Todos los ojos puestos en el 'Black Friday', un termómetro para detectar síntomas de recesión en España

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En estos momentos de incertidumbre, cualquier indicador que pueda despejar alguna incógnita tiene una gran relevancia. El Black Friday llega tras meses de tambores que anuncian una recesión técnica que, de momento, no ha llegado, pero se la espera. Esta jornada de grandes descuentos generalizados supondrá un examen a la capacidad de consumo que tienen los hogares, tras experimentar un insólito aumento en sus gastos. En 2020, este evento puso de relevancia el boom pandémico del comercio digital (aunque posteriormente esta tendencia se moderó). En 2021, subrayó la situación de atasco en las cadenas globales de suministros. 2022 puede ser, quizás, el año en el que el Black Friday revele que los hogares empiezan a apretarse el cinturón.

“Estos datos pueden ser importantes, porque nos pueden dar una idea de por dónde avanza la situación económica”, explica Emilio González, profesor de Economía en la Universidad Pontificia Comillas-ICADE. “La subida de la inflación en alimentos y energía hace que las familias tengan menos dinero para el resto. Si a estos le añadimos la subida de la cuota de la hipoteca por los tipos de interés, vemos que queda aún menos renta para consumir. Si la desaceleración del consumo es fuerte, eso puede significar una caída importante de ventas, que podría traducirse en el futuro en un aumento del desempleo”, advierte González.  

Cómo medir el Black Friday  

Históricamente, el Black Friday era solo un día de ofertas: el cuarto viernes de noviembre. Es el día después de la celebración de Acción de Gracias en Estados Unidos y Canadá. Desde hace años, se implantó también el llamado Cyber Monday, que tiene lugar el lunes siguiente y que ofrece descuentos en productos tecnológicos. El afán de las empresas por adelantarse ha provocado que las ofertas se desborden de esos días, y que ya se hable de la Black Week, una de las semanas de mayor consumo, donde muchas familias aprovechan para hacer las compras de Navidad.

“Estos días suponen una oportunidad para aprovechar para comprar los regalos a precios bajos”, explica el profesor de ICADE, en alusión a que es posible que el dato de consumo se mantenga alto estos días y que la pronosticada desaceleración se postergue a la propia campaña navideña. “En Navidad se empezará a ver muchas cosas. Hay que estar pendientes de las ventas minoristas y de las grandes superficies. Una pista pueden ser las ventas de Amazon, que serán públicas antes que esas estadísticas, y que pueden dar una idea de cómo está el consumo en España”, añade González. 

En este sentido, el Ministerio de Asuntos Económicos dispone de un amplio abanico de indicadores para ir midiendo cómo avanza la actividad económica española. De esta medición depende toda la política económica, ya que de ahí se desprenden los pronósticos de crecimiento económico, desempleo, consumo o inversión, entre otros muchos. Por ejemplo, los Presupuestos Generales del Estado se apoyan en la previsión que tiene el Gobierno de los ingresos y gastos del Estado del año siguiente, que dependen de los factores mencionados.

Fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos detallan a infoLibre que el Black Friday es un pico de consumo que luego desestacionalizan en las estadísticas. El Gobierno no hace una previsión específica del consumo durante estas jornadas de ofertas. “Cuando desestacionalizas los datos, te permite evitar la distorsión de los datos que producen los picos de ventas en días como el Black Friday. Es importante para ver en realidad cuál es la auténtica tendencia de fondo”, explica el profesor González. Los datos del Black Friday estarán presentes en las fuentes de información que el Gobierno ya evalúa, como el gasto con las tarjetas de crédito o los datos diarios de ventas de las grandes empresas. 

Este último dato, que publica semanalmente la Agencia Tributaria, constata el fuerte aumento de las ventas que se experimentó en 2021 y los primeros meses de 2022, y su moderación desde junio de este año, cuando se alcanzaron ventas diarias por 3.932 millones de euros. En el último período analizado, los días entre el 12 de octubre y el 8 de noviembre, la Agencia Tributaria constata un menor dinamismo en el comercio al por mayor y en la actividad del transporte y almacenamiento. 

