más ingenioso. Podría cobrarse, quizás, por la plataforma donde reservas el viaje. Cuando, por ejemplo, reservas un viaje a Roma en un portal como Booking [una de los mayores buscadores web de alojamientos del mundo], te sale un aviso de que deberás pagar una tasa cuando llegues in situ. Hay tecnología para hacerlo online, solo hace falta voluntad”, expresa Guevara.
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El informe de la OCDE evidencia el enorme impacto que tiene el sector turístico en Andalucía y por eso pide explorar alternativas para financiar el mantenimiento de las infraestructuras y para financiar los costes que tiene el impacto del turismo. “Andalucía podría considerar si una tasa turística aseguraría que los turistas contribuyan a financiar la construcción y mantenimiento de la infraestructura adicional”, añade.
En Andalucía, esto ha derivado en un tira y afloja político que ha trascendido los colores de los partidos. Sevilla (gobernada por el socialista Antonio Muñoz desde el año pasado) y Málaga (gestionada por el popular Francisco de la Torre desde el año 2000) han pedido estudiar una tasa, en el caso del alcalde malagueño, insistiendo en hacerlo en coordinación con el sector.
Pero la Junta de Andalucía, gobernada por Juanma Moreno, lo rechazó en septiembre. El consejero andaluz de Turismo, Arturo Bernal fue rotundo: “Ahora no toca hablar de inventos”. El gobierno autonómico andaluz se basó en el mismo argumento que el canario: “Venimos de dos años y medio de duro invierno. Las empresas han tenido que soportar a pulmón problemas de financiación y liquidez y han esperado a que llegara este verano para sacar un poco la cabeza", añadió el consejero.
El turismo genera un evidente impacto positivo en una economía: crea riqueza, genera empleo, lo que se traduce en mayores ingresos públicos indirectos derivados del consumo. No obstante, esos beneficios van en parte a sufragar los costes que el propio turismo genera por el uso de los recursos naturales y los servicios públicos. Por eso, una gran parte de las ciudades más turísticas del mundo cobran una tasa a los visitantes: París, Viena, Venecia, Dubrovnik, Berlín, Atenas, Budapest, Nueva York, Tokio, Bali… En España, solo está presente, de momento, en las ciudades catalanas y baleares. Las valencianas, lo tendrán a partir de diciembre. Este jueves, la OCDE ha instado a Andalucía a plantearse hacerlo también, tras el rechazo de la Junta andaluza hace unos meses.