El Black Friday ya no puede ser ignorado

Sumarse al Black Friday en España era opcional hasta hace relativamente poco, pero ahora hay pocos comercios que rechacen participar en semejante escaparate. La creciente importante de esta jornada en la economía española se constata con un dato de un informe de la patronal de empresas tecnológicas Adigital: el 90% de las tiendas digitales españolas prevén hacer rebajas, frente al 60% de 2015. Una de cada cinco empresas espera concentrar sus ventas anuales este fin de semana.

Según los datos de Eurostat, en los últimos meses el comercio minorista no está creciendo con respecto a los datos de 2021. La evolución en España es moderada. En junio avanzó un 0,6%, en julio descendió un 1,2%, y en agosto y septiembre creció un 0,2%. La UE presenta datos comparativamente peores. La media de los 27 países lleva cuatro meses encadenando datos negativos, en relación al año anterior. Así, en junio las ventas cayeron un 2,2% respecto al mismo mes del año anterior; en julio, fue un 0,3%; en agosto, un 0,9, y en septiembre otro 0,3%. 

Noviembre es un mes clave del consumo minorista. Si eliminamos el efecto estadístico que produjeron los confinamientos de la primavera de 2020 (que provocan unos datos extraordinariamente altos en la misma estación del siguiente año), noviembre es junto enero el mes donde las compras crecen más, respecto el año anterior. En 2021 fue un 8,8% en la UE y un 4,9% en España.

“Yo creo que cualquier seguimiento a estos datos de consumo siempre son importantes”, afirma Cristian Castillo, profesor de Economía en la Universitat Oberta de Catalunya y experto en logística y producción. Pese a las previsiones, este académico se muestra optimista: “En logística está prevista una reducción de un 5% de los envíos de paquetería, tampoco es muy elevado. Que los datos de consumo sean este año coyunturalmente un poco más bajos, no creo que eso vaticine una recesión”, sostiene Castillo. 

De momento, un año sin grandes ofertas

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Al poco margen que tienen los presupuestos de los hogares para compras relacionadas con el ocio se le suma otro factor. Según un estudio de la OCU, esta campaña de Black Friday no se presenta especialmente atractiva para los consumidores. La organización se dedica a monitorizar los productos más vendidos en las principales tiendas digitales de España. Empiezan un mes antes de que se celebre la jornada y van anotando las variaciones diarias de los precios de dichos productos. La OCU recuerda que los establecimientos están obligados a explicitar el precio anterior a la oferta, así como el porcentaje de rebaja, aunque las empresas encuentran trucos para alterar esta información. Por ejemplo, ir subiendo el precio de los productos las semanas previas al llamado Viernes negro. 

Este año, la OCU ha seguido los precios de unos 16.600 productos de diferentes categorías, como electrodomésticos o aparatos de electrónica, en 69 tiendas. La monitorización empieza 30 días antes, de la Black Week (según datos de la patronal Adigital, la mayoría de las empresas mantienen ofertas más allá del Black Friday: solo el 20% de las tiendas digitales limitan sus ofertas a ese día). Los datos de este lunes derivan a una conclusión demoledora. Al inicio de la Black Week, solo el 2% de los productos eran más baratos que en los 30 días previos

El 37% de estos productos era más barato antes que este lunes. En casi la mitad de las tiendas analizadas no hay aún ningún producto rebajado y en muchas de ellas, los hay más caros que en las semanas previas. “Si esperabas a la Black Week para comprar en estas tiendas, no has hecho un buen negocio: lo más probable es que estés comprando un producto más caro que cualquier otro día”, concluye el estudio.

En estos momentos de incertidumbre, cualquier indicador que pueda despejar alguna incógnita tiene una gran relevancia. El Black Friday llega tras meses de tambores que anuncian una recesión técnica que, de momento, no ha llegado, pero se la espera. Esta jornada de grandes descuentos generalizados supondrá un examen a la capacidad de consumo que tienen los hogares, tras experimentar un insólito aumento en sus gastos. En 2020, este evento puso de relevancia el boom pandémico del comercio digital (aunque posteriormente esta tendencia se moderó). En 2021, subrayó la situación de atasco en las cadenas globales de suministros. 2022 puede ser, quizás, el año en el que el Black Friday revele que los hogares empiezan a apretarse el cinturón.

